Gordon
Allport escribió que tener un prejuicio es estar «absolutamente
seguro de una cosa que no se sabe».
No sólo sucede con los prejuicios, los celos también tienen algo de eso.
No sólo sucede con los prejuicios, los celos también tienen algo de eso.
Seleccionamos
la información de tal manera que sólo percibimos aquellos datos
que corroboran nuestro prejuicio, por lo que se vuelven crónicos. La
obstinación en el error es su marca de fábrica.
Un ejemplo: dos ratones contemplan desde la encimera de una cocina un objeto que hay encima de la mesa. «Es jabón», dice Tomás , ratón de biblioteca, especialista en Tratamiento y Gestión de Basuras Documentales, emprendedor, práctico, realista y, sobre todo normal. «Es queso», responde el otro. «¡Es jabón!». «¡Es queso!». Hartos de la disputa deciden bajar a comprobar de qué se trata. Tomás le da un bocado a la materia de la discordia y sentencia: «Sabe a queso, pero es jabón».
Un ejemplo: dos ratones contemplan desde la encimera de una cocina un objeto que hay encima de la mesa. «Es jabón», dice Tomás , ratón de biblioteca, especialista en Tratamiento y Gestión de Basuras Documentales, emprendedor, práctico, realista y, sobre todo normal. «Es queso», responde el otro. «¡Es jabón!». «¡Es queso!». Hartos de la disputa deciden bajar a comprobar de qué se trata. Tomás le da un bocado a la materia de la discordia y sentencia: «Sabe a queso, pero es jabón».
Pues
eso, que no hay nada que hacer.
Lo peor es cuando se etiqueta a una persona y se queda atrapada, como en una jaula: ya no puede ser otra cosa. He visto a alguno que en su desesperación decide comportarse tal y como le han etiquetado. Por eso pienso que hay que tener una cierta personalidad, que se traduce en que te traiga al pairo lo que piensen de ti.
ResponderEliminarLo que comentas, en psicología se llama "sesgo confirmatorio" y existe una abundante literatura.
Siempre me ha hecho gracia que el fundador del Betis obligaba a tirar los informes de las personas al cabo de cinco años. Aparte de la bondad de la idea de hacer informes, no es una mala técnica para combatir este sesgo: olvídate de quién fuiste y cómo fuiste.
Yo a eso le llamo "TOZUDEZ" y no otra cosa. Sabe a queso pero es jabón... sabe a jabón pero es queso... y erre que erre. No hay nada que hacer.
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ResponderEliminar¡¿Protervidad?! Atí te tendrían que haber dado el premio Nadal y no a Lucía Etxebarria. (¿En qué contexto se puede encontrar una palabra como "protervidad"? ¿lees a moralistas decimonónicos? ¡Sácame de dudas, Lux!)
EliminarLo del "sabe a queso" está muy bien pensado. Hay muchos que viven de la doblez. Uno de nuestros miedos de los que se aprovechan otros es el de la supervivencia. Pensamos irracionalmente que nos moriremos de hambre, nos arruinaremos, nos desahuciarán, etc. Te alías con el que te da una seguridad falsa y piensas que tienes el sustento -y el en este caso también el cielo- asegurados.
EliminarMaldita doblez, maldita tibieza: las odio, el mal persiste por ellas.
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EliminarLo del punto de Camino... ¡Manda webs!
ResponderEliminarEs que el tío era un crack. En una convivencia cerca de Madrid, hace ya unos cuantos años, a la hora de la comida, una menda se puso a leer lo del burrito sarnoso... Tuve que pedir disculpas despues de la comida por el ataque de risa que me entro. Yo no entendía nada. Pero nada de nada. Y, os juro, que sigo sin entenderlo.
Mas les valdría a algunos atarse una piedra al cuello...
Como lo de "desde la eternidad"... Si, si, ... desde la eternidad por que yo lo mando, como yo lo mando y cuando yo lo mando.
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