Hubo una frase de san Josemaría, creo que no era suya pero se celebró mucho por su agudeza, que decía que un director no podía ser ingenuo, confiado, inocentón. " Hay que verlas venir, estar de vuelta, y saber trigonometría". Algunos añadían una " boutade"..."y se te mean di que llueve".
La experiencia me ha enseñado que si uno actúa así, viéndolas venir, estando de vuelta, y sabiendo trigonometría acostumbra a ser un cabrón. Con pintas. De hecho, la mayoría de los jefes, y algún director que he tenido , que sabían trigonometría y actuaban así, han sido unos tipos muy poco de fiar.
Saber trigonometría es estudiar y medir los triángulos, las relaciones entre sus ángulos y lados, y sus variantes. O sea, algo así como jugar a billar americano con las personas. Le doy a esta bola para que pegue en otra bola, y a su vez ésta percute en otra, y de allí a una más , y al hoyo.
Y el jugador no siente nada. Sólo son choques de bolas y bandas. La insensibilidad de este tipo de personas con sus particulares " bolitas " estremece. Juegan con datos que tienen y que tú desconoces.
Para que dar nombres. Este tipo de seres humanos son muy hijos de puta. A mi me han hecho unas cuántas así, pero la se rige por otros criterios y las cosas siempre salen bien.
Lo de Escrivá se entiende porque al hombre le ponían muy nervioso los parvos.
"La inocencia a partir de cierta edad debería de ser pecado mortal sin parvedad de materia" dicen que dijo Alejandro Llano. Y eso sí lo entiendo. Hay inocentones que las han liado muy gordas. El bobo, el cándido , es un peligro porque no se entera de nada. No sabe dónde le da el aire. Poner a un tolay a mandar es muy arriesgado. Y, encima, el tío te hace la putada sonriendo.
Hace unos días insistió un antiguo ser humano que vivió conmigo hace años en tomar un algo. Quedamos. Y para mi sorpresa me dice, toda una declaración. " ¿ Te acuerdas que yo era muy ingenuo", bueno , pues he cambiado mucho. He mejorado. Soy otro".
En fin, la frase me parece ya, en sí, de una ingenuidad y de una candidez maravillosa. Sobre todo si tienes sesenta y cuatro años. No conozco ningún tolay que diga "¡ ya no soy tolay! ". Al despedirnos insistió en su caída del caballo de la memez.
- No creas que has cambiado tanto - respondí. Además, esa manera de ser es tu particular encanto.
Creo que no le gustó.
Después, de regreso a casa , le iba dando vueltas a la charla. Y pensaba cuál habría sido la razón de que quedásemos e insistiera, precisamente conmigo, en ese tema. Por qué ese interés en que supiera que era otro.
Y di con la causa.
Hace años, cuando vivíamos juntos, conté en una cena una historia inventada. Me gusta exagerar situaciones, que parecen reales. Las cuento muy serio. Normalmente la gente ríe la gracia, y poco más. Es difícil que alguien crea lo que digo que me sucedió. Y esa noche...
- Ayer estaba dando una conferencia en una reunión de padres y, de repente, siento unas ganas de estornudar muy grandes. Intenté aguantar el golpe y forcé para no hacerlo. Y, oye, hice tanta fuerza con la tripa, que al apretar y evitar el estornudo, se me salió el cordón umbilical por los botones de la camisa . ¡ Qué vergüenza!, ¡ todo el pingajo de tripa colgando hasta media pierna! Y las madres gritando, ¡ uala, uala, ualaaaa!".
Y entonces este tío, que era el director, va y me dice:
- Ya vale, Suso, siempre hablando de sexo...
Yo pensé "¿ sexo?...¿cordón umbilical?....me parece que este tío está un poco verde"
Y le dije " no te enteras de nada, te faltan muchos hervores. Eso no es sexo".
Está claro que al decirte eso le faltaban muchos hervores, y más aún cuando había estudiado Medicina.
ResponderEliminarYo no he dicho que estudió Medicina... era economista con gafas
EliminarLa formación en anatomía de los chicos que han ido a colegios de la obra es muy deficiente. Todo lo que está a medio metro a la redonda del pene es ignorado. Incluido el ombligo.
ResponderEliminarEstá peor que tu anécdota del "señorita ¿dal pol culo fecunda?".
Esto me recuerda que en el siglo XV el Papa ordenó poner calzoncillos a todos los que estaban representados en pelotas en la escena del juicio final, de Miguel Ángel. Así estuvo hasta finales del siglo XX, si no me equivoco, cuando se restaruró.
Daniele da Volterra fue el encargado de hacerlo. Ha pasado a la historia con el apodo de "il braghettone".
Yo creo que el problema estaba en unan especie de esquizofrenia que había en la formación en estos temas en los colegios, y en los centros .
EliminarEn los colegios, los tutores que eran numerarios- muchos provenían de los clubs- iban a saco con estos asuntos, sin cortarse un pelo. La obsesión sexual era muy principal. Y muy inmadura. Y, además , se preguntaba sin pudor ninguno.
Los preceptores que estaban casados y eran padres no preguntaban y pasaban del tema.
El los clubs, la verdad, íbamos a saco. Me incluyo. Y los destrozos fueron considerables.
Asistí a a varios UNIV. En aquellos autobuses iban auténticos killers de la cosa sexual. Recuerdo en un viaje que al salir de Barcelona uno de los directores, un tal Doménech , de apellido, fue hablando uno a uno con todos los chavales que viajaban en ese autobús.
Al día siguiente, en una reunión del consejo de ese autobús , una que se hacía pare ver quién es quién, el tío dio un repaso de todos los paisanos con los que habló ( que no conocía) y soltaba perlas como esta:
- Este no puede `pitar porque se masturba tres veces al día...este tampoco porque es gay...este es adoptado y habría que pedir dispensa...este está enamorado de su madre...
¡ Se sabía la vida y milagros de toda esa peña a la que unas horas antes no conocía!
En fin, así le fue.
Así nos fue,
Joder, desde fuera acojona bastante. Todo parece atormentado, conflictivo...un puto sinvivir, vamos.
ResponderEliminarDepende de con quién te tocara. yo no viví atormentado, ni atormenté a naide.
EliminarPero también vi nubes de tormenta alguna vez en el horizonte. Vade retro, decía para mí. Si el dire sabía trigonometría, yo sabía Rufini, joder, no tenía mundo cuando llegué a un centro del opus para que un pijo ex de tormento-centros-de-enseñanza me viniera con tonterías.
Pero, coño, a veces vi sufrir a pares y me decía: es que no se ha caído del guindo este pobre tontolaba para que se lo hagan pasar tan mal? Hoy pienso que es un tema delicado, pero me sigo preguntando como es posible que en los tiempos que corren haya gente así, tanto dires que creen que van de doctores cuando siquiera fueron aprendices, como pipiolos que se dejan manosear la intimidad. "Paraaaa quieeeeto, que de eso no le hablo ni a mi novia, capiti?"
PD, un amigo me decía " hoy le dicho al preceptor que llevo tres pajas, pero que estoy decidido a reformarme" y yo le decía: pero cómo puedes ser tan cabrón... por cierto que con el tiempo pitó de súper, y hace mucho bien a sus alumnos. Si fuera posible, lo nombraba vocal de sanrafael
Muy buen comentario, gracias 😊
EliminarBueno, dentro se vivía con mucha naturalidad.
ResponderEliminarEra bastante asqueroso tener que soportar a un tío con bigote y con una cara de falso que no te la dan ni pagando al que solo le preocupaba de ti si te masturbabas o/y si ibas a misa. Ese era el nivel en algunos bultos sospechosos que retozaban en la piara. Encefalograma plano total.
ResponderEliminarpoco te exigieron ¿qué escondías? Si hubieras sido correcto el "tío con bigote" te hubiera caído muy bien
EliminarAsí era Suso en esa época. Doy fe!
EliminarEs un puto sinvivir, bien descrito. Por eso se han quedado sin nadie y en un limbo jurídico.
ResponderEliminarSe vivía con naturalidad porque nadie hacía caso a todas las normas y reglas, que violaban el principio de no contradicción.
En la Instrucción de San Rafael Nuestro Fundador escribió que "saber trigonometría" quiere decir "saber que la distancia más corta entre dos puntos no es la línea recta".
Así, lo retorcíamos todo y salíamos adelante. Otros explotaron en su cabeza ("explota, explótame, expló, explota, explota mi corazón").
Normal, lo que se dice normal, no queda nadie ni dentro ni fuera.
Y eso que había que pedir dispensa para que pitase una persona en cuya familia hubiese antecedentes de enfermedades psiquiátricas (por eso no podía pitar un adoptado: se desconocían sus antecedentes psiquiátricos).
Hemos acabado todos desquiciados, a pesar de que nos lo hayamos pasado bien algún rato y hayamos tenido momentos divertidos de camaradería.
No pretendo molestar a nadie. La vida es complicada y pienso que más o menos todos acabamos igual: "no felicites a nadie antes de su muerte, pues solo en su final se conoce al hombre" (Eclesiastes). "Jaaaviiiiiiiiiiiiii.......".
Cuando una manera de equivocarse es tan machaconamente repetitiva, eso no es un fallo, eso está decidido y programado.
EliminarA mi ya me pilló lejos, creo. Salvo el primer preceptor que me preguntó sobre el tema y me orientó con bastante criterio, este fue un tema del que yo no hablaba si no quería. Y llegó un momento que, ya en la ch fr, no quería. A pesar del trío de la bencina recomendado: "fe, pureza, vocación ". A lo mejor con eso abrieron ficha y ya no hizo falta más. Y mira que yo estaba salío. Pero con paz. Quizá fue una época en la que se dio el criterio de que era mejor no hurgar. Yoquesé.
ResponderEliminarUn numerario me dijo en la tercera convi que hice: "en la ch, cuenta lo que te dé la gana, lo que no, no. Eso no es falta de sinceridad. No te líes". Estaba jubilado y se ve que tenía calle. Tipos de sentido común como éste son los que ayudan a que el barco aún no se haya hundido.
Este fue el criterio que yo utilicé con los chicos que tuve a mi cargo. Y el ambiente era muy sano.
Por eso, cuando llegó uno de esos "inocentes" de los que habláis, y me insistió en que preguntara a este o aquél de mis preceptuados si se frotaba a menudo y cuántas veces, mi caraplato hubiera sido para tomar una instantánea. "Eso es lo que hablábamos de chiquillos cuando los mayores no nos escuchaban, vamos, lo que hacían los chavales en los campamentos a la hora del café de los monitores: hablar de cosas guarrillas", pensé. También pensé que ese director no iba a durar mucho, y en eso me equivoqué. De hecho, con el tiempo se ordenaría cura.
En cualquier caso, me parecía algo indigno de la misión del preceptor, y cuando en reuniones siguientes me preguntaba sobre el tema, yo contestaba sin pestañear: "es que el chico no suelta prenda sobre el tema ", y asunto zanjado. Ni que decir tiene que nunca pregunté sobre el tema a nadie, y si alguna vez algún chaval me preguntó si esto o eso era pecado, yo orientaba con la doctrina del catecismo en mano, pero nunca salió del ámbito de esa conversación.
A los padres del cole sí que les decía que desde los 8 años era conveniente que contaran a sus hijos de dónde venían los niños, eso me parece que es lo natural. Aunque hubiera tantos padres que no acabaran por sacar el tema por... "vergüenza". Dios mío, qué cavernario. Pero allá ellos. Yo estaba para educar, y si acaso en el club, acercar almas a Dios, no para suplir a los padres, y menos en estos temas. Faltaría más.
Gracias por comentar . Muy bueno todo lo que escribes.
EliminarYo acabé harto de este asunto. Por muchas razones - mi doble vida era muy promiscua,- y me repugnaban manifestaciones de sinceridad que me dejaban perplejo, por raras.
Una vez un numerario me dice en la charla - durante la famosa triada de la bencina ( aunque se podría añadir que había un decálogo churrigeresco de normas, y terminar por un recitado talmúdico de normas de siempre) ...siempre que el notas no te preguntase por si habías escrito la carta al Padre.
Me fui de vareta. Me dice el numerario " esto me cuesta mucho contarlo... me gustas...quiero decir que estoy enamorado de ti".
En ese mismo instante , sin dejar la gravedad del cargo, me levanté y me puse con el culo bien pegado a la pared.
Le pregunté que a qué venía eso.
- En el retiro ha dado la charla de pureza el subdirector de la delegación y ha puesto de ejemplo que si nos gusta el director, lo digamos.
- ¿ Eso ha dicho ?
- Sí.
Valiente bujarrón, el tío.
Por cierto, volví a encontrarme con ese numerario hace tres años. Es profesor de Universidad Importante . Un tío listo y con gafas. Es soltero, pero no vive el celibato apostólico. Dejó la obra. El tío cambia más de novia que el menú escrito en tiza. Y recordamos tiempos pasados. Y, después de pensármelo mucho, con el tercer Jack Daniels , le pregunté si recordaba aquella charla y aquella confidencia.
- ¿Yo te dije eso?...pues no me acuerdo.
Así son los amores de juventud.
Ay Suso! Viendo todo esto pienso... Cuánto MAL hemos hecho. Y cuánto BIEN también
ResponderEliminarEl trigo y la cizaña.
EliminarEl Domènech ese estaba por Belagua Fase/Torre o nosequé. Su hermanico es ahora cura diocesano y se dedica a la pastoral vocacional con Omella en BCN. Me da mucha pena lo que cuentas del UNIV. El manoseo de las almas es algo que se ha hecho durante muchos años.
ResponderEliminarCreo que no hablamos del mismo.
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