Debajo de toda la hojarasca que cubre el alma podrida de los codiciosos no hay nada.
Se necesita una determinada forma de excavar para llegar a descubrir toda la mentira , los abusos, la apariencia hipócrita de bondad que ocultan los ricos piadosos.
Son lo pior de lo pior.
Aunque esté muy bien cubierta bajo capas de opiniones que hablan bien de ellos , de maquillajes de misas, rosarios, de peregrinajes a Santuarios marianos, se olvidan del "¡ ay de los ricos!"...y del profundo desprecio que Cristo sentía por ellos.
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