jueves, 17 de agosto de 2017

ANA.

Ella  es  una  de  las  personas  más  tristes  que  he  conocido.

Ha  enterrado  su  dolor en el  fondo de sí  misma y  después  se  ha  alejado  de  ese  fondo , lo mismo  que  olvidamos  el lugar  del   jardín donde enterramos  un pájaro  muerto.

Después  se  ha  puesto  la  máscara de  las  frases hechas  de   buen  rollo  tibetano,  sentencias   buenistas  del yoga, frases  de   autoayuda  de gurús. En fin, todo  un  mundo  de  celofán  y taoismo que  le  han  servido de  sucedáneo  y de placebo. 

Ha  imitado  sus  gestos y perseguido sus sueños.

Ha  adquirido una  serenidad  cuya    falsedad es imperceptible. Se  miente  sin  conocer  su mentira. 

Pero  un  pájaro  muerto  se  pudre  a  lo  lejos.

Bastaría  encontrar  de  nuevo  la  tumba y  abrir esa  caja  donde  reposa  para  que  saliera volando.

Pero, ¿cómo  encuentra  una lo  que  no sabe  que ha  perdido?



No hay comentarios:

Publicar un comentario