sábado, 25 de junio de 2022

UNA HISTORIA

Era un padre del colegio que conocía de ser tutor del hijo. Buena persona. Una vez el hombre rompió a llorar. 


- Mi padre enviudó hace  años. En casa todos pensábamos que era un hombre fiel, buen marido, excelente padre, un modelo de hombre. Un día una de mis hermanas lo vio entrando en un portal con un ramo de flores en la mano, muy bien vestido. Mosqueada, averiguó que visitaba una vez a la semana a una prostituta. Y siempre con el mismo protocolo: ramo de flores, maqueado y encendido.


No le di más importancia al tema que a ese hombre tanto le preocupaba. Y con razón, pues me temo que no era tanto un asunto moral la razón de esos temores, sino económico. La sospecha de que su padre testara llevado del fuego de la pasión. El hombre era empresario y tenía una morterada de  dinero.


Dos años después, por esas cosas que tiene la vida, tan divertida, fui de director a un curso de retiro y entre los asistentes estaba nuestro hombre. El abuelo de mi alumno. El putero.


 Hablé con él. 


No pareció importarle que sacara el tema. Estaba como harto de tratar  de la amante.  Uno tenía la impresión de que ese hombre de bigotes mexicanos y pinta brutota  se había batido en duelo por la   pelandusca en muchas ocasiones.


- Vamos a ver, entiendo que mis hijos quieran que deje de ver a esa mujer. ¡ Claro que lo entiendo!. Eso pasa por llevarlos al opus. Mi mujer así lo quiso, y por no tener guerra, y porque uno no llevaba la intendencia de la casa, lo acepté. Y ahora son del opus todos - ¡ todos!...¿por qué te crees que estoy aquí?


A esa mujer que voy a visitar cada semana la conozco  desde hace años. Muchos años. Un poco después de casarme. Y la quiero mucho, y la quiero bien.  Le llaman la puta, pero no es puta, es una señora. El primer día que me acosté con ella lloré. Y lloré de alegría. Eso no me había sucedido antes, y después sólo con el Barça al oír el himno al ganar alguna Liga. 


A mi mujer nunca la quise. Me casé con ella por cumplir. Tuvimos un lío al conocernos y quedó embarazada. Creo , además, que aquello fue una trampa entre la  madre y la hija. Durante años era un disco rayado la cantinela de que ese hijo no era mío.  Le hice cuatro hijos. Hacer el amor con esa mujer era algo expeditivo. Un desfogue. 


Pero Clara me descubrió que acostarse con una mujer podía ser algo hermoso, intenso, tierno y emocionante. Al fallecer mi mujer quise casarme con ella. No quiso. Y decidimos seguir como habíamos hecho hasta entonces.


- ¿Y tu mujer supo que...?


- No lo sé. Nunca hablamos de ello. Mi mujer se volvió muy religiosa y abnegada. Sólo tenía tiempo para sus normas y sus hijos. La verdad es que no era mala persona, y yo creo que tampoco lo fui con ella....¡pero mis hijos me tienen harto con el tema de ...¡la otra!


Ayer me dijeron que falleció. No me atreví a preguntar por el asunto de  la herencia.




5 comentarios:

  1. Susoooo me ha venido un apellido a la cabeza, espero que no sea. Quita esta entrada ¡por caridad!

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  2. Imposible que te venga ningún apellido.

    No falto a la caridad. Faltas tú por escrupuloso y mal pensado.

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  3. Todo está maquillado. Incluso el escudo. Número de hijos, bigotón, nombre de la amante...

    Si sabes quien es... Muy sospechoso.

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  4. Vale, vale.... menos mal.

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  5. Yo no sé quién es el personaje, pero te aseguro que conozco algunos muuuuuuy parecidos, del opus y todo.

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