La etapa mejor , con diferencia, de todos estos días: Caldas - Padrón.
Gran parte de ella fue entre una niebla que no terminaba de disiparse. Piedra, agua, el sonido apelmazado de regatos ocultos, reflejos de luz.
La Naturaleza es un signo maravilloso de nuestra condición espiritual. Jesús habló muchas veces refiriéndose a ella para hacernos entender a través de parábolas de qué va esta película que se llama vida.
Gran parte de ella fue entre una niebla que no terminaba de disiparse. Piedra, agua, el sonido apelmazado de regatos ocultos, reflejos de luz.
La Naturaleza es un signo maravilloso de nuestra condición espiritual. Jesús habló muchas veces refiriéndose a ella para hacernos entender a través de parábolas de qué va esta película que se llama vida.
Un árbol.
Primero las raíces. Se alimenta de humus, cosas sucias. El árbol no sería quien es sin esa porquería que está bien a condición de no ponerla encima de la mesa. Todos tenemos allá abajo nuestros asuntos de los que mejor no hablar.
Crece el tronco, después las ramas maestras con sus brazos abiertos en la espesura buscando cada una de su lado, retorciéndose sobre sí mismas, zigzagueando.
Crece el tronco, después las ramas maestras con sus brazos abiertos en la espesura buscando cada una de su lado, retorciéndose sobre sí mismas, zigzagueando.
Aparecen las ramas secundarias, que nacen de las anteriores pero divergentes en un punto. Se lían , se contradicen con el original : perdidas en su trayectoria, rebuscadas , complejas, difíciles .
Y, por fin, las ramas más altas que apuntan a lo alto, acariciando la piel del cielo: tantos tanteos, pruebas, fracasos, miles de caminos inventados para ir hacia la luz.
¡La luz, amig@!: allí está todo. Siempre es la luz. La culpable de todo y quien nos salva.
He visto morir a una persona, y he visto - así, "visto" - salir disparada su alma hacia la luz, de un modo tan decidido, que quedó su cuerpo abandonado como quien se desprende de un abrigo viejo.
He visto morir a una persona, y he visto - así, "visto" - salir disparada su alma hacia la luz, de un modo tan decidido, que quedó su cuerpo abandonado como quien se desprende de un abrigo viejo.
Qué maravilla que alguien te describa como si fueras su luz. Qué maravilla sentirte atrapado por la luz que desprende alguien especial.
ResponderEliminarA seguir... que queda poco!