viernes, 28 de octubre de 2022

OVEJAS Y PAREJAS.

Cada pareja está concernida en muchas personas. No te casas con fulana/o, te casas con una cultura de abuelos, padres, hermanos, tíos, primos...exparejas, vivas y difuntas, hijos , también vivos y difuntos...es toda una tupida red de biografías que afectan, y mucho , a tu chic@.


Es como si al unirte con esa persona, de sus raíces, ascendiera una savia de muchos siglos.

Con la convivencia podemos descubrir que hay desórdenes en nosotros , o en nuestra pareja, que nos hacen daño. Son historias de nuestra vida familiar, de nuestros afectos, heridas sin sanar del pasado. Y las razones no las busques sólo en esa persona que vive contigo.

Es más que probable que estén en tu familia. Y eso supone tener la humildad de conocerse mejor para integrar cosas que no fueron integradas. Por ejemplo, el papel de padre que tuviste que asumir con tu madre, sin que nadie te lo pidiera, porque tu padre os abandonó un buen día, y ella no supo asumirlo.

Y eso afecta hoy a tu pareja.

O, por ejemplo, ante la aparición de un hijo discapacitado, el sentirte desplazado por tu mujer que se volvió doña necesaria para el enfermo, y que te acusaba de no sentir el dolor por esa criatura como lo siente ella. Y , poco a poco, eso afectó a los otros hijos, y a ti, hasta el punto de callar para siempre, tomando un papel de estatua inmóvil y muda.

Esos dolores tan personales , que son tan difíciles de vivir compartiendo, o de mirar juntos aquello que duele.

Ejemplos hay tantos como personas. El que está más influenciado más por mamá que por su esposa, o la esposa que calla y otorga de por vida , amargada, la infidelidad de su marido, o el hijo sumiso que sólo busca agradar a papá o a mamá, la hija perfecta porque es la última y pasó a ser la muñeca de todos...

Todo eso afecta la convivencia de una pareja cuando han pasado los primeros años de vida en común.

O el que esa persona tenga sus raíces familiares podridas, sin fuerza, con poca profundidad afectiva.

Cuando llega la crisis, que es buena cosa, no mires a tu pareja y te preguntes qué ha pasado...mira dentro de ti, en tu biografía, en tu lugar afectivo en esa familia que te tocó vivir, en la relación con tus padres, hermanos, abuelos... 

Tienes que ser humilde, mucho, pero vale la pena.

 

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