viernes, 7 de octubre de 2016

LA ESTAFA

Hoy voy a  desvelar un secreto que conoce  muy poca gente. 

Todas las cuchillos  son el mismo cuchillo . Las heridas, cálidas o frías, que infieren al prójimo son la misma . También todas las semillas están conectadas entre sí, pero las más vigorosas germinan en las tumbas.

La lágrimas que lloran hoy en Osaka, o en Odessa, en Irán, o en  un despacho de la Quinta Avenida nacen  del mismo nevero.  Todas las calles son a un tiempo las de Nueva Delhi   y las de Melbourne,en las cuales se superponen leprosos y empresarios , mendigos brahmanes y abuelas dulces. 

Al salir de casa por la mañana cualquiera encuentra en la acera un cubo de basura lleno de diamantes de trabajo bien hecho , y luego el restaurante donde uno devora la inocencia del lechal puede saltar por los aires a causa de una injusticia que sucede en el Líbano . 

Mientras todas las constelaciones del universo coinciden en tu corazón, las caricias de hombres y animales tejen una red sobre la Tierra, y sus lágrimas alimentan un único caudal. Algunos le llaman a eso amor. Otros  le  llamamos comunión de los santos. Todo  está unido  de  un  modo   misterioso.

Da  igual cómo  le   quieras  llamar: la unidad del ser constituye un lugar  en forma de esfera, sin escapatoria. Puede ser una cárcel esférica , o una maravillosa  sinfonía hecha con  todos los instrumentos que somos cada uno de nosotros.

Si  no  lo  ves  así, estás  jodido: no existe posibilidad de eludir esta historia de terror. Dentro de esa esfera, contigo, un número incalculable de criaturas se aman, se acuchillan, celebran fiestas y venganzas, ejercen la muerte y se besan , y todas creen que realizan actos singulares.

Pero cada  vez  hay  menos espacio para fingir, menos resquicios por donde huir, y así se ven forzados a fundir sus gestos, a entrelazar el odio, a intercambiar los cuchillos , a compartir las heridas, a acariciarse en compañía de las fieras bajo el espesor de la misma carne. 

Llega un momento en que los sentidos desaparecerán  y sólo resta la espantosa memoria de haberlo sido todo a la vez: un leproso en Calcuta o un cliente de Maxim's , ambos enterrados en la misma tumba que se llama Tierra  que desarrolla otras semillas idénticas.

Si es así, ¡coño!: vaya estafa.
contaminada

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