martes, 19 de mayo de 2015

UN COMENTARIO SANADOR.

Ayer se escribió este comentario, y como me parece ma ra vi llo so , lo republico.

Y le doy las gracias.

De todas formas, le pongo algún pero.

Cualquier empresa humana tiene un cupo máximo de mediocres que puede soportar antes de entrar en colapso irreversible. 

La experiencia que pasé en mi última etapa profesional fue esa: cuando llegó la  crisis de los gorgojos hace meses  nadie supo qué hacer, se reaccionó tarde y mal. Por eso hoy, meses después de esa crisis, vuelve a surgir el mismo problema.

Cuando todo es muy grande , se diluyen las responsabilidades.El mediocre no reconoce la crítica para corregir, sino que encarga la corrección de la crítica a expertos externos de reconocido prestigio. Llama la atención que entre tanto directivo, bien remunerado, supuestamente  expertos en lo suyo, se tenga que recurrir, a precio de oro, a asesores externos.

Tiene toda la razón el comentario, y es de agradecer que existan jefas así, pero yo aprendí, y por eso salí de allí espantado, que en empresas como la de la Camelia los  altos cargos  se definen por la mediocridad de sus  perfiles. Casi todos  creen haber descubierto lo que es poder: poder es poder hacer sufrir.

Y eso no está nada bien. La lectora sabe a qué me refiero, pues esa cultura está en muchas empresas. 

Hoy he encontrado una entrada un poco parcial, sesgada. Y es que, por suerte o por desgracia, soy jefa. Bueno, jefa con jefes. Todos tenemos un jefe.

Y yo diría lo mismo de la gente que trabaja en mi equipo. Los hay buenos, y los hay peores... Lo que yo echo de menos es gente que tenga amor por el trabajo bien hecho. 

A mi me gusta lo que hago, no todo en la misma medida, claro, pero creo que merece la pena hacerlo bien. Eficazmente. Y esto, a la gente le suena a chino. 

Siempre hay una excusa para escaquearse. Que si me pagan poco, que mira el de al lado... Todo el día rascándose las bolas, que da lo mismo bien que mal, total nadie lo va a apreciar. Y así nos luce el pelo.

Hay muy, pero que muy poca gente que se entusiasme por su trabajo. Eso quien lo tiene, claro! Y creo que es una falta de buena educación, de educar a la gente en el trabajo bien hecho, en que merece la pena hacer las cosas bien. 

No se, perdona por el rollo pero es lo que pienso. Creo que la gente va por la vida quemando, así, quemando las horas que dedican al trabajo, que son media vida, y no se dan cuenta que hay que disfrutarlas, hay que motivarse, seguirse formando.

Bueno, buen día!!!

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EN LO SECRETO

9 comentarios:

  1. Una placita en un pueblín de Marruecos. Cuatro mil años de pueblín, ojo.
    Miro cómo trabaja el cobre un colega. Maravilloso metal que al ser maleable responde con generosidad a los golpes del martillo.
    Nos quedamos embobados un niño y yo. El enano acabará haciendo utensilios de cobre, y yo, que no tengo ni idea, al tener un trabajo intelectual.
    ...
    Me mira el artesano con ese mirar profundo cuyo origen se pierde en los siglos.
    Y zas, me da en la mitad de toda la mitad. Tiene un compás en la mano.
    El señor sabe hacer hexágonos con el compás.
    Le pregunto en francés si sabe hacer un pentágono con el compás.
    El enano nos mira, apuntándolo todo en su inmaculada memoria.
    No sabe, así que le enseño.
    Sonríe el muy ladino, y como recompensa me invita a un té en su taller.
    Al niño le da una mandarina.
    Y allí, sentados los tres, sentimos el latido fresco que la geometría ofreció al hombre, desde el nacimiento de Pitágoras. Un trabajo bien hecho.
    ...
    El grupo de españoles, mientras tanto se queja de que en el restaurante no hay wifi.
    Y los niños de que no pueden mandar guasap a sus amigos.
    Todos atados de pies, manos y cabeza a unos aparatos que ni siquiera saben desmontar.
    Y mucho menos cómo funcionan.
    ...
    Pero ese día, un niño musulmán aprendió a hacer hexágonos y pentágonos con la ayuda de un simple compás.
    Y se ganó el derecho a apretarse la mejor mandarina del mundo.
    La que te ofrece un artesano que hace bien surabajo.

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  2. Leí un artículo en Fortune ('fochun) en 1995 que todavía conservo. Los trabajos ya no son para siempre. Mi abuelo trabajó toda su vida en Lámpars Z y nos engañaríamos si pensásemos que con nosotros pasará lo mismo. Cuando estoy haciendo un trabajo pienso en si estoy aprendiendo y preparándome para el siguiente. El test de este artículo para comprobar si un trabajo es te conviene:
    ¿Aprendes?
    ¿Te darían el trabajo si se volviese a poner en el mercado?
    ¿Te están ordeñando?
    ¿Sabes en qué contribuyes?
    ¿Que harías si el trabajo desapareciese mañana?
    ¿Te diviertes?
    ¿Estás preocupado por tu trabajo? Si lo estás, probablemente deberías estarlo.
    Creo que el marco legal en España favorece el apalancamiento. Yo estoy a favor del despido libre sin indemnización. Creo que es la única manera de quitarse de encima a todos esos jefes que no se sabe lo que están haciendo y que no pasarían el test.

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  3. "la vida es demasiado corta como para tener el trabajo equivocado"... y otro: "el trabajo nunca te dará la felicidad, pero al menos no dejes que te la quite"...

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  4. Normalmente ese tipo de comentarios los hace quién está en una posición cómoda o menos incómoda en la vida. Sucede lo mismo con el cristianismo burgués y, en general, con el modo de vida burgués, Siempre tienen consejos para los demás porque sólo entienden una forma de comprender el mundo: la suya. El amor al trabajo bien hecho, hoy día, con la crisis moral y educativa que existe, sólo lo tiene quién tiene un buen trabajo. Digámoslo sin hipocresías. Se dice amar supuestamente el trabajo porque puede perderse si se demuestra lo contrario pero suele ser hipocresía. El mando medio o medio alto no ama lo que hace. La clase baja ni se lo plantea. Como el aburrimiento que surge sólo en la clase aristocrática, la vida de piedad o el amor al trabajo bien hecho, surge cuando muchas otras necesidades están resueltas. Algo que hoy es un lujo. Por tanto, algo ajeno al mundo normal.

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  5. Hola de nuevo. Te agradezco que me publiques el comentario aunque solo es una opinión. Me ratifico en todo, y tienes razón cuando dices que es SANADOR. A mi, esta forma de ver las cosas me ha salvado en muchas ocasiones, o por lo menos ha sido un consuelo, pensar que me ha cundido el día, que he dejado bien resueltos algunos temas, que he contribuido y he aportado mi experiencia en algún asunto, importante o no importante. Quizás he sido una privilegiada en muchos sentidos y he podido cambiar de trabajo, moverme, promocionar, pero también te digo que me he sacrificado muchísimo, muchísimo. Y he tenido que aguantar a jefes y a jefas, por llamarles algo, que disfrutan haciendo sufrir con el "poder", manipulando, utilizando a la gente, incluso vejando y maltratando. He visto verdaderas crueldades ¿me oyes? Incluso las he sentido en carne propia!!! Pero a mi nadie me quita mi esfuerzo, mi buen hacer, mi empeño en hacer las cosas bien. Y te diré también para terminar, que por desgracia hasta eso jode. Jode a los jefes mediocres, a los compañeros mediocres, a los que están en esta vida para que todo reviente!

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  6. Pero no pasa nada...¡aquí estamos!

    Un besote

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  7. Yo, que escribí el anónimo que para un amable lector mereció el calificativo de bravo, te digo que yo ocupo un puesto alto, en una empresa de las cinco más importantes del IBEX. he promocionado, he subido, pero lo que he dicho lo digo porque sé que yo no seré libre hasta que todos los sean, y laboralmente hablando, las empresas españolas, o las mexicana, que conozco, están llenas de esclavos. A ellos y a mí, que soy ellos mientras no dejen de ser esclavos, van dirigidas estas líneas. No nos sirve la visión del mundo en que sólo se salva uno. No nos sirve!

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  8. Hola,
    Completamente de acuerdo con Anónimo. Yo he sido jefa también muchos años. Decir que los empleados se escaquean y no se comprometen con su trabajo, es inexacto.
    Los jefes son empleados como todo el mundo, la única diferencia es el tipo de trabajo que realizan.
    Si el equipo de la persona a la que van dirigidos los comentarios, no hace bien su trabajo, la responsabilidad es del responsable del equipo, que para eso le pagan. No vale echarle las culpas al de abajo y menos con la que está cayendo.
    Carmen

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