Un viaje que empezamos de niños en un mundo en el que suceden cosas buenas, donde todo puede ser posible, donde una toalla en la cabeza nos hace ser un genio, donde lo único que explota en la cara son globos de chicle.
Nuestro viaje comienza hombros de nuestro padre, ¡ qué caballo!, en barcos pirata rumbo a islas del tesoro o en el pañuelo que nos pone nuestra madre en la nariz llena de mocos y dice " sopla fuerte!"
Todo estaba por estrenar nuevo y posible, una noche llena de sueños y mil razones por las que sonreír.
Continúa el viaje y vamos descubriendo que el camino no es lo que pensamos , que tropezamos y caemos, que no hay caballo ni pañuelos , que queremos pero no podemos.
Y todo se va por el sumidero , lloramos ante la impotencia, somos veneno y antídoto, ganamos batallas y perdemos la paciencia.
Naufragamos y aprendemos a nadar, a vivir bajo mínimos, arriesgamos, perdemos y tememos el momento de volver a apostar.
Vivimos con ilusiones, aprendiendo en el camino, brindando por el futuro, arrepintiéndonos por lo que no nos atrevimos. Apostando todo a la felicidad mientras cruzamos los dedos y llega ese día en el que un abrazo nos rompe todos los miedos.
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