De mi padre aprendí a amar la naturaleza. Era frecuente que durante una excursión por tierra de trigales arrancase unas espigas, las frotaba con las manos , y las venteaba al aire para separar el grano . Después nos las daba el fruto para que las masticásemos y decía "no probaréis chicle como este".
Otras veces arrancaba un tomillo durante una excursión y ascendía aspirando su perfume; después con él se restregaba las manos para extraer lo que restaba de su alma antes de desecharlo. Con frecuencia nos daba a oler esa fragancia y decía " no hay mejor perfume que este".
Han pasado algunos años y se han cruzado en mi vida personas de ojos limpios , amor a la vida, y respeto . Recuerdo a Elsa, una mujer pura como el aire de los Montes Torozos. Caminabas
con ella por el páramo y todo era un descubrimiento. Al llegar a la cumbre su mirada se hacía sólida y sustituía la luz que no había. Fotografiaba aquí y allá toda belleza que encontraba: una nube, unos pétalos, un sendero ...Tanto ella, como mi padre, tenían una mirada que les brillaba ante el hallazgo de las cosas pequeñas.
con ella por el páramo y todo era un descubrimiento. Al llegar a la cumbre su mirada se hacía sólida y sustituía la luz que no había. Fotografiaba aquí y allá toda belleza que encontraba: una nube, unos pétalos, un sendero ...Tanto ella, como mi padre, tenían una mirada que les brillaba ante el hallazgo de las cosas pequeñas.
Todo se corrompe. A lo largo de la adolescencia existe un instante crucial en que la mirada de los inocentes adquiere un punto de malicia, recelo o humillación que expresa algo turbio e impúdico. Es el producto de la primera contaminación de la vida, del primer peldaño que han bajado.
Sin embargo, los ojos limpios de mi padre, o de Elsa, constituían la primera materia de eso que ahora llaman ecología . No sé cómo, en ellos no creció la semilla de la corrupción . A pesar de todo lo que ha sucedido en sus vidas su alma quedó sin mancillar .
Uno quisiera ser así y sabe, sin ninguna duda, que todo comienza por ese amor a la vida y a la naturaleza.
Cuantas miradas limpias deciden dejar de serlo llevandose pir delante a tantos que confiaron en ellas....
ResponderEliminarHay algo que explique pir que atrae mas bajar la mirada avergonzada pudiendo evitarlo?
Que debería hacer ese ser querido para mantener la mirada limpia de aquel a quién tanto quiere....
Pedir perdón, perdonarse...y ser perdonado.
ResponderEliminarNo es fácil.
Cierto!
EliminarAñadiría.... mantenerse!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCierto!
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