viernes, 7 de agosto de 2015

UNA DE NUEVOS RICOS.

Don Joaquín  gustaba  de adornar las anécdotas nigerianas  con un punto de  ironía, nunca cruel, o resentida.

Entendía  muy bien las pasiones humanas, que en Nigeria son como en todos los sitios, aunque bañadas de una ingenuidad y candidez   deliciosas.

Por ejemplo, al descubrir en una visita a la casa de un nuevo rico que  la habitación que enseñaban con orgullo y superioridad de casta era los W.C.

"Abrían la puerta y decían "mire, ¡tenemos wáter!, ¡como en Europa!. "

- Un día descubrí - de una manera un tanto cómica, pues pedí ir al excusado- que el water no tenía desagüe: era eso, un lavabo , con sus grifos, su bidé , su taza, su toallero, su bañera...¡completo!

Y nada más. Sólo servía para  presumir y pisar moqueta ante la gente...pero cagar, cagaban en el  jardín.

- En realidad, todos  somos un poco así de vanidosos- reflexionaba.

En una de las visitas, le mostraba la familia todas  las  habitaciones de la casa: el garaje, la cocina, la  sala de estar,  las distintas habitaciones...y cual fue su sorpresa  cuando le abren la puerta del  excusado y se encuentra a un negrazo entrado en años haciendo  de cuerpo, con las venas hinchadas, azul oscuro, casi negro.

- ¡Buenos días, Padre!- saluda el anciano-, su bendición.

Y don Joaquín, muy ceremonioso, le imparte la señal de la cruz: in nómine Patris, et filii...

- ¡Lo bueno es que el hombre estaba  allí por no  exponerse en el jardín!, pues ese wáter tampoco  tenía desagüe! ( ! a la olora me repito!)



----------------------
                                                               AMORES ABISALES

4 comentarios:

  1. Recuerdo a mi abuela (1903-1998) contando anecdotas muy simulares. El primer retrete del valle fue el de "la mi casona" que fue una de las primeras casas con agua corriente.Tambien unos vecinos instalaron uno completo sin desagues para enseñarlo a las visitas aunque seguian evacuando en laa cuadras.
    ¿acaso nos creemos tan diferentes?

    ResponderEliminar
  2. ¿Y el gusto de orinar entre matorrales? Eso sí que es comunión con la naturaleza.

    ResponderEliminar
  3. He estado leyendo un artículo de un crítico literario sobre la escritura autobiográfica. Paul de Man es deconstructivista,así que niega que a través del lenguaje podamos acceder a la realidad por medio del lenguaje. Los textos no significan nada porque pueden significar cualquier cosa, los podemos interpretar como queramos (un ejemplo es la Biblia: sola scriptura). Yo voy leyendo y le explico el artículo a la zamorana hasta que me dice que ya me vale, que estamos de vacaciones en la playa, y que un texto sí que significa algo, que cuando estás enfermo te tomas una aspirina y te curas así que sí se puede acceder a la realidad y a ver si la gente escribe cosas útiles.
    Pero leyendo la entrada de ayer y la de hoy creo que no es tan descabellado. Nuestro fundador se pasó la vida escribiendo su biografía: no le interesaba la realidad, solo su biografía. Recogía los algodones manchados de sangre y los dientes que le extraían para hacer reliquias ex sanguinis y ex osibus. Para él no existía la realidad: era el personaje de los libros que se escribirían sobre él. Protagonista único, actuaba como Francis Underwood, el ambicioso prota de la serie política House of Cards que en su cursus honorum persigue la presidencia de los Estados Unidos.
    Al nuevo rico de la esta entrada tampoco le interesa la realidad. Coincide con nuestro amadísimo Fundador en que también escribe su biografía y no le interesa la realidad, aunque es un poco más chabacano y ridículo. Pero es lo mismo.

    ResponderEliminar
  4. MÍA

    A veces te encuentras tíos que te la lían, pero que bien liada.
    Ayer conocí a un nuevo vecino. Se llama Martín, y está un poco para allá.
    Pero que muy para allá.
    ...
    Es una especie de escombro de la sociedad. Ni trabaja, ni estudia. Y tiene la costumbre de no pagar nunca.
    No sabemos si está alquilado o ha comprado el piso; el caso es que en seis meses nunca ha pagado la cuota de la Comunidad.
    Un geta profesional.
    ...
    Ayer estaba leyendo "La montaña mágica" de Thomas Mann, en plan tranqui, y va el tío se pone delante mía, mete el brazo en mi bolsa de piscina y sale corriendo con mi reloj.
    En mi cara.
    Tras una carrera lo alcanzo; y lejos de disculparse me coge de la mano y se pone a pasear conmigo.
    ...
    Parecíamos dos mariquitas en plena cabalgata del orgullo gay. Unas miraditas y unos arrumacos que para qué las prisas.
    Lejos de avergonzarse, el tipo se pone a tocar una trompetilla de feria, dispuesto a anunciar a los cuatro vientos nuestra reciente salida del armario.
    Mi reputación masculina a hacer gárgaras.
    ...
    El tipo ni habla, ni por supuesto escucha; por los menos que yo sepa.
    Me da que es sordo, mudo, o ambas cosas a la vez.
    Debería de estar encerrado en una institución pública.
    El Estado debería de preocuparse de resolver estos casos.
    ...
    Tras recuperar mi reloj y tras mandar al diablo mi más íntima identidad sexual, el tío va y me hace una demostración de poder.
    ...
    Aparece una señora de unos treinta y tantos, con unas piernas torneadas y fuertes. Un bombo de ocho meses
    Va el señor, se agarra a la pierna de la señora con un descaro inusitado y me mira por primera vez en toda la mañana directamente a los ojos.
    Pone la mano en la barriga de la señora y lo suelta:

    "MÍA"

    ...
    La primera palabra de la novela de su joven vida.

    ResponderEliminar