En Sierra Leona, los guerrilleros cortan la mano derecha de los habitantes de una aldea antes de retirarse. Una niña, que está muy contenta porque ha aprendido a escribir, pide que le corten la izquierda para poder seguir haciéndolo. En respuesta, un guerrillero le amputa las dos.
En Bosnia, unos soldados detienen a una muchacha con su hijo. La llevan al centro de un salón. Le ordenan que se desnude. «Puso al bebé en el suelo, a su lado. Cuatro chetniks la violaron. Ella miraba en silencio a su hijo, que lloraba. Cuando terminó la violación, la joven preguntó si podía amamantar al bebé. Entonces, un chetnik decapitó al niño con un cuchillo y dio la cabeza ensangrentada a la madre. La pobre mujer gritó. La sacaron del edificio y no se la volvió a ver más»
Los periódicos están llenos de horrores.
Resulta incomprensible que ante tanta maldad, ante tanto comportamiento indigno e indignante, afirmemos que todos los seres humanos están dotados de dignidad, es decir, de un valor intrínseco, independiente de sus actos, de su barbarie, de ese inicuo refinamiento de la crueldad.
Resulta incomprensible que no sigamos viviendo en el principio del talión, el colmo de la justicia conmutativa, que tengamos consideración con quien no la tuvo previamente, que nos empeñemos en librar de la pena capital a quien ha violado y matado a una niña, o en rehabilitar a quien sin razón y sin excusa nos ha destrozado la vida.
¿De dónde hemos sacado una idea tan extraña? Es contradictorio afirmar la dignidad de los indignos. ¿Por qué lo hacemos?
Tal vez nos suceda lo mismo que a Freud, que abrumado por su escepticismo y su enfermedad escribía a un amigo: «Durante toda mi vida me he empeñado en ser honrado y en cumplir con mis obligaciones. No sé por qué lo he hecho.»
Hay quien piensa que defendemos la dignidad humana por encima de la dignidad animal porque somos idiotas, de una petulancia tal, que pensamos que por saber hablar podemos con todo.
Uno, que a veces tiene la impresión de tener un salvaje dentro, se maravilla descubriendo esa doctrina que nace de Jesús. El mundo sin Él sería muy distinto.
Y vuelve a andar ese camino, el del perdón, el de descubrir la dignidad en el otro, sea quien sea, te haya hecho lo que haya hecho.
El amor, que así se nombra.
Sin Jesucristo nunca se hubiese dado ese paso en la humanidad.
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MENDIVERTIADAS.
Sin Jesucristo nunca se hubiese dado ese paso en la humanidad.
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MENDIVERTIADAS.
Ayer me dejo tirado el coche en la puerta del hospital Niño Jesús.
ResponderEliminarLlamé a mi amigo, el Gordo de Minesota, para que me sacara de allí.
Vino con su moto, aparcó en la acera, levantó el capó de mi vehículo y firmó el acta de defunción: "Petado para los restos".
Entonces ocurrió.
En la puerta de una iglesia cercana, un músico callejero tocaba un saxo.
Era negro; posiblemente africano.
...
Una pandilla de hijos de la gran puta empezaron a meterse con el músico negro.
El Gordo de Minesota se calentó y fue a por ellos.
Mi amigo usa unas botas militares de esas negras y duras; que suben hasta los tobillos, y tienen una suela fabricada con el mismo material que la quilla de un portaaviones.
Se lió a darles patadas; y se armó un taco muy principal.
...
Luego salimos de alli cagando leches.
Yo con un motor gripado y él con un corte en la ceja derecha.
...
Mientras cruzábamos la Avenida Menéndez Pelayo a ciento veinte; el Gordo me gritó.
"No sé por qué lo he hecho"
Pero yo sí lo se.
Driver se repite y , por lo menos a mi, me agota con el gordo de Minesota y esa manera tan driveriana de dar la brasa.Es un plasta.
ResponderEliminarUsted es un santo, don Suso.
Escribo para gente con más de dos dígitos de CI.
ResponderEliminarCrece o no me leas. Es fácil.
Que Driver sea un plasta no me convierte en santo.
ResponderEliminarDriver no es un plasta y yo quiero saber más del Gordo de Minnesota.
ResponderEliminarDriver, encima insultas a los que creen que eres pesado. Sí lo eres. Y además eres muy cursi escribiendo. Apestas a beatería disfrazada.Yo tampoco te aguanto. Suso te da demasiada cancha para mi gusto.
ResponderEliminarPerdón, driver, pero la pandilla esa por qué se metía con el músico negro? por ser negro? es que no lo has aclarado.
ResponderEliminarCoño, Suso, no llames brasas a Driver, un poco de caridadddddddd
ResponderEliminarOs contestaria con mucho gusto pero este no es el tema ni este es mi blog.
ResponderEliminarAdemás tengo que acabar un guión para una productora americana.
Buen finde.
Las dos premisas. Driver es un plasta. Suso no es un santo. ¿Está de acuerdo con ninguna, una, las dos? En tiempo de elecciones, yo con las dos.
ResponderEliminarHa Driver le pediría por favor que dejara de escribir de forma tan snob y pensara que el coeficiente intelectual de la mayoría que visitamos esta página es el de normal.
ResponderEliminarDriver podrías escribir para que te entendiéramos? Gracias.
Jesucristo fue el primero que habló de perdón, de poner la otra mejilla, de amor a los enemigos.... Pero no me lo imagino bendiciendo a los canallas que cometen esos crímenes. Por mucho menos echó a los mercaderes del templo
ResponderEliminarNo lo veo así
ResponderEliminarYo sí me lo imagino , pero no bendiciendo canallas - no va de eso la entrada.
Va de DIGNIDAD.
Me parece que usted tiene una fe ideológica.
Jesús no era ni de derechas ni de izquierdas,
Me da la impresión que usted a Jesús le enmienda la plana.
Pero,oiga, así es la vida.
No lo veo así
ResponderEliminarYo sí me lo imagino , pero no bendiciendo canallas - no va de eso la entrada.
Va de DIGNIDAD.
Me parece que usted tiene una fe ideológica.
Jesús no era ni de derechas ni de izquierdas,
Me da la impresión que usted a Jesús le enmienda la plana.
Pero,oiga, así es la vida.
Desde luego no es mi intención enmendarle la plana a Jesus, pero si doy esa impresión algo haré mal. En los evangelios no hay ejemplos de crueldad con el prójimo salvo quizás la lapidación de la mujer adultera donde Jesus indirectamente recrimina (o desautoriza) a los crueles. Usted pone ejemplos de crueldad extrema, donde yo no veo dignidad alguna y donde no me vale la dignidad universal del hombre, y me gustaría saber que cree que haría Jesus ante esos actos concretos. Solo perdón y comprensión? y pedirle resignación a la madre? Por que expulsa a los mercaderes del templo a golpe de látigo? No contempla la dignidad de los mercaderes? La metafísica está muy bien, pero ante un hombre que degüella a un niño creo que hay que responder con algo mas que palabras.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de la fe ideológica creo que se lo que me quiere decir , aunque yo no diría que tengo fe. Probablemente Dios no entre en mis esquemas mentales y yo no quiera o no sepa cambiar de esquemas.
Exacto.
ResponderEliminarMi amigo se enfrentó al grupo que atacaba al músico callejero, porque consideró indigna la agresión.
Y las personas dignas que luchan contra el dolor, no siempre son bien comprendidas.
Gracias a todos por ayudarme a perfilar mi personaje del guión, el Gordo de Minesota. Ahora se por dónde debo avanzar.
...
El misterio del dolor, ¡casi nada!.
ResponderEliminarJesús viene del Antiguo Testamento, de una genealogía donde hay gente muy poco recomendable entrre sus parientes.
Nace bajo la sospecha del adulterio, y se va como un delincuente, ajusticiado por la Justicia de su tiempo.
Herodes, por su culpa, se hace un pequeño genoidio.
Toda la Crucifixión es brutal, y su último gesto es un grito que parece querer sumar en él toda este dolor innecesario e injusto.
Y, sin embargo, nos edime. La función de la Iglesia, que a veces parace haber olvidado, es anunciar al mundo QUE YA ESTAMOS SALVADOS.
Y esa salvación pasa por el perdón, y el amor, y el reconocimiento de la dignidad de las personas.
Usted mismo lo escribe:
..."aunque yo no diría que tengo fe. Probablemente Dios no entre en mis esquemas mentales y yo no quiera o no sepa cambiar de esquemas.".
Rezo para que ese Dios, que es personal, le dé luz.
Cuando le alcance lo notará usted, y los que le rodean.
Gracias por sus comentarios