Guarda mi madre fotografías en álbumes primorosamente elaborados por ella.
Me chifla llegar a casa y sentarme a visionar esos recuerdos.
A veces pienso que lo que ya hemos vivido es lo que ya ha muerto en nosotros . Viendo esas instantáneas parece que somos cenizas de ese niño vestido de primera comunión, de ese crío que mira fascinado al rey mago , de ese joven enamoradizo que desafía al mundo.
Por esa razón, cualquier experiencia que nos devuelva al pasado es como una forma de resurrección.
Ese niño tímido que pone gañotas y saca la lengua a la cámara , mientras posan serios todos los demás, o esa chica que sonríe y tapa sus pechos apenas dibujados parapetándose en una carpeta rosa, el estudiante montado en bicicleta que aparece con los amigos en un parque, la adolescente tomando una nube de algodón de azúcar , el del incipiente bigote con la trenca de botones de cuernos de madera apoyado en un balcón de la calle Herzegovino, esa pareja abrazada y deliciosamente enamorada en una Nochevieja en Matilla de Arzón ... todas esas criaturas sucesivas que fuimos una vez, ya se las ha tragado la vida.
Pertenecen al reino del Más Atrás.
Algunos seguimos vivos, porque vivir no es sino flotar cada día en la superficie de nuestro propio abismo. Otros se nos adelantaron.
Miremos las cosas desde este maravilloso punto de vista.
Profetas de toda índole coinciden en diagnosticar la extrema gravedad de los tiempos actuales. Hoy toca Cataluña y la mierda de independencia . Ayer fue la muerte de Franco, después los años de la Transición, luego el golpe de Estado , pero a la hora de pronosticar qué va a ser de nosotros no se ponen de acuerdo.
Algo he aprendido después de ver todas esas fotos del que fui. Este repaso particular a la biografía de Susín , con sus padres, Susín en los jesuitas, Suso en Barcelona, Suso en Lérida, en Tarragona, en Valladolid. Suso con Manuela...EN Sant Cugat.
Hoy sé que los fracasos, los dolores, los volver a empezar, todas las crisis que nos puedan suceder, nos dará la oportunidad de resucitar cada cual en su edad de oro.
Bastará con abrir el álbum de fotos y uno podrá elegir a su antojo ser de nuevo el joven que luchaba por cambiar el mundo, o el que todavía creía en Dios, o el que aún no tenía tripa, o el que se arriesgaba por los demás, o el que soñaba con las estrellas compartiendo con su amante un bocadillo de sardinas.
De verdad, sólo las crisis pueden hacer este milagro...si quieres.
Aunque el resplandor que
ResponderEliminaren otro tiempo fue tan brillante
hoy esté por siempre oculto a mis miradas.
Aunque mis ojos ya no
puedan ver ese puro destello
Que en mi juventud me deslumbraba
Aunque nada pueda hacer
volver la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos
porqué la belleza subsiste siempre en el recuerdo.
En aquella primera
simpatía que habiendo
sido una vez,
habrá de ser por siempre
en los consoladores pensamientos
que brotaron del humano sufrimiento,
y en la fe que mira a través de la
muerte.
William Wordsworth
Tempus fugit. Como Puchi.
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