domingo, 12 de abril de 2020

EL REY PESCADOR. ¿ A QUIÉN SERVÍS?

Hay un episodio del ciclo artúrico que narra la historia del Rey Pecador.

Su protagonista es Perceval, uno de los caballeros de la Tabla Redonda, famoso por su participación en la búsqueda del Santo Grial. Perceval llega a un lugar desolador. Los ríos se han secado, no crecen las plantas, los árboles han muerto, no hay pájaros ni otros animales. Se hace de noche y Perceval entra en un castillo sombrío. Soldados, mozos y criados andan como sonámbulos por sus patios y escaleras. 

Perceval se encuentra allí con el herido Rey Pescador, el soberano del reino. Está postrado en su trono, mientras un extraño cortejo recorre el salón. Son tres muchachas muy pálidas. Una lleva una lanza, otra, una bandeja y la tercera, una copa. Perceval, horrorizado, abandona precipitadamente el palacio. Está amaneciendo y una misteriosa doncella que le aborda en el camino le dice que esperaban a un caballero como él que se atreviera a preguntar por el significado de lo que veía y que su marcha precipitada les condena a continuar bajo el dominio de la maldición. 

El tema de las preguntas que al no formularse sumen en la desgracia a países enteros es muy frecuente en el folklore. En muchos cuentos basta la pregunta de alguien para que se rompa el hechizo que pesa sobre un lugar, ya que las preguntas son el símbolo de esa vida que regresa y hace hablar.


Si lo pensamos bien, el país al que llega Perceval no es muy distinto de este nuestro. 

Las calles están vacías, las tiendas cerradas, la gente pierde sus trabajos y se encierra en sus casas. Hay miedo, incertidumbre. Nadie compra libros, las salas de cine están vacías y se aplazan las bodas. ¿Dónde vivirán, con qué medios, qué harán si nacen sus hijos? 

Los hospitales no dan abasto para atender a los enfermos, desaparecen los comedores . 

Aún más, como sucede en el relato de Perceval, también nosotros hemos renunciado a preguntarnos por las causas que hacen que las cosas sean así. 

Nuestros gobernantes balbucean excusas, los argumentarios son de celofán. Ellos también tienen miedo, aunque se parapetan en un bla, bla, bla , sobre  que debemos tener paciencia, confiar en ellos, ya que nada puede hacerse salvo lo que ellos han decidido hacer. 

En el relato de Perceval las doncellas que forman el cortejo fúnebre llevan en sus manos una lanza, una bandeja y una copa sagrada, los símbolos de la pasión de un dios que entregó su vida para salvar a los hombres. 

Pero hoy nadie sabe a ciencia cierta qué está pasando. Lo que es seguro es que los cuervos de siempre ya vuelan dando círculos sobre nuestra sociedad. 

En la segunda parte de la historia del rey herido, Perceval regresa al reino maldito y osa hacer la pregunta, con lo que el rey se recupera de su mal y se restituye la fecundidad a la tierra baldía. 

¿Cuales es la pregunta que hay que hacer para que esta pesadilla termine? 

Estos días los católicos recordamos la pasión de Jesús. Hay en ella una escena que sobrecoge por su actualidad. 

- Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.

- ¿ Y qué es la verdad - reponde Pilatos.


Hoy Perceval no podría hacer esa pregunta. Porque quien pregunta debe tener alguien que le escuche y me temo que en este punto debemos abandonar el mundo de Perceval para entrar en el no menos sombrío , un mundo implacable y frío, que solo en apariencia sigue resultando humano. 

El mundo de la política se ha vuelto previsible y amoral, y el congreso de los diputados es lo más parecido a un guiñol cuyos muñecos hablan con otras voces, y son dirigidos por otras manos.

Esos diputados que habéis elegido tan pronto acceden al poder son abducidos por fuerzas oscuras y dejan de representar a sus votantes para servir tan solo a poderes indefinibles. 

La última pregunta de Perceval, la más dolorosa de todas, solo puede ser entonces ...¿ a quién servís?


----

¡¡¡ Feliz Pascua de Resurrección!!!

---------------
Se actualizó el blog "La recomposición de la Crisma" con una historia desopilante , desenfadada y  festiva AQUÍ

No hay comentarios:

Publicar un comentario