martes, 10 de octubre de 2017

LOS PERROS DE LOS RICOS DE SANT CUGAT.

Todas las mañanas, después de desayunar , acostumbro a caminar  media  hora  hasta  la estación   de  los  ferrocarriles  catalanes de sant Cugat . 

En el trayecto voy oliendo sucesivos aromas que surgen de  panaderías, pastelerías,  o del  césped recién cortado , de pino , o del suelo  mojado , si ha  llovido esa  noche , del perfume de alguna señora que  pasa  cerca o , incluso,   me ladra algún  perro : aquí un chiguagua , allí un pastor alemán, a la izquierda un dálmata del tamaño de  su dueña.

San  Cugat es  ua  ciudad de perros  que  pasean a sus  dueños  ricos. 

Por encima del coro canino que mi paso va arrancando, se  escucha  la  chiquillería  que va al colegio. 

Se trata de una ciudad de ricos, ya lo he dicho. 

En alguna esquina vegetal saludo a un guarda jurado vestido de conejo que  está  en la  puerta de un "Tierra  Extraña". También  hay  mucho municipal.

La ciudad hierve de forma sucia a  veces.También observas  mujeres  que  todas las mañanas  van vestidas   con modelos  deportivos   horteras según la moda.  

Con el tiempo he perdido todo el interés por las señoras,  o por el aire puro,  y ahora sólo disfruto oyendo cómo me ladran los perros. Ya no sabría prescindir de ellos. Un disfrute  contemplar tantos colmillos dispuestos a devorarte y ladrándote  "¡ guau, guau!", como si te dijeran "  hijoputa, hijoputa!". Los ladridos de  clase. 

Antes, uno  se  levantaba de la cama con la falsa euforia del ingenuo  que cree tener derecho a ser feliz. Besaba el suelo al  despertar  ofreciendo el día al buen Dios , hacía las abluciones  de rigor, desayunaba mi cafelito , me vestía , y comenzaba a caminar con garbo aspirando diversos perfumes, absorbiendo todo la luz  de aquella  ciudad   pija  e impía.

Al principio me molestaba que a un tipo como yo le ladraran los perros.  Incluso  en ocasiones  me giraba  y  me enfrentaba  al chucho " ¡¡¡calla, mierda de perro!!!", ante  la  perplejidad  de  su propietari@. 

Luego lo encontré natural. Incluso necesario. Finalmente descubrí que era agradable. 

Hoy, mientras camino, esos aullidos me obligan a olvidar el cuerpo y los perros se apoderan de mi alma hasta inundarla de un fino sabor, ocupándola enteramente.  Porque  ya  no son  los  canes  quienes  me  aúllan, son  sus  amos. 

Por la mañana, antes de poner en marcha el pensamiento, necesito que me achuchen  este coro de animales , como un acto de virtud que hace  de  ese  paseo   un ejercicio de  humildad . 

Para iniciar la jornada nada mejor que le ladren a uno los perros de los  ricos  de  sant  Cugat . A partir de ahí, todo lo que pueda suceder durante el día siempre será maravilloso.

Escucho Catalunya Música, y me fue imposible  tomar  un respiro. En cada hora en punto, el Procés colma todos los minutos tras el deleite de escuchar a Bach o Elgar. Hasta un locutor, comentando la banda sonora de «Casablanca», hace un paralelismo entre el enfrentamiento que se vivió el pasado domingo y la escena de la película en la que unos nazis cantan una canción en el bar de Rick y, entonces, la gente que permanece allí tomando algo contesta entonando «La Marsellesa».

Lo de  aquí es  acojonantemente  pesado.


2 comentarios:

  1. La importación de perros es uno de los negocios más lucrativos. Suelen ser ilegales y los márgenes muy elevados (lo compro por 30 Euros en los países del este y lo vendo por 400 Euros en España -no yo, eh?; aunque durante el viaje suelen morir un % muy elevado). Viajan con días de vida cuando legalmente creo que deberían tener 15 semanas. El motivo es que nadie quiere comprar un perro con 15 semanas o más: la demanda es para perros bebés (les doy el biberón y tal, es mi hijo...).
    Me recuerda al tráfico ilegal de drogas, que existe porque existe demanda.
    No he leído "Ensayo sobre la ceguera" de Saramago pero a lo mejor me animo estos días. Creo que estas lecturas se aprovechan más en el contexto correcto (a la manifestación del domingo me llevé Masa y poder, de Canetti, y recité fragmentos escogidos ante el estupor de las masas: "Nada teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido...")

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  2. Buenos días ... ¿todo bien? Echamos de menos una entradita ...

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