martes, 22 de octubre de 2013

TRES ENTRADAS, TRES VECINOS (II)


Yo no tengo hijos, pero observar los de los demás me parece algo entre maravilloso y misterioso. Gerardo,Paula, Diego, mis vecinos recién venidos al mundo...
¿Yo he sido así?”- me pregunto viendo a esos enanos. Los tres se parecen, pero basta que haya pasado un año, y las diferencias son notables.
Cuando nacemos encontramos que hay una personalidad que nos ha sido dada. Es la matriz personal, genéticamente condicionada. Es el juego de cartas que la vida ha repartido. Nos han tocado ésas. ¿Son buenas?, ¿son malas?...son esas.
Quizás la peor carta es que el niño tenga unos padres así, o una madre asá, o un padre no sé cómo. A lo mejor no.
Pienso en un señor como Tomás López Pizpireta que, visto lo visto aquí, después de años comentando a diario su peculiar y estúpida manera de ver la vida, tan infantil, con cincuenta añazos el hombre, tiene que ser, como padre y esposo, insoportable. No hay día que no siga eliminando sus comentarios (que no se le lea no significa que el enfermo siga erre que erre).
Eso se comprueba con un poco más de tiempo. Cuando se forma la “personalidad aprendida”. El carácter. Sobre esa base que nos ha sido dada aprendemos y desarrollamos una forma de ser: afectos, virtudes, miedos, creencias...Sin duda son muy estables, pero son aprendidos.
Y con más tiempo aún, parece que podemos alcanzar una personalidad elegida: es el modo como una persona concreta en una situación concreta se enfrenta o acepta su carácter y juega sus cartas. Ésas que te repartieron al nacer.
Incluye el proyecto vital, el sistema de valores, el modo de desarrollar ese proyecto en esa circunstancia.
En esa “personalidad elegida” estamos todos, y depende de ti en qué proyecto vital estés embarcado. Hay mucha gente que aún no ha elegido qué viaje, y en qué compañía, debe realizarlo. No se ha cuestionado absolutamente ninguna de sus creencias y valores.
Por eso me gusta tanto escribir que “hoy, en algún lugar de este mundo, alguien está quemando las naves”.

4 comentarios:

  1. Independientemente de creencias, educaciones, caracteres y personalidades, la cadena de ADN con la que nos enanos vienen a esta mundo, viene con una extras de lujo.
    Te agarran el dedo índice mientras exploran con su nebulosa vista el espacio iluminado que palpita en su proximidad.
    No saben quien eres, cuantos cadáveres tienes en tu armario, cómo te comportas en situaciones límites y de que materiales está construida tu alma.

    Pero los cabroncetes te sonríen.

    Y tu alma arde, con una suerte de fuego eterno.

    Mientras que te agarran el dedo índice.

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  2. Yo tengo un lío con todo esto. Tenemos nuestro genoma, pero el fenotipo es la manifestación de algunos de esos genes. Dependiendo del ambiente se manifiestan unos u otros. Ayer en un libro de nutrición (no me caben los pantalones de invierno del año pasado) leí -hablando de las falsedades que todos consideran verdad- lo siguiente: es como si le dices a los padres, no cojas al niño si llora, que lo malacostumbras; se dice en un instante pero luego cuesta un montón de tiempo arreglarlo.
    Tampoco será lo mismo pasar la adolescencia persiguiendo niñas y soñando que poniéndote un cilicio (a partir de los catorce años y seis meses) dos horas al día, usando disciplinas y no merendando los sábados. Si tienes el gen de la depresión igual te hundes para siempre.
    Esto me recuerda que en el Betis, mientras vivía el fundador, estaba prohibido ir al psiquiatra o al psicólogo. Se consideraba cualquier enfermedad psíquica (del alma) como falta de vida interior. Una visión semítica de la enfermedad: la enfermedad como una teofanía; venía el brujo de la tribu y te curaba. Ahora ya hay muchos médicos psicólogos en el Betis con boyantes consultas, porque todos se han vuelto locos. Al final será verdad lo de Camino: "otro loco para el manicomio".

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  3. Cuanta razon tienes Driver. Y como se enciende el alma cuando ocurre lo que describes!!!

    Fdo. ex bético, ahora sevillista

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  4. No estoy yo tan de acuerdo en lo de personalidad elegida.... Tal vez si hablásemos de personalidad inventada, pudiera ser. Y aún así.

    Otro saludo

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