UNA HISTORIA DE FINQUEROS.

Los finqueros aquí son los amos de la barraca.

Muchos de ellos tienen  la familia en Guatemala capital, algunos en Cobán. Y ellos se pasan por aquí arrendando las tierras a gente de su confianza que hacen las veces de patrones .El resto vive  casi en régimen de esclavitud. 

Entre los finqueros hay de todo, aunque en su mayoría son generaciones con historias bastante turbias y asuntos de los que mejor no hablar.  Algunos  de los arrendatarios son hijos ilegítimos de finqueros con la  verga  floja y ningún escrúpulo. Una manera de tapar la culpa.

Aquí las indígenas a los 14 años tienen un problema: los embarazos. Basta subir a cualquier autobús y ver unas cuantas niñas dando el pecho a bebés que casi casi han hecho la mili en el vientre de su madre.

El indígena no siempre quiere conocer la procedencia de esa criatura. Todavía hay en esta gente una mentalidad servil, ladina, fatalista. Aquí todavía se habla de  "El Amo".

Aquí y allá. A mi abuelo sus trabajadores en las tierras de Liédena le llamaban el Amo. Y era el "Puto Amo". Y conocí en  tierras de ... a una mujer, madre de siete hijos , de los que dos no eran del marido.

Así me lo contó ella. Y lo bueno era que estaban matriculados en el colegio donde daba clase.    La formación lo primero.

En Tamahu se cuentan historias  tremendas.

Hay un finquero que anduvo detrás de una indita , a la que se calzó a cambio de promocionar a su marido a capataz. El marido, tuerto de un ojo por los militares en los años 80, hizo "la vista gorda", nunca mejor dicho.

Aquí el dinero y la posición lo es todo, y da igual que se sepa.

Pasó el tiempo y el capataz fue enviado a trabajar a una línea de ferrocarril, pues el hermano del finquero  le sustituyó.

Su mujer siguió viviendo cerca del finquero . Tiempo después quedó preñada, se  quiso creer que del  tuerto.

El finquero arrendó parte de una tierra a un campesino casado con una mestiza medio boba. Y nuestra indita se pirró por el marido de la tonta. La cabra, que tira al monte. Aunque nadie supo de verdad si estaban liados, antes de irse a Cobán los arrendatarios organizaron una fiesta de despedida en su barraca. Invitaron a la lela y a la indita, y se montó una brava.

De madrugada , cuando ya estaban preparados los carros para marchar, tomaron a nuestra amiga , que estaba borracha, le ataron las manos, le levantaron las faldas , tapándole la cabeza, y le ataron con una cuerda.

Quedó preñada. 

Se pensó que el tuerto tomaría venganza, pero no. Llegó el marido a cambiarse de camisa, le dio un bebedizo , sintió  un intenso dolor, y falleció.

Hay quien piensa que envenenado.

Y  ella anda por  una de estas aldeas, embrutecida, atormentada y, como idiotizada, los muchachos le ofrecen  unos qetzales a cambio de tocarle un pecho, o  darle un meneo debajo de la falda.

Todo esto da mucha pena. hijos contra padres, hermanos contra hermanos, felonías, violencia, mentira, y miseria. Mucha miseria.