Me gustan las tormentas. Los días de sol a plomo , la playa de febrero. La niebla en el bosque, tu mirada cuando me ves y no me esperas. La carne poco hecha, la realidad al punto, los dobles sentidos.
La emoción cuando jipa y se entrecorta, tu voz al oído, tu piel erizada. Andar descalzo, tocar los cojones, tu mano en mi espalda. Provocar risas, carcajadas, las noches mirando las estrellas desde el jardín de Casa Sueiro, las estrellas fugaces y poder sentir el alma.
Me gusta hacer el hortera, cantar , en sentido de llamar la atención. En fin, lo que desarma. El vodka con naranja. El Jack's Daniels a veces.
La risa de un niño, la espuma en las olas, el sentirte cerca y escuchar atentamente tu respiración. Visitar a mi madre, y beberla a sorbos. Disfrutarla.
Recordar historias, vivir el ayer como si fuese hoy. Llorar de alegría. Rezar de alegría. Saber que se puede después de que te han engañado los orioles y los tonis, que tanto querías.
Me gusta mangar perfumes, colarme en los sitios, hacer regalos, recibir sorpresas.
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