Ayer me decía una persona que quiero mucho, y ella a mi , que no le gusta que escriba y recuerde tanto, y tantas veces , a mis muertos.
¿ A qué muertos ?, le dije.
" Siempre es la misma, tú ya sabes".
Sufre porque piensa que un viudo desconsolado es un coñazo.
La pregunta que le hice tenía su qué, porque en mi mochila llevo muchos muertos.
Quizás lo mío es una enfermedad : todo mi pasado, y todo es todo ( personas, lugares, ciudades, paisajes....), vienen conmigo y los vivo y amo en presente.
Don Clemente, profesor en la Escuela de san Antonio, en Torrero, los jesuitas, con sus nombres y apellidos, todo ese colegio, alumnos y profesores. La escolanía de Santa Engracia, su gente y sus curas, y el colegio Montearagón , donde estudié COU.
Y toda la gente de la Obra donde estuve, viví, reí, canté, lloré, y quise.... Las mujeres que amé, por supuesto Manuela, pero también Matilde, y Carmen, y Ana...
Me dicen con frecuencia que cuento las cosas como si hubiesen sucedido ayer.
Ayer mis padres, ayer mis hermanos mis amigos, mi Dios, mi Virgen, mis rollos...
Y es verdad. Todo ese pasado, el bueno, el malo, el regular viene conmigo y el que me quiera, o la que me quiera, lo debe aceptar, porque soy así, y me moriré así.
Después de Manuela han venido más historias y más gente....¿ y qué puedo hacer si las quiero?
Yo no entierro nada de mi vida, ni lo relego al olvido. ,
Hay cosas deterioradas, tierras deterioradas, tiempo deteriorado (perdido) y vidas deterioradas....a mi el Juicio Final no me sacará los colores.
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