Querer no es poder. Soñando no cumples nada aunque sin sueños no hay proyectos.. Dar no supone recibir. Amar no significa ser amado. El que empieza no termina.
No siempre se consigue lo que se intenta. Ni legas lejos por ir muy deprisa. No se brilla más apagando a otros. El que ríe el último , ¿ qué?
La vida pasa sin apenas movernos del sitio, ver a otros cómo apuestan, pierden o ganan, vienen y van. Se puede vivir con miedo y prejuicios, pendientes del qué dirán, deseando ese cambio que haga sentir que la vida no es solo cuestión de respirar.
Quien no se arriesga no gana, al igual que sin moverse de la playa nunca se sabrá todo lo que esconde el mar. Podemos apostar al negro y que salga rojo, descubrir que es un espejismo lo que creímos realidad, agua lo que sentimos como tierra firme y total indiferencia eso que sentimos como amistad.
Vamos llenando la vida con “quiero y creo que puedo, pero no me atrevo”, arrepentimientos varios, momentos oportunos que no llegan y sensación de fracaso. Dejamos que pase el tiempo y no cuente, que los sueños terminen al despertarnos; nos acostumbramos a ver, pero no a creer y a hablar de la vida en pasado.
Vivimos según otros piensan, pensamos según otros dicen, decimos eso que se espera y esperamos que, a base de tiempo, nuestras heridas cicatricen.
Avanzamos con miedo y dudas, dejamos pasar lo que podría hacernos felices, nos acostumbramos a acostumbrarnos, a no intentar y a ver en blanco y negro sin disfrutar los matices.
Pero el tiempo pasa lento o con exceso de velocidad, pero nunca espera. Y si no te atreves a vivir, solo podrás aspirar a ver el espectáculo desde la barrera.
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