miércoles, 5 de octubre de 2022

CUANDO LA VERDAD ES UN INCORDIO

La madera donde está tallado Pinocho es la humanidad. Sin mentiras el mundo sería muy aburrido. Uno es muy mentiroso. Lo he sido, y lo soy. Qué es la exageración sino un embuste liviano con el que amenizamos  la vida. Todos los que me conocen bien saben que exagero, que lo que cuento siempre es la mitad de lo que digo.


Pero así la vida es más divertida. 


Mi madre es muy pantojera, muy de dramatizar las cosas que le han pasado. Es tremendamente divertida , y escucharla es como ver una película. Creo que salí a ella ( a mi madre, no a la película). También he conocido padres que inventan heroicidades de sus hijos en la puerta del colegio, esos que se juntan con otros padres y dan ganas de mandarles a freír espárragos porque te hablan de sus hijos como si fueran trofeos, como quien te enseña el coche nuevo que se acaba de comprar y te recita todas las características que tiene, como quien te explica que tiene algo como diciéndote que "tú nunca lo tendrás" .


Y sí que lo tienes...¡un hijo!


Esos matrimonios que se dicen " te quiero" como Messi da los pases, mirando para otro lado. 


Toda  la literatura es mentira. El cine. Los cuentos. Facebook. Instagram. Tik Tok.


Hay un mentiroso, una mentirosa, que es triste, vulgar, zafio, acomplejado, chulo. ¿ No lo adivináis?: ¡ correcto!, ¡ Pedro Sánchez! De zorro astuto deviene en peluche de mierda. 


Luego están los que se mienten a sí mismos. Son multitud. Esos que culpan a los demás de sus íntimas frustraciones. O los que desprecian en los demás sus propias miserias. 


Para mentir bien hay que tener buena memoria, por  eso lo mejor es ser sinceros. No todo el mundo recuerda. A mi me han pillado en las mentiras  siempre. Siempre es siempre. Y eso hace desarrollar  varias facetas del carácter: una cara dura muy principal, y una capacidad de pedir perdón muy sincera. 


En la película el hombre que mató a Liberty Valance el senador pone fin a su mentira de años. Con tono grave confiesa la verdad al director de un periódico, redimiendo su culpa. El periodista , escucha la historia, se levanta , y se marcha desinteresado. 


"Cuando la leyenda se convierte en hecho, publica la leyenda", dice antes de salir por la puerta. 


Hay mentiras tan maravillosas que la verdad, a veces, es un incordio.




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