martes, 5 de mayo de 2015

LA PRUEBA.

Es cuando llega la  prueba - enfermedad, un batacazo económico, divergencias de carácter,de intereses, de pasiones- cuando las complicidades  egoístas  de la pareja se desatan , se derrumban, y se revela la verdadera  naturaleza del amor.

Nada era lo que parecía. O sí

La impureza del amor se mide por el número de aliados espurios que   necesita para subsistir, y su pureza por el número de enemigos que es capaz de afrontar sin morir.

Seamos  justos: no puede darse un amor autónomo: nuestro amor necesita de alianzas, pero no a cualquier precio.

Todos conocemos uniones impuras y débiles que se sostienen sobre factores extraños: el sexo, la pena, cumplir por presiones legales o sociales, la seguridad que aporta el bienestar de la pareja, la sumisión a idénticos conformismos vacíos.

Hay que esperar a la prueba, que llega siempre, para testar  la pureza de nuestros amores.

Observo  una pareja joven en una cafetería, y advierto que nadie sonríe durante horas, cada uno está a su bola, una escuchando por unos pinganillos, él hablando por teléfono, y tengo la impresión que aún no he llegado la prueba. Tal vez  les ronda.

Pero puedo estar totalmente equivocado.
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EL AULLIDO DE DIOS.

2 comentarios:

  1. Muy intersantes las últimas entradas.

    Ayer hablaba con mi costilla de este tema , sobre una extraña separación que nos ha dejado perplejos y dolidos. Y lo que cuentas lo explica muy bien: llegó la prueba.

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  2. Es que en lo de en lo bueno y en lo malo, ya no cree casi nadie. Y además lo dicen.
    "Si a mi me pasa esto, me separo y punto". En todo caso, es bueno saberlo...

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