Una de las tareas a las que más tiempo de dedicado en mi vida ha sido a hablar conmigo mismo. La otra, a imaginar tonterías sobre mi vida. Fundamentalmente peliculear mi biografía.
¿Es una pérdida de tiempo?. Pues sí, lo es. Y también una fuente de salud mental. La razón de no ser carne de psiquiatra ha sido la capacidad de verme fuera de mi mismo , como en una película de cine. Y cuanto más absurdo fuese el guión, mejor.
Porque las consecuencias inmediatas de esas visiones eran un reírse sin piedad de uno mismo, una inmensa autoestima, una falta absoluta del sentido del ridículo y de la realidad de las cosas, y una maravillosa capacidad para volver a empezar.
Lo de hablar conmigo mismo, la verdad, no tiene cura. Lo intenté miles de veces, pero no hay manera.
Así, cuando llegué a Guate y tuve la certeza de que Xavier me había dejado colgado, tuve un monólogo tipo "¿y ahora, qué cojones hago yo? ...¡esto no me puede estar pasando!...¡cavar no puedo, mendigar me da vergüenza!".
Y entonces me di cuenta de mi soledad, y de que podía hacer lo que quisiera. Y comencé a escuchar los locos que anidan en mi interior. Pero a cada zumbado se le ocurrían las ideas más peregrinas.
Y pensé que este mundo no estaba hecho para mi. Se me vino todo encima.. Yo mismo caí encima de yo mismo. Los dos encima de mi. Me preguntaba la razón de estar en Guatemala y, oye, que no encontré ninguna.
Y pasé charra que charra con mi Suso, mi Susete, mi Susín, mi Susiño, Susiño, que esos cojones no son de niño...hasta que caí dormido, reventado.
Y al día siguiente, experiencia que conozco bien por haberla vivido en mis últimos 58 años, todo había pasado. El mundo había girado sobre sí mismo, amaneció otra vez, todo estaba en orden, y se presentaba un día para estrenar.
No sabía qué cojones hacía en Guatemala pero, oye, la cosa prometía.
Pues tío, leo el Barullin porque no tengo otra cosita que hacer.
ResponderEliminarPor cierto, lo que dices de imaginarte de mil formas en mil situaciones diferentes es lo que Thomas Merton llama ensoñaciones. Pero, ahora mismo, no recuerdo que decía sobre ellas, pero vamos, que debe ser algo muy normal. Como los altibajos.
Un abrazo!
¿Que no sabes qué cojones hacemos leyéndote ?
ResponderEliminarMira las tarifas de los psiquiatras y hallarás una respuesta matemática.
...
Frente a cincuenta pavos por media hora, esta opción es mucho mejor.
¿ tú no nos cobras, verdad ?
A mí no me ha llegado ninguna factura tuya.
Al menos de momento.
"Debía pasar por allí para llegar aquí..."
ResponderEliminarmerveilleux, mon ami
Picapleitos