jueves, 16 de junio de 2022

LUISA DE SAN JUAN ( Y FIN)

Luisa de profesión fue peluquera , especialista en manicura. Trabajaba en un salón de belleza en la calle Pelayo.


Tenía de vecinos una familia. Unos padres y una hija que cuando llegaron a la casa la niña tenía trece años. 


Peu de la Creu, la calle, está muy cerca del Barrio Chino. Un día Luisa se dio cuenta que la  chica, ya con catorce años, llegaba a horas intempestivas, y tenía horarios muy  extraños. Un día invitó a la chica merendar en su casa. Intimaron. Y supo que el padre de la cría la había llevado a hacer la calle y  prostituirla. Le enseñó como debía hacerlo, y la colocó en los circuitos del lumpen.


Se hicieron muy amigas. Y Luisa  quedaba con la chica en su casa y le enseño a  peinar, a  maquillar, hacer las uñas...hasta que un día la pobre quedó embarazada, y poco después desapareció toda la familia.


Pasaron muchos años. Luisa quedó inválida. Y un día tuvo una visita inesperada. Era la chica, ya mujer, con su hija.


-  Fue muy emocionante. Lloramos mucho de alegría. La vida al final le trató muy bien. Se casó con un policía municipal de Badalona, y tuvo otra hija. 


Lo maravilloso de esa historia - fui testigo de ella porque conocí a esa mujer- es que , agradecida por lo que le enseñó de manicura y peluquería , y la dedicación y cariño de aquellos años, le prometió que iría una vez al mes a lavarla, hacerle las manos, peinarla.


A mi esa historia me conmovió. Es el agradecimiento. Y eso es algo que llevo conmigo, o lo intento, siempre. Incluso con gente que se puede pensar que me caen mal. No es así. Que me ría de ciertas actitudes egoístas, cicateras, codiciosas, o fanáticas, no significa que no agradezca que no sepa que les debo mucho, o poco, pero que estoy agradecido.


Incluso a los que me odian.  Odiar también es una forma de estar cerca de uno.


No olvidar. Agradecer. Y para agradecer, recordar. 




Si recuerdas amarás, pedirás perdón. Y darás muchas gracias.

3 comentarios:

  1. "Que me ría de ciertas actitudes egoístas, cicateras, codiciosas, o fanáticas, no significa que no agradezca que no sepa que les debo mucho"

    Pues parece que el Urelles no lo ve así; vamos, que no percibe ni un átomo de agradecimiento. Más bien lo contrario: las entradas que protagoniza en el blog le saben a cuerno quemado.

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  2. Entiendo que le sepan a cuerno quemado a los hermanos y familia... Pero aseguro que no hay nada personal.

    A mi me trataron muy bien.

    Me divierte.

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  3. A quién le hace gracia que le llamen codicioso avaricioso garrapo...


    Pero el malo malo malote es pequeño

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