Se dice que las cabezas de los guillotinados continúan pensando dentro del capazo que les ha preparado el verdugo. Incluso hay literatura que afirma que durante unos segundos la falta de riego sólo les da para elaborar una maldición, una súplica.
Muestra el verdugo la cabeza cortada a la masa excitada, y de los labios de la cabeza se oye " "¡cabrones, iros a cascala!"·
También se cuenta de unos niños que tendieron a media altura un hilo de pescar de un lado a otro de la calle. Un motorista que corría a gran velocidad dejó en el asfalto su cabeza cortada por el cuello . Y , así lo aseguran los que lo vieron, el resto del cuerpo siguió conduciendo la moto con igual habilidad varios kilómetros más porque el cerebro aún la gobernaba a distancia desde el interior del cráneo tirado en el suelo.
¡Vaya imagen!: un motorista sin cabeza zigzagueando por las calles de la ciudad a toda velocidad!
Si a un pollo se le corta el cuello de un hachazo sale huyendo un buen trecho, pero, de repente, deja de existir sin saber lo que le ha pasado. De allí la frase de correr como un pollo sin cabeza.
Nos morimos de una manera muy prosaica. Las conversaciones agónicas que se oyeron a través de los móviles mientras las Torres Gemelas ardían eran muy simples. Envueltos en llamas unos ciudadanos anónimos se despedían de sus familias con las mismas palabras de amor que se usan en los andenes cuando está a punto de partir el tren.
Algunos no se olvidaron de mandar el último adiós al gato , ni de decir la consigna del cajero , o de agradecer a su mujer aquellas sopas de ajo, o cantar el himno del Barça .
Lo que nadie hizo es acordarse de los terroristas.
A este lado de la cuchilla de la guillotina no ha habido más que pensamientos vulgares. Es posible que las perlas más profundas de la sabiduría se hayan producido del otro lado , el de las cabezas cortadas, pensando sólo un minuto sin el lastre del cuerpo.
Pero eso nunca lo sabremos.
Se dice que los muertos experimentan todavía un pasmo de placer en los huesos al contactar con el mármol de la tumba. Una sensación parecida al del jugador arruinado cuando abandona el casino y la niebla helada del amanecer le produce un escalofrío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario