El sueño de tanto descerebrado, chutado de Walking dead, de mundos apocalípticos, de gente huyendo despavorida de las grandes ciudades a entornos más saludables, se está cumpliendo.
Lo que estamos viendo es alucinante. Nadie sabe nada. Nuestros políticos viven en la perplejidad del carabobo que ríe un chiste que no entiende. Se imitan unos a otros, como niños sentados en la mesa de los mayores, pero que no entienden nada de lo que allí sucede.
Dicen que el hombre es un lobo para el hombre.¡ Ojalá fuésemos lobos!. El hombre no necesita ni siquiera un diablo que le tiente. Empezamos a ver lo mejor y lo peor de nuestra especie.
En la biblia Dios se arrepintió varias veces de haber creado esa criatura de barro que, como dicen algunas teorías sobre el Coronavirus, " es u bicho que se le fue de las manos de algún laboratorio , en algún lugar de este planeta"
Es fácil imaginar este mundo sin los putos humanos. Sin duda los orangutanes, los chimpancés, los animalitos del bosque, las aves todas, los peces y todo bicho viviente celebrarán el acontecimiento rascándose las axilas entre grandes carcajadas , burbujeando bajo las aguas, palmoteando sus alas en los aires, o arrastrándose por la tierra. No habrá serpiente que ofrezca manzana, porque no habrá una Eva para engañar, ni un Adán que quiera ser dios, porque, aunque existiesen, preferirán vivir lerdos y en la inopia.
Con toda seguridad, entre el mundo animal seguirá la lucha cruel por la vida, pero gracias a que no habrá humanos, al no haber maldad, la cosa será pura supervivencia.
Desaparecida la mierda envenenada que hemos generado volverá la luz vegetal a cubrir el planeta. Todo será una sinfonía maravillosa de todos los elementos que adornan la faz de la tierra. El mar habrá purificado toda la basura de sus aguas, los ríos no tendrán pececillos con las tripa blanquecina al viento imperio, o bocaneando, y serán azules y las cascadas con reflejos plateadas, en los montes y valles se producirá un gran sosiego preternatural muy parecido al que hubo en el viejo paraíso cuando las mariposas volaban sobre los helechos arborescentes.
Siempre hemos pensado que el Apocalipsis era cosa de la Guerra, el Hambre...en fin , los cuatro jinetes.
Y resulta que comenzó con un tío en China, con ganas de quitarse el hambre de un mal año, y se comió un murciélago, o un bicho malo, lo que sea. Y un lunes por la mañana alguien estornuda , un mindungui, un cualquiera , un ser anónimo que ha cogido un catarro en un punto perdido de cualquier continente. Un poco como lo que ha sucedido en Wuhan,.
Es acojonante. Esto parece un tráiler del espectáculo del fin de los putos humanos, con las fronteras cerradas, las calles de las ciudades desiertas, sus habitantes confinados en sus casas con mascarillas sin hablar porque las palabras, sobre todo las de amor, transportarán el virus letal.
Parece que Dios se ha hartado de tantos millones de años soportando este sinsentido, y de haber creado al humano. y - yo sostengo que Jehowá tiene acento maño- ha lanzado la sentencia fatal y final.
Conocí un amigo de Teruel que cuando se enfadaba, lo que en Aragón se dice "cabrearse", decía :
- ¿Sabes qué te digo?...que a mi los soberbios me dan pol culo...¿ y sabes qué te digo?: ¡¡¡¡que me estás dando pol culo!!!
Salgo a pasear esta mañana de estado de alarma, ¡qué extraño todo!, y me parece que en cualquier momento se van a abrir las nubes y escucharemos una teofanía terrible, una voz con acento mañu, mañu cerrau, de trueno, mundial en su extensión y poder.
- ¡¡¡ QUE OS DEN POL CULO!!!
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