Cuando leo me parece que estoy fagocitando a alguien. Hay un retrato de Rembrandt de una mujer leyendo que me parece particularmente conmovedor: El libro parece tener luz propia y el rostro de la lectora se enciende, como si esas páginas le bufaran la cara y se iluminara como una brasa. Algo de eso nos sucede al leer un buen libro.
Hay gente que es analfabeta y, sin embargo, sabe leer la vida que le rodea: las nubes, el viento, el sol , la escarcha, la luna, el canto de la chicharra, o el brillo de las estrellas. También leen la mirada. No todo en la vida es saber leer y escribir. Sabios hay que no necesitaron haber ido a la escuela.
Uno, que en la escuela del amor anda bastante torpón y dixlésico , sabe que lo más terrible que puede suceder entre dos personas que se aman, es que una de las dos piense que ya lo ha leído todo del otro y se aleje. Mientras nos aman nos escriben , y cuando amamos escribimos. También nos leen, y leemos.
De una forma que se nos escapa, algo oculto , el corazón del otro es un libro que se escribe poco a poco, y su trama nos encandila. De Jesús en la Cruz sabemos una cosa: el corazón sólo está acabado y hecho cuando expira. Hasta el último momento se puede cambiar el contenido del libro. No acabamos de leer mientras que el otro está vivo. Esa es la grandeza de Dimas.
Enamorarte es leerte y reconocerte en otra biografía . Encontrar un libro fascinante que no puedes dejar de tener entre las manos. Atento . hipnotizado, entusiasmado.
Hoy sé que Dios es el único lector perfecto. Él sabe mejor que nadie las razones de estos libros que son pequeñas poesías, cortas, pero de una belleza deslumbrante . O tramas inmensas, dramáticas, incomprensibles , laberínticas. O novelas cortas, miniaturas muy bien caligrafiadas.
Cada uno tiene su libro, su guión, la trama de un tapiz cuya urdimbre no terminamos de entender.
¿Qué sentido tienen toda esas lecturas?
A veces pienso como se escapa la vida enamorada. Lo poquísimo que llegué a alcanzar y conocer el corazón de la gente que amé. Me acerqué hasta la puerta de su casa . Llamé desde fuera y se iluminaron varias ventanas, el salón, algunas habitaciones. Me abrieron la puerta y pasé dentro...¡me quedó tanto por ver y visitar!
Joder, ¡qué pena!: cuando la verdad ilumina todo, es el amor.
Hay gente que es analfabeta y, sin embargo, sabe leer la vida que le rodea: las nubes, el viento, el sol , la escarcha, la luna, el canto de la chicharra, o el brillo de las estrellas. También leen la mirada. No todo en la vida es saber leer y escribir. Sabios hay que no necesitaron haber ido a la escuela.
Uno, que en la escuela del amor anda bastante torpón y dixlésico , sabe que lo más terrible que puede suceder entre dos personas que se aman, es que una de las dos piense que ya lo ha leído todo del otro y se aleje. Mientras nos aman nos escriben , y cuando amamos escribimos. También nos leen, y leemos.
De una forma que se nos escapa, algo oculto , el corazón del otro es un libro que se escribe poco a poco, y su trama nos encandila. De Jesús en la Cruz sabemos una cosa: el corazón sólo está acabado y hecho cuando expira. Hasta el último momento se puede cambiar el contenido del libro. No acabamos de leer mientras que el otro está vivo. Esa es la grandeza de Dimas.
Enamorarte es leerte y reconocerte en otra biografía . Encontrar un libro fascinante que no puedes dejar de tener entre las manos. Atento . hipnotizado, entusiasmado.
Hoy sé que Dios es el único lector perfecto. Él sabe mejor que nadie las razones de estos libros que son pequeñas poesías, cortas, pero de una belleza deslumbrante . O tramas inmensas, dramáticas, incomprensibles , laberínticas. O novelas cortas, miniaturas muy bien caligrafiadas.
Cada uno tiene su libro, su guión, la trama de un tapiz cuya urdimbre no terminamos de entender.
¿Qué sentido tienen toda esas lecturas?
A veces pienso como se escapa la vida enamorada. Lo poquísimo que llegué a alcanzar y conocer el corazón de la gente que amé. Me acerqué hasta la puerta de su casa . Llamé desde fuera y se iluminaron varias ventanas, el salón, algunas habitaciones. Me abrieron la puerta y pasé dentro...¡me quedó tanto por ver y visitar!
Joder, ¡qué pena!: cuando la verdad ilumina todo, es el amor.
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ESPACIO RADICAL LIBRE: LA CALIGRAFÍA D LA VIDA (FOTICOS)
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