domingo, 19 de junio de 2022

EL CAMINO DE VUELTA A CASA.

La mayoría de la gente está dando vueltas al coco, rebobinando sus historias , dándole a la yogurtera de su pequeñas o grandes aspiraciones, batiendo sus problemas.


Nadie vuelve a casa. Y casa es el corazón de cada uno. Vivimos unas vacaciones aquí abajo y, sean los años que sean los que tengamos al irnos, siempre serán unas cortas vacaciones. Y , en fin, ojalá descubras esta idea madre: estamos volviendo a casa. Y casa es la infancia. Esa etapa de la vida donde nada importaba.


Newton no inventó la ley de la gravedad. La descubrió. Ya estaba allí antes de nacer él. Lo mismo sucede con la felicidad, con el amor, con nuestra forma de vivir. Ya está allí. Muy cerca. Tan cerca que está dentro de nosotros. Da igual como la llamemos. Se trata de las cosas sencillas, las pequeñas.


Lo dijo Jesucristo cuando habló de las bienaventuranzas, o de las flores y los pájaros. Y lo dijeron muchos más. Nos afanamos en gilipolleces. Y una vez conseguidas vemos que no era eso. 


Cada uno de nosotros somos un viajero en un viaje único desde dos cunas:  el nacimiento y la muerte.  Y si no nos damos cuenta de eso estamos perdiendo el tiempo. Hace unos días vi un bebé durmiendo en una terraza. Estaba feliz. Sonreía. La sensación de paz que transmitía era impresionante. ¿ También dormiría yo así?...¿en qué momento dejé de entender que esa debe de ser la actitud?.


Duerme un rey, y duerme el mendigo, y mientras  duermen los dos olvidan su condición. Tal vez esa es la clave.


Tal vez allí esté el camino de vuelta a casa.




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