Escribiendo sobre el silencio me preguntaba si hubo algún artista que lo hubiese pintado.
No sé. Yo sólo sentí el silencio con cierta densidad en varias ocasiones. Una fue enamorado. El silencio enamorado es aquel que no necesita decir nada porque ya está todo dicho, a veces sin palabras.
También lo sentí el momento en que oculté mi cabeza en el pecho de Juan Pablo II. Cantaban en el Cortile cerca de dos mil personas , y yo sólo recuerdo la voz grave, profunda y entrañable del santo Padre diciéndome al oído "eres muy bueno, eres muy bueno"...y sus manos suaves, cálidas, acariciándome la nuca. No oí nada más.
Y la tercera vez que escuché el silencio fue en paisajes nevados. La nieve sordina donde se posa todo el valle, bosques, laderas y cumbres. Es un sigilo callado, como secreto, admirablemente alfombrado de una blancura rosácea. La contemplación de aquellos paisajes nevados tan bien dibujados, tan bien espolvoreados, tan perfectamente bien contorneados , tan silenciosos y quietos, es conmovedora.
El que consiga pintar la nieve, esa nieve, habrá pintado el silencio.
Para mi, los pintores medievales japoneses son, indiscutiblemente, los que mejor supieron pintar ese silencio nevado.
Otro, a la misma altura, Brueghel el Viejo.
Goya pinta el frío hasta tiritar. Y, aunque no el silencio, se puede escuchar la ventisca que sufren estos pastores , y la desolación de ese paisaje.
Sorolla, ¡sorpresa!, nevó magistralmente su pincel en Burgos.
Monet...dan ganas de ponerse el dedo en los labios y decir "shhhhhhhhh...silencio, por favor"
Picasso pinta ese silencio cuando el frío del pobre encoge el alma, la pliega sobre sí misma...no hay nieve, pero sientes que esa mujer queda en un estado de fatiga y de palidez, como de convalecencia. Intuyes las habitaciones glaciales de la casa ; el color rosado de la helada sobre las farolas de las calles; el aliento brumoso que sale por la boca .
Un frío que duraba días interminables y que se pasaba en los desvanes mirando caer la nieve con la nariz aplastada contra los cristales de la ventana y la mágica sorpresa de los copos cayendo como desvaneciéndose.
En verdad os digo que sois gente con suerte.
ResponderEliminarDentro de un par de semanas comienza la primavera en vuestras latitudes.
Miles de personas saldrán a las calles doradas por un sol que olerá a azahar, se sentarán en bancos y parques, recibirán el calor de la estrella y se pondrán moraos a cervecitas y tapas sabrosas.
Y nosotros aquí, con nuestros cincuenta mil pavos de renta per cápita, con unas enormes ganas de levantarnos la tapa de los sesos.
...
No sabéis lo que tenéis.
Ya estoy contando los días para que lleguen mis vacaciones y bajarme a Alicante.
Donde una preciosa chiquilla morena me hará la pregunta que me salvará en vida.
¿ qué desea tomar ?
Y mientras me lo pienso, observaré como el sol juega con su sonrisa de sirena.
Tu comentario me hace sentirme bien. Demuestra q hay gente q esta peor q yo.
EliminarEstamos saliendo de un par de semanas de nieve y hielo. Exactamente lo que tú dices: silencio absoluto mientras cae y justo después. Pero más tarde, ruido infernal de ruedas deslizándose en el hielo o haciendo puré granizado de nieve, agua y barro. Lindo al principio. Un coñazo al final. Aquí unas pocas instantáneas de las muchas que he sacado estos días (están en mi página de Instagram: https://instagram.com/jeronimo_nisa/). Seleccioné las "silenciosas":
ResponderEliminarhttps://instagram.com/p/z6Xqw4SGUT/?modal=true
https://instagram.com/p/zrLxVJSGUt/?modal=true
https://instagram.com/p/zZKKQgSGfz/?modal=true
https://instagram.com/p/zrLSucSGUG/?modal=true
https://instagram.com/p/zoEGhRSGZQ/?modal=true
https://instagram.com/p/zwRtSSSGSl/?modal=true
https://instagram.com/p/zwS1PzyGT2/?modal=true
https://instagram.com/p/z5WIeWSGWi/?modal=true
https://instagram.com/p/zZJHHeSGeT/?modal=true
Jero:
ResponderEliminarTengo mono de guión.
También hay mucho silencio y mucha introspección en Rotkho, pero esto ya según cada cual lo sienta. Yo sí, y mucho.
ResponderEliminarhttp://blogs.artinfo.com/culturalaffairs/files/2014/09/a20919_sbd_0.jpg
Fdo. Montse
UN SILENCIO ENSORDECEDOR
ResponderEliminarEnlazando la entrada de hoy con la de ayer, que trataba sobre dibujos japoneses, quiero comentar una escena de la película de animación „El castillo en el cielo“ –cuyo subtítulo, que supongo que debe de significar algo en japonés, ahora mismo no recuerdo–, de Miyazaki. Como sabéis quienes la habéis visto –y quienes no la habéis visto debéis verla a toda costa–, la película es rica en escenas emotivas. En una de las escenas más conmovedoras, el niño y la niña protagonistas, planeando por el cielo en una frágil nave de vela a la búsqueda de un legendario castillo flotante, son arrastrados por una tormenta al ojo del huracán. En medio de un ruido ensordecedor de tempestad, vientos y truenos que ahogan el amenazante resquebrajamiento de la nave, nos ciegan los relámpagos que restallan en la noche negrísima. Como esa escena es prolongada y muy tensa, llega un momento en que dejamos de percibir el ruido. De pronto se produce un silencio absoluto. Al niño, que es huérfano y que en vano trata de mantener el control de la nave zarandeada por la tempestad, se le aparece unos metros por delante el espíritu fantasmagórico de su padre, que abriendo un corredor en la tormenta le va trazando con unas luces el camino que tiene que seguir para salir del huracán. Después de que nuestros oídos se habían acostumbrado al bramido del huracán, ese silencio nos resulta ensordecedor. Ésta es una de las escenas artísticas más conmovedoras que conozco de la figura del padre.