Hace dos días fui a hacer una ruta. En medio del camino encontré una ermita. Entré , y en el interior, había una mujer adecentando, limpiando , arreglando y colocando unas flores en el altar.
- ¿Esta es la famosa ermita de la canción?
- ¡Esta misma es! Si lo desea, se la puede cantar a la Virgen.
De Joan de Dou aprendí la costumbre de cantar a la Señora. Insistía mucho cuando cantábamos en la tuna que nos dirigiéramos a Ella. ¡ A la que más queremos! Hoy todavía mantengo esa costumbre. Todos los días le canto a la Virgen de la Salud "quiéreme mucho" en la iglesia de Caldas.
Puede que todo eso nazca de la necesidad del alma de hablar con Dios.
Así que me atreví a cantar esa Virgen en esa pequeña capilla. La mujer alucinó. Después estuvimos charlando de todo y de nada. Me comentó que no se había casado nunca.
- Pues usted tiene todavía unos cuantos tiros que dar. ¿ Cómo ha conseguido vivir en celibato tantos años?
- He dicho que no me he casado, pero he vivido en pecado con un señor muchos años. Pero Dios nos va guiando y, ya ve, aquí estoy hoy, con sesenta y cinco años sirviéndole en esta parroquia.
Y en un momento determinado le dije:
- ¿Puedo hacerle una pregunta un poco así?
- ¿Así cómo?
- Personal.
- Vale.
- ¿Usted pitó de numeraria?
La mujer se se quedó a cuadros , tipex total, sorprendidísima.
- ¿ Cómo lo ha adivinado?
- Un pálpito.
- Pues sí. Fui numeraria siete años.
Resumo. Pitó en Madrid. Después lo dejó. " Estoy en buen plan, aunque lejos de ese mundo". Su madre es supernumeraria. Me preguntó en qué plan estaba yo. Ha tenido una vida intensa, tarumba, y algo desvariada.
- Para algunos en buen plan, para otros en mal plan. Pero yo creo que en bue plan- le contesté.
- No soporto esa gente que necesita echarle la culpa de su vida a alguien para poder estar enfadada años y años.
Tengo comprobado que el ser de la opus - da igual los que son, los que fueron, los que han vuelto, o los que están allí, atravesados- tenemos un común denominador. Nos detectamos en seguida. No es la primera vez que intuyo que alguien pitó. Y tiene su lógica. Ser de la opus es algo que sólo puede saber el que ha estado allí. Es como ser del Atlético de Madrid, o del Zaragoza. Gente que sólo ellos saben lo que es sufrir, y ganar, o perder y...ganar.
Los opusinos - insisto que da lo mismo si en condición de ex o de lo que sea- sabemos que algo va a pasar, seamos como seamos y vengamos de donde vengamos, somos gente muy distinta que tiene algo en común. Por esa razón , esa mujer y yo- Raquel se llama- sintonizamos en seguida. Bastaron unos minutos. Y no habíamos hablado antes en nuestra vida , ni volveremos a hablar.
Tengo para mi que los opusinos somos una especie con vínculos fuertes, una unión que transciende a las crianzas, a las clases sociales, a la educación, algo que supera a las generaciones, a las modas, a la política, a los intereses locales, al sexo...
Algun@ pensará, ¿ pero este tío que se ha fumado hoy?
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NUEVA ENTRA DEN ULTREYA: ANIA.