EN EL EXILIO.

La vida, tan errática, me ha llevado a vivir y exiliarme en la jubilación a una aldea de Pontevedra. Desde mi ventana el paisaje parece una postal de la Tierra Media de los hobbits. Muchos días me despiertan pajarillos cantando en un jolgorio que se conoce como "el coro del amanecer" , otros despierto con  la lluvia suave , apelmazada y fina, a veces la tormenta y el temporal azotando los cristales. Y también es frecuente contemplar una gasa de niebla posándose en el valle.

Veo muy poca televisión , sólo el noticiario de la noche, y no todo. Estoy de espaldas  a un mundo que me cuesta reconocer en lo político, en lo cultural, en lo religioso. Creo que me he vuelto un viejo un tanto gruñón. Muchas veces pienso , cuando leo alguna noticia, o escucho alguna canción , " ¿ pero qué mierda es esto?, ¿ qué está pasando?".

En fin, pienso que soy un desertor de lo que me rodea. No me interesa para nada. Los acontecimientos históricos no merecen que aparque la atención a mis devociones particulares: leer un buen libro - ahora estoy con la biografía de Oppenheimer- , cantar y grabarme una canción  cada día, escribir el Barullo .  Andar, fotografiar lo que vivo, paseo, veo. También ir al gimnasio todos los días,  ver la serie que me tiene enganchado - ahora es "Cuando el polvo se asienta", en  Filmin. 

También es , ¡ es!, estar  junto a la mujer que amo. Y todos las sorpresas que nos damos en forma de  viajes, de pequeños homenajes que nos damos. 

Me escribo con viejos amigos y hago algo que me recomendó el Doctor Pujol cuando me casé con Manuela:  cumple las obligaciones familiares, no sólo te casas con una mujer, también lo haces con su familia. Hay cumpleaños, celebraciones, enfermedades, sucesos domésticos que hay que cumplir, aunque no te apetezca. Y es una gran verdad.

Pero comienzo a sentirme bien en los márgenes.  No soy un inadaptado, creo, pero me joden muchas cosas. Una es no haber podido mandar a la mierda más gente de mi biografía , fuera parte los hermanos Urelles, Oriol  , toda esa banda de Serunión, etc, etc.

Otra es no haberme mandado a la mierda a un servidor, pero no fue de Dios.