martes, 26 de mayo de 2015

EL TRINO DEL RUISEÑOR

En el monasterio de Leyre se cuenta la fábula  de san Virila. Este santo abad pasó trescientos años oyendo un pájaro que cantaba en el bosque, y al regresar al monasterio cayó en la cuenta que se había convertido en un extraño.

Si vives la vida fuera del mecanicismo que te enseñaron en la escuela, de lo escolástico , de lo burgués y porcino, verás que  está tejida con dos hilos: la búsqueda de ese pájaro y su escucha.

Un día lo conseguirás , si no cejas en esa búsqueda, maravillosa búsqueda. Y será incomunicable. ¡Es tan personal esa experiencia!

Y saber eso, y recordar esas horas afortunadas en las que el pájaro ha cantado para nosotros, recrearse en esos breves e intensos momentos, maravillosos, de una belleza que conmueve y devora el tiempo.  

¡Ojalá encuentres ese trino del ruiseñor!

Yo lo encontré cuando estuve en brazos de Juan Pablo II, lejos de todo  En la mirada de Manuela. Cuando acaricié la frente de mi padre muerto...

No sé si sabes  a qué  me refiero.
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DIVERTIADAS DEL MARTES

1 comentario:

  1. ¡ Espera que recuerde !
    La primera vez que lo escuché fue buceando en La Cola del Caballo. Me tropecé con una sirena auténtica, y emitía ese trino.
    La segunda cuando llegué a la meta del Marathón; en un estado lamentable. Sonaban fanfarrias.
    ...
    ¿Y la última?
    Ah ! sí. La última partida a póker descubierto con el Boss.
    El Señor te lee tus cartas, antes incluso de repartir.
    Imposible no aprender algo en esas partidas.

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