Hace unos días fui a un colegio a
echar la red. Es de una congregación religiosa femenina de mujeres
ellas. El dato es importante. Porque no es lo mismo un colegio de
congregación religiosa masculina que uno de féminas.
Hablo con la directora que, me aclara durante la conversación, es “directora general” (la directora del colegio es otra). Empezamos mal, pienso. Si en un colegio ya andamos con distingos de directoras generalas, directoras, directora gerente, adjunta a la dirección, aceitera, aceitera, ¡malo.
Me da datos para hacer una oferta.
- Muy bien, pues en cuanto pueda le traigo la oferta.
- Un momento, también hay en el colegio una comunidad de hermanas, y también comemos...
Hablo con la directora que, me aclara durante la conversación, es “directora general” (la directora del colegio es otra). Empezamos mal, pienso. Si en un colegio ya andamos con distingos de directoras generalas, directoras, directora gerente, adjunta a la dirección, aceitera, aceitera, ¡malo.
Me da datos para hacer una oferta.
- Muy bien, pues en cuanto pueda le traigo la oferta.
- Un momento, también hay en el colegio una comunidad de hermanas, y también comemos...
- ¡Perfecto!- sonrío con ojos de
coyote salivando al contemplar en lontananza un rebañito de
corderitas que amplían la cuenta de resultados.
- A ver...hay tres pisos.
- Tres pisos- repito apuntando el
dato en mi superagenda.
- En el primero residen seis
hermanas mayores, la mayoría enfermas. Mucha dieta, ya sabes...
- Seis hermanas...dietas...
- En el segundo, normal, son siete
hermanas.
- Sieeeete heeeermanas...normal.
- Y en el tercero hay cuatro ,
normal.
- Cuaaaatroooo, noooormal....Oiga,
¿y no podrían bajar las cuatro del tercero al segundo?, si son
todas normales...
- Es que las del segundo y las del
tercero no se acaban de llevar bien.
- Ajá, comprendo...se llevan...
- Mal. No se llevan, vamos.
Iba a preguntarle en qué piso vivía
ella, pero preferí callar.
- Muy bien, pues vamos a por ello,
en cuanto pueda le traigo...
- ¡Un momento!- interrumpió la
directora general... En cada uno de los pisos hay una
cocinera que hace el servicio de, digamos, la pequeña comunidad.
- ¿Estamos hablando de que tienen
tres cocineras para la comunidad?
- Ajá.
- ¿Fuera parte de las dos cocineras
del colegio?
- Ajá.
- ¿Y no podríamos utilizar las dos
cocineras del colegio para dar el servicio de alguna de las plantas
para ahorrar costes?.
- Nein.
- ¿Y por qué nein, si se puede
saber?
- No se llevan.
- ¿No se llevan quienes?
- ¡Uf!,¡es muy complicado!...no se
llevan entre algunas de las cocineras, y algunas hermanas con las
cocineras del colegio.
Estuve a punto de preguntar “¿pero
esto que es, una congregación religiosa o el Gimnasio de Lucha Libre
Catch a 4 “La patada giratoria”?.
- Otra cosa...
“OTRAAAAAA”, pensé. “Seguramente
hay que dar de comer a los tres perros lobos que custodian cada
planta”.
- En la planta segunda cenan tres
hermanas más. Viven un un piso aquí cerca, y cenan en comunidad.
“¿En comunidad?...¡qué cojones de
comunidad son esas tres que seguramente vienen para repartirse unas
cuantas bofetadas con las del tercero, o con las del segundo...¡o
con las del primero que se dejen!.
Salí a la calle pensando “¡Dios
mío!, si esto pasa en el árbol verde, en el seco...¿qué se
hará?”.
Es una "comunidad de intereses". Tienes tu cocinera, tu casita de veraneo, vida fácil... Mi madre sale con unas amigas (al cine, a merendar) dos de las cuales son monjas. Las monjas van siempre invitadas "porque no tienen dinero". Las amigas jubiladas, luchando por llegar a fin de mes, con los hijos parados (alguno divorciado), cuidando a los nietos...
ResponderEliminarLuego, en verano, las monjitas se van a una casa de la comunidad a Asturias o donde sea.
Nada en contra de las monjitas, pero hay que ser consecuentes. Hay vidas demasiado fáciles.
Hola Suso,siento no añadir ningun comentario profundo al tema...so queria decir que me he descojonado de risa leyendote esta entrada.
ResponderEliminarGracias!
Es que esos no son árboles verdes, Moggis. Son unos sarmientos más secos que la mojama. ¡Y esos siempre tienen suerte y se libran! Seguro que sus alumnos te podrían contar cosas espeluznantes sobre ellas. Para arbol verde de la educación, con suerte de arbol verde, este padre y esta hija:
ResponderEliminarhttp://elpais.com/elpais/2013/10/12/eps/1381613349_778121.html
(Si me pongo muy pesadita con los elaces me lo dices ¿vale?)
Talmente como en España.
ResponderEliminarRajoy y Mas....no se llevan.
¿Y Rubalcaba? Pues no se lleva con Rajoy ¿Y con Mas? Pues ...tampoco
¿Y los vascos, no se llevan con ninguno?...Uy, esos van por libre.
Y además existen otros por ahí (IU) que como se lo llevan crudo estando solos pues tampoco se juntan (salvo que vean muy necesiotados a alguno de los otros y les puedan crujir).
Lo que le dije: Talmente como en España
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAl hilo de vida facil, conozco a uno que se apuntó al Betis valorando además del tema vocacional, aceitera, aceitera, el tema de tener la vida solucionada: casa, clases en el cole, no casarse por no aguantar a las tías, etc. Salió en globo de allí a los 5 o 6 años disuesto a follar como un cosaco. Me lo confesó tomando una cerveza una vez estuvimos los dos fuera, ya que desde "dentro" nadie entendía que lo hubiera dejado.
ResponderEliminarFdo. ex bético, ahora sevillista
Los hay más espabilados que siguen dentro, follan y además toman cervezas.
ResponderEliminarInteresante el mundo de la restauración colectiva. Trabajé haciendo lo que haces tú y conociendo todo tipo de directores/as, monjas/es, ikastolaris de toda condición... siempre me sorprendia el común denominador de los religiosos: "iva no gracias".
ResponderEliminarUff. mujeres en grupo, a veces se comportan unas con otras como auténticas arpías... da pánico verlo (no todas son así, faltaría más).
ResponderEliminarMuchos conocemos la típica mujer "rebotada", que dice estar "harta de mujeres", y busca siempre la compañía y amistad de los hombres, que según dice, somos "más brutos, pero más nobles y/o previsibles, y es un descanso estar entre nosotros"
Edu
Los hay, ya lo creo que los hay.
ResponderEliminarDionisio
Yo creo que el problema esta en que muchas veces no somos capaces de ver mas allá de nuestras narices. Hacemos mentalmente pequeños guetos, la familia, el trabajo, el grupo de esparcimiento, etcetera,...porque así nos sentimos mas seguros creyendo que controlamos cada parcelita de nuestra vida.
ResponderEliminarY ya, cuando nos metemos voluntariamente en un grupo de estos cerrados, que beben y se alimentan de si mismos, que evitan el contacto con el exterior, pues el desastre esta servido (nacionalismos, sectas,... Doctrinas excluyentes y totalitarias), el resultado es de una pobreza abrumadora.
Creo que tenemos que luchar por abrirnos al exterior, tratar y beber de los demás, quedarnos con lo bueno de cada casa. En definitiva, dejar de mirarnos el ombligo.
Bueno, tampoco quiero ser radical. Hay hombres y mujeres, no creo que las batallitas de la entrada sean exclusivas en las comunidades de mujeres, que son capaces de vivir en equilibrio personal, de manera enriquecedora, en este tipo de comunidades. Los escritos de Thomas Merton, un dominico ya fallecido, lo demuestran. Y seguro que se os ocurren muchos ejemplos mas. Pero Merton tuvo una vida espiritual riquísima, y aunque precisaba de un aislamiento para una vida de oración intensa, nunca perdió contacto con el mundo exterior. Creo que era un hombre muy universal que supo hacerse el hueco que necesitaba dentro de su comunidad para llevar una vida plena, la vida que quería y que le hacia feliz. En su libro Diarios cuenta, entre otras muchas cosas, las luchas con sus superiores para poder tener dentro de la comunidad cierto margen, cierto espacio para una independencia que el creía esencial para vivir su fe.
ResponderEliminarLo del Betis es muy triste. Tengo algunos amigos del club, estupendisimas personas, que no se van porque no tienen suficientes bemoles. En los cincuenta y tantos, con las lentejas garantizadas si sigues en la senda, claro; emocionalmente, bastante anquilosados. Alguno lo ha intentado pero ha vuelto, dice que ahí fuera hace mucho frío... Entiendo que se necesita un convencimiento y una fuerza muy importantes para dar el paso y comenzar de nuevo. Y, también, ayuda.
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