martes, 4 de agosto de 2015

UNA HISTORIA .

Un día conocí un misionero, o así, porque no creo que a él le gustara llamarse "misionero". Sea como fuese , comenzó la labor apostólica como sacerdote joven  en Nigeria.

Se llama Joaquín Villanueva. Un personaje.

Conviví con él un mes y disfruté oyéndole contar historias inolvidables.

Una fue la primera visita al obispo de Lagos para presentarse. 

Cuál fue su sorpresa al encontrarse con un negrazo vestido de blanco, mofletes  brillantes, lubricados  y  manzaneros, cara de simpático y buenazo gordinflón que, mientras don Joaquín  le  contaba la labor que iba a emprender , asentía sonriente , hurgándose los dedos de los pies descalzos.

- Impresiona  mucho hablar con un obispo descalzo toquiteándose los dedos  negiblanquecinos de los pies...y esa sonrisa bonachona.

Allí , nuestro obispo guarrete, le glosó con una anécdota la bondad del pueblo nigeriano  y sus razas , en especial los yoruba.

- Un  día regresando de una visita apostólica , fuimos asaltados por unos bandidos en medio de la selva. Es algo muy normal aquí. Nos robaron el coche, todo lo que llevábamos de vestir, nuestro equipaje...regresamos andando , medio desnudos, mi secretario y yo  llegando de noche a Palacio.

"Al día siguiente fuimos noticia destacada en la televisión, prensa, y medios de comunicación. Nos entrevistaron, y las parroquias decidieron hacer una colecta para comprar un coche para su obispo. Buen corazón los de nuestra gente".

" Y así fue: compraron el coche. Hicimos una ceremonia , una Misa bien bonita , con una  bendición del automóvil  donde asistieron todos los párrocos, muchos feligreses...¡emocionante de verdad comprobar la generosidad de la pobreza, y el amor a sus ministros!  (imaginaba al obispo, raca raca con los pies, sonriendo bonachón).

"¡Pero no termina así la anécdota!"  - siguió el prelado. 

Un mes después, en el jardín del palacio episcopal, encontramos el coche robado. ¡Nos lo habían devuelto!

Y nuestra sorpresa fue al bajar a verlo: en su interior, colocada una encima del volante, y la otra encima de la guantera del acompañante, estaban las dos cabezas cortadas de los ladrones que recordábamos del día del asalto....¡es maravilloso , de verdad, el corazón de esta gente sencilla!: así  es Nigeria. ¡Bienvenido a Nigeria!."

Don Joaquín , entonces, como recordando sus años allá, miraba al infinito y sentenciaba, "sí, realmente era una gente maravillosa".

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                                        LOS AMIGOS

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