AMIGOS DE VERDAD.

Eso que se dice de que " los enemigos de  mis enemigos son mis amigos " , no va conmigo.

Hay ex que no los aguanto. Ni Martínez Pujalte, que es un impresentable con un ego retorcido, una falta de litio importante, y un alma macarra . Ni ese tan listo , Daniel Innerarity, que se hace fotos con el dedico en la sien. Eso sólo lo haces cuando eres  vasco e inteligente, y del PNV.  O ese que trabaja en el IESE , que me dijo que dejó la obra porque  había perdido la configuración fundacional .

Lo de que se follaba a su secretaria era a más a más.

Podría citar otros casos, otras biografías. Pero en todos los sentidos. Porque hay personas que sí .Y hay que no.

Lo mismo me sucede con   seres humanos que siguen allí. Algunos los admiro mucho, y los quiero.

Por favor, evitar comentarios sobre la institución y que si patatín y patatán. La conozco muy bien. Aquí uno dice la suya.  Yo no quiero que la opus desaparezca. ¿ Que tendrá que cambiar?, pues vale. Pero ése ya no es mi problema.

La vida, al menos la mía, es un ir desprendiéndose. Echar lastre. No entender esto es no entender nada. Me desprendí al expulsarme de jesuitas . Al ir a Barcelona, Al dejar Lérida, y después Tarragona. Y al volar de Valladolid. Murió Manuela y fui a Guatemala. Con una bolsa. Regresé con otra bolsa. Y vuelta a empezar en Barcelona. 

Me jubilo y vengo aquí, otra vez con cuatro cosas.

No he guardado nada de mi vida pasada: ni fotos, ni libros - ni siquiera lo que he publicado. No tengo copia de mis canciones. Hace unos días fui  despedido de Instagram por violentar no sé qué reglas. Me di de baja y a por otra cosa, mariposa.

Mañana me pueden cerrar cualquier cuenta. Esta del Barullo. Pues nada. Hasta aquí llegamos. Mañana puede pasar lo que sea, aquí estoy, esperando  a  porta gayola.

Dicen que hay una edad a  partir de la cual ya no se hacen amigos. Yo creo que no, lo que sí hay es una edad en la que ya no te vale cualquiera. Una edad en la que sueltas lastre porque ya estás hasta la mismísima polla de ser la locomotora de otros. Y eso fue lo que me sucedió al dejar la opus. Es un cruce de caminos donde te quedas muy solo. Porque en eso la obra se porta muy mal con los que lo dejamos. Que es que parece que te has muerto, coño.

Pero es un buen momento para volver a empezar en muchos temas. Uno  es en esto de los amigos.  Ya no tienes obligación  de vivir fraternidades donde se prohíben las amistades particulares. 

Cuando te cargas algún malo de tu agenda  hay dos tipos de amigos, el que se echa las manos a la cabeza y el que se presenta en casa con una pala para ayudarte a enterrarlo. Pues eso. Yo he mandado unos cuantos amigos a la mierda, a la basura de mi agenda de contactos. Se acabó los  Urelles, los Oriol, los Toni, se acabó...

Por supuesto, esto es recíproco. También uno puede ser eliminado.

Últimamente he soltado lastre de personas que no me aportaban nada, y he conocido otras que me enriquecen, no pienso que haya una edad para hacer amigos si no que la exigencia sube según vamos cumpliendo años y la tolerancia a perder el tiempo con quién no aporta, baja y mucho. Algunos del gimnasio suben mucho. El cura de Caldas. Alguno más que no nombraré.

Yo me quedo con los buenos, con los puros de oliva. Al dejar la opus me quité de encima al 80 % de mis contactos. Si sólo te llaman cuando tienen problemas, sobran en tu vida. Los de "tengo amigos desde hace 30 años y no me hace falta hablar con ellos" me parecéis una coña. ¡Venga , hombre!. Unos estafadores emocionales.

Dejar aquello fue un filtro, mucho "amigo" que se esfumo y dejaron de importar. Porque, oye, dejé de existir. 

Amigos de verdad son pocos, pero sé que estan conmigo de corazón y no por interés. y eso es lo que vale.

Y ya sabéis quien sois. De vosotras y vosotros.