martes, 11 de enero de 2022

Y QUE NO SALGA MOVIDA.

Hay dos cosas que haremos solos, que nadie nos dirá antes como se hace:  nacer, y morir.


Una ya la has hecho.


La otra es morir. 


Te mueres y tu gente harán lo que buenamente pueda , o sepa, para dejarte en la barca de Caronte. Te quitarán la ropa,  te lavarán, te volverán a vestir Y harán lo que toca. 


Algunos  vendrán a tu funeral a "despedirse". Algunos cancelarán compromisos y hasta faltarán al trabajo para ir a tu entierro. 


Tus cosas, hasta lo que no te gustaba prestar, serán vendidas, regaladas o quemadas: tus llaves, tus libros, tus USB, tu ropa. 


Y ten por seguro que el mundo no se detendrá a llorar por ti. Y la vida seguirá sin ti. La economía continuará. En tu trabajo, serás reemplazado. Alguien con las mismas o mejores capacidades, asumirá tu lugar.


Tus bienes irán a tus herederos....Y no dudes que seguirás siendo citado, juzgado, cuestionado y criticado por las pequeñas y grandes cosas que en vida hiciste.


Las personas que te conocían solo por tu semblante dirán; " ¡pobre hombre! o no, "era un buen tipo".


Tus amigos sinceros van a llorar algunas horas o algunos días, pero luego regresarán a la risa. Los "amigos" de intereses, los del club de golf, o los del fútbol, o los de la partida, se olvidarán de ti más rápido.


La amante que tenías, si la tenías, se acostumbrará a tu ausencia.  Tus animales no sentirán al cambio de dueño.


Tus fotos, por algún tiempo quedarán colgadas en la pared o seguirán sobre algún mueble, pero un día  serán guardadas en el fondo de un cajón. Alguien más se sentará en tú sofá y comerá en tu mesa. El dolor profundo en tu casa durará una semana, dos, un mes, dos, un año, dos... Después quedarás añadido a los recuerdos y entonces, tu historia terminó.


Terminó entre la gente, terminó aquí, terminó en este mundo.


Pero comienza tu historia allá donde vayas.... en tu vida después de la muerte.


Si  no hay nada, pues adiós. 


Y contigo adiós a la belleza, al cuerpo, a la vanidad, a los honores, medallas, al dinero, a tu cuenta, a  tu apariencia...adiós a todos.


Si piensas que hay algo más , en tu nueva vida solo necesitaras tu espíritu. Y el valor que le hayas acumulado aquí, será la única fortuna con la que contarás allá.


De aquí no te llevarás lo que tienes. Solo te llevarás lo que amaste.


Ten urgencia de vivir. Mira tu  edad y piensa en que esto va muy deprisa. Al menos así lo veo.  


A veces pienso que somos como esas fotos movidas que vemos en el álbum de casa  , esas instantáneas que se hicieron como sin atender. Y la vida es, ¡ay!, atender.


Esas imágenes, distorsionadas por la inquietud, entonces nos sentaban mal . Entonces, en los años setenta,  no había más que 36 fotos y no podías fallar. Había que elegir muy bien qué momento eternizar. 


O tomar la vía rápida: creer prescindible cualquier instante. A mi padre le sentaba muy mal que estropeáramos las fotos poniendo carotas feas.


"Al final de tu vida te medirán por el amor"  El amor  puede ser hilo de Ariadna o toro de Minos, pero somos nosotros los que debemos recorrer el laberinto. Palpar las paredes húmedas, no desfallecer, no culpar a quien no ha sabido conducirnos hacia la luz que todos creemos merecer. 


Hay una foto en la que mi madre me tiene en  brazos. Ella tiene una alegría de mujer joven fresca, sin pendientes, sin maquillar, un brillo de plata en su mirada,  un vestido sencillo. Yo llevo  pañal, o algo así, y miro asombrado. No hay dudas en mí. Sólo paz y confianza . Ni ningún otro mal inyectado por el tiempo. Estamos en un balcón. La luz se desmaya sobre nuestras mejillas. 


Doy gracias a Dios, y al pulso de mi padre, que fue quien la tomó, de que esa foto, y precisamente esa, no saliera movida.







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