viernes, 28 de agosto de 2015

LUZ

Caminando por las distintas rutas que rodean mi casa, a cada una le puse un nombre, en medio de extensas llanuras hoy acartonadas por el sol, me sorprende con frecuencia la belleza de una simple nube atravesada por los rayos del sol.

El sol la viste de colores de ensueño y de infinito, y uno la asocia a la nostalgia de una imposible belleza que buscas desde pequeño y no hay forma de encontrarla.¡Es tan fascinante una nube atravesada por el sol!

Después el sol se pone, la Tierra lo comulga en el horizonte, y la nube ya no es más que una mancha oscura.

Es cierto que el brillo de la nube era una ilusión – como el brillo de tantos amores que un día nos deslumbraron y después quedaron en nada-...¡pero no se me olvida que el resplandor del sol era verdadero!.

Tanta decepción nos hace muy frágiles.

Entonces, no se cree en nada ni en nadie.

Yo también soy una nube...traspasada por una Luz en la que sí creo.

La Luna- tan hermosa- así vista, es una piedra iluminada por el sol.¡Luz!
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NO ARRUINES LO QUE FUE TAN HERMOSO

2 comentarios:

  1. El fotón anónimo28 de agosto de 2015, 10:46

    Buenos días señores.
    Me presento, soy el fotón anónimo. Y hoy, precisamente hoy al atardecer de ustedes, es mi gran día.
    ...
    Llevo en el Sol unos trescientos millones de años en forma de átomo de hidrógeno. Un protón y un electrón. Más simple imposible de los imposibles.
    Poco a poco me he ido acercando al núcleo de la estrella, y allí, en un priceso que ustedes llaman fusión, me he convertido en un átomo de Helio, un protón y dos electrones, lo siguiente mas simple después del hidrógeno.
    A consecuencia del cambio, se ha desprendido una energía del carajo, me he convertido en fotón y he salido despedido a la velocidad de la luz al espacio infinito.Soy un tío con suerte, pues de las infinitas direcciones posibles, me ha tocado dirigirme a la Tierra.
    Menudo chollo, otros hermanos míos van ahora mismo camino de Júpiter y les auguro una vida triste y gris. Mala suerte, compañeros.
    ...

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  2. El fotón anónimo28 de agosto de 2015, 10:47

    Tardo unos ocho minutos y medio en recorrer la distancia entre la Estrella y ustedes, señores, que son unos señores, aunque desde donde yo les observo son un conjunto de aminoácidas encadenados y con alma. Las cosas como son.
    ...
    Durante este breve trayecto, recorro un buen trecho de la Vía Láctea, el suficiente para darme cuenta que lo suyo, señores, es de coña.
    Aquí en el vacío, no hay nada destacable, monadad. Meteoritos errantes, algún resto de sus naves espaciales dando tumbos y un frío del carajo.
    Tan sólo destacar que cuando paso cerca de un planeta denso, su fuerza gravitatoria transforma las coordenadas del espacio-tiempo y me curvo un pelín. Einstein fue el primero en darse cuenta; y la verdad que se agradece un ligero cambio de dirección en mi trayectoria aproximadamente lineal.
    ...
    Al cabo de seis minutos empiezo a veros.
    Un planeta azul, lleno de vida.
    Sois un oasis en medio de la inmensidad, chicos. Un conjunto de casualidades que os proporcionan oxígeno, agua y calor, elementos básicos de lo que llamais vida animada.
    Atravesar vuestra atmósfera me proporciona un subidón del catorce.
    Es como una burbuja de aire en las profundidades de vuestros océanos. Una bocanada de frescor salvaje.
    Luego, a los ocho minutos, tengo una visión general de vuestro pueblo.
    se ven básicamente dos cosas; una inmensidad azul que llamáis mar, y unas manchas de mil colores que llamais Tierra.
    ...
    ¡Menuda suerte!, si os comparais con el resto de la Creación, sois unos privilegiados, colegas.
    ...
    Mis últimos treinta segundos de vida son la repanocha. Tan intensos que justifican una espera de miles de milenios.
    De entrada choco con el agua condensada en forma de nubes, atravieso una gota de agua y me despocompongo en forma de arco iris.
    Y claro, alucino en colores.
    ...
    Mis compañeros que llevan una trayectoria tangencial respecto a vuestra Tierra están destinados a formar Aurolas Boreales, los muy canallas.
    Una serpentinas caprichosas que tienen embobados a los esquimales desde hace mucho.
    ...
    Cuando tan sólo me quedan tres segundos de vida, el Creador me regala un final más que feliz.
    Reboto en una ola, me reflejo en la arboladura de un velero, vuelta al mar, me refracto y acabo dando de comer a unas algas que luego alimentaran a un ballenato recién parido.
    ...
    Soy la Luz en estado puro.
    Y mira por donde me atrevo a daros un consejo muy simple, fruto de mil millones de años de experiencia.

    Vosotros también sois Luz, Lo que ocurre es que no te enteras; Contreras.
    Tenéis un cerebro formidable, pero en un cuerpo más que frágil.
    Tendríais que entender que todo es mucho más simple de lo que parece, y bastante relativo respecto a vuestras cosmologías.

    La cosa es tan sencilla como la fusió atómica.
    Os regalan la vida; unos treinta y un mil días solares, aproximadamente.
    Durante ese tiempo podéis ser Luz o Sombra. No hay más, camaradas.
    De vosotros depende aprovecharlo o cagarla.

    Mirad lo que os digo.
    Cuando tengáis lo que vosotros llamáis dudas, elevar la mirada a las nubes, mirad las virguerías que mis compañeros y yo hacemos sobre los mil pies de altura, rezad una breve oración de agradecimiento y sentiros afortunados.

    Ser agradecidos, porque si yo con apenas ocho minutos de vida hago virguerías, que no seréis capaces de hacer con más de treinta mil días solares.

    Rezad al Creador, ser agradecidos y felices y dejar de cagarla.

    Y no tengais tanto miedo al final. Os aseguro que si el Creador le da a un simple fotón de ocho minutos de vida un final esplendoroso, a vosotros os espera una buena sorpresa final.

    Y sí, vais a alucinar en colores.

    Al tiempo.

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