lunes, 14 de agosto de 2017

TÓXICO

Es preferible   un río desbordado  que  uno envenenado . En  el primero  ves  que  las aguas están  fuera de su cauce ,pero tarde  o temprano terminan regresando  a  su   fluir natural.

El segundo parece  que está  todo en orden, sin embargo, todo el que beba de él fallece.

Es  imagen  el veneno  de la  hipocresía. Aparentas virtud , pero  todo  el  que bebe de  tus aguas  tarde  o temprano  termina  con la barriga  al aire y bocaneando  sobre  la  superficie.

El veneno ha sido  el método más sencillo, cómodo y con   frecuencia impune de resolver muchos  problemas. Tanto se usó  que había un funcionario  dedicado a  tascar  las viandas y licores  antes de  ser probadas  por el rey de turno.

Fue  también  un clásico el uso de  un  polvo mortal  depositado bajo las  joyas de  los anillos de reyes, papas y gente así , que iba pasando  de copa en copa en medio de los banquetes . Por la noche , ya en la alcoba  de algún invitado , los gritos  aún se  escuchan  en las noches  de  luna  llena sobre el Campidogio.  

El veneno ha sido un río oscuro que  se  ha adaptado  a  la malicia y perversión de  la imaginación humana : desde la  cicuta, el cianuro, arsénico, mercurio, hasta el humilde matarratas, el favorito de  viudas pobres.

Hoy  hay  programas de televisión, tertulias políticas, meditaciones,  y creencias  espirituales que tienen  más  ponzoña que el que late en la bolsa que las cobras llevan bajo la lengua,  . Es verdad  que  tarda  más en hacer efecto en  el  alma  del intoxicado  pero, pasado un tiempo  ,  el sujeto entra en melancolía, y poco después ya estaba patas arriba , y con esa cara  de apoplejía  que se les  pone a  los fanáticos.

Hay  tristezas  vitales producidas  por envenenamiento desde los años colegiales. Hay  ríos  tóxicos cuyos efectos  duran toda la vida. 

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