En la vida ordinaria, las parejas se enamoran por la vista . Primero miramos el cuerpo y después, con un poco de suerte, llegamos al alma.
Llegas a un lugar , te cruzas con una persona , y te encuentras con un rostro, unas manos, unas piernas, unos ojos. A partir de esta atracción física, la pareja acerca distancias , se conoce, pasea, charla, expresa unos sentimientos, cuenta su pasado, hacen planes futuros, sueñan : uno se adentra en el alma del otro y llega un momento en que se produce esa conexión maravillosa que se llama amor.
Hace unos días me habló uno de una relación que había mantenido por primera vez por medio de Internet. En este caso, al contrario que en la vida ordinaria. No comienza por el rostro, la sonrisa, la alegría... aquí la cosa va de dentro afuera.
Alguien lanza un mensaje anónimo en una botella al mar de Internet. Inventa un nombre. A este reclamo acude de no se sabe dónde una internauta , también con seudónimo, y en la pantalla se produce un primer contacto entre dos almas desconocidas . Sus primeros datos son sólo espirituales: soy cariñosa, buena, ordenada, religiosa, ( él lo mismo). Se cuentan sus ideales , proyectos, y urden el cañamazo de las grandes pasiones.
El cuerpo no ha intervenido todavía. Desconocen la mirada, el tipo, los andares, el estado de la boca.
Una vez se imagina uno el alma los internautas comienzan a mandarse fotografías, muchas de ellas de cintura para arriba . Estas imágenes son tan irreales como los sentimientos anteriores , pero el engaño ya no tiene importancia. La ilusión lo puede todo.
Finalmente este conocido quedó en Valladolid con la señora de León.
La sorpresa que se llevaron fue que se habían enamorado de un alma mentirosa y un cuerpo... de un cuerpo "muy chungo, Suso, muy chungo":
Llegas a un lugar , te cruzas con una persona , y te encuentras con un rostro, unas manos, unas piernas, unos ojos. A partir de esta atracción física, la pareja acerca distancias , se conoce, pasea, charla, expresa unos sentimientos, cuenta su pasado, hacen planes futuros, sueñan : uno se adentra en el alma del otro y llega un momento en que se produce esa conexión maravillosa que se llama amor.
Hace unos días me habló uno de una relación que había mantenido por primera vez por medio de Internet. En este caso, al contrario que en la vida ordinaria. No comienza por el rostro, la sonrisa, la alegría... aquí la cosa va de dentro afuera.
Alguien lanza un mensaje anónimo en una botella al mar de Internet. Inventa un nombre. A este reclamo acude de no se sabe dónde una internauta , también con seudónimo, y en la pantalla se produce un primer contacto entre dos almas desconocidas . Sus primeros datos son sólo espirituales: soy cariñosa, buena, ordenada, religiosa, ( él lo mismo). Se cuentan sus ideales , proyectos, y urden el cañamazo de las grandes pasiones.
El cuerpo no ha intervenido todavía. Desconocen la mirada, el tipo, los andares, el estado de la boca.
Una vez se imagina uno el alma los internautas comienzan a mandarse fotografías, muchas de ellas de cintura para arriba . Estas imágenes son tan irreales como los sentimientos anteriores , pero el engaño ya no tiene importancia. La ilusión lo puede todo.
Finalmente este conocido quedó en Valladolid con la señora de León.
La sorpresa que se llevaron fue que se habían enamorado de un alma mentirosa y un cuerpo... de un cuerpo "muy chungo, Suso, muy chungo":
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ESPACIO RADICAL LIBRE: EL ZAPATO DE CENICIENTA
ESPACIO RADICAL LIBRE: EL ZAPATO DE CENICIENTA
De todo hay en la viña del Señor; yo encontre a la que hoy es mi mujer una tarde haciendo el tonto chateando por internet hace mas de doce años y era la que estaba hecha para mi; y yo para ella. Cuando oigo lo de media naranja pienso en ella. Asi es que nunca se sabe..... A mi me fue bien y cuento la feria como me fue en ella
ResponderEliminarPues, oye: corrijo la entrada..pero sois excepcionales...¡y lo que me alegra!
ResponderEliminarGracias Suso; no niego lo que dices; de hecho si a mi me hubieran dicho que iba a conocer a mi mujer por internet hubiera tildado de demente al que me lo dijera; pero asi fue
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