En las multinacionales y grandes corporaciones , al menos las que yo viví, se trabajaba mucho el liderazgo del jefe. Lo sufrí en Fomento, con un director general que terminó muy malamente, se llamaba Miguel Ángel. El tío , cada vez que se presentaba en público , lo hacía con una cohorte de peña de directivos y oficiales de oficinas centrales - debían estar allí como parte del atrezo de unidad y de " somos un equipo".
Miguel Ángel gustaba de presentarse todo trajeado y muy pijo, detrás toda la peña de directivos de Fomento. Se ponía a hablar en plan "yo y mi pecho somos uno" y, conforme disertaba, se iba desprendiendo de la americana, se aflojaba el nudo de la corbata, se arremangaba la camisa, se sentaba en el borde de la mesa...en fin, rollo IESE, muy cercano " y esoooo", que diría la Pantoja de Puerto Rico.
Se cultivaba la condición de ser superior, a la vez que cercano. Todo para aunar a todas las direcciones de los colegios que allí nos habían convocado a seguir los distintos proyectos en los que este iluminado había embarcado a la Institución: proyecto Snipe, Optimist, el ADI ( un desfase creado por una señora con apellido de fiera. Una de las personas más curiosas que he conocido). Allí el que se movía no salía en la foto.
Había una directora de proyectos , se llamaba Carmenchu. Esta señora, rollo portada de Telva , versión Covadonga O`Shea Indasec , cuando aparecía Miguel Ángel, el líder, se licuaba toda . Yo creo que cuando cumplía años, la tía salía de una tarta en forma de barco - el escudo de Fomento- disfrazada de Marilyn cantando aquello de "Happy birthday, Mr President !".
Al terminar su alocución los aplausos se convertían en pétalos, como las vestales para alfombrar el camino del one a su despacho.
Una vez , esta Carmenchu, viendo mi actitud displicente y poco entusiasta con el proyecto que yo debía implantar en mi colegio, me llevó a un aparte, me miró fijamente, y preguntó:
- ¿ Suso, crees en el proyecto?
Tardé un segundo en responder.
- Sí, creo. Lo dije como padrino en las promesas del Bautismo.
¿ Qué podía hacer? No quería despertar en mi cama al llegar a Valladolid no ya con una cabeza de caballo a mis pies, sino una carta de despido.
La era Miguel Ángel terminó muy malamente. Comenzó, como todas las etapas en Fomento, con una promesa de un viaje astral a galaxias de felicidad, y terminó con este hombre despedido con una "patada a seguir de Williams", que es una jugada de rugby donde el pepino vuela muy alto y muy lejos.
Lo recolocaron en una cosa que se llama OIDEL. Algo para entretenerse.
En fin, eso sucede cuando te rodeas de pelotas. Ellos mismos le traicionaron yendo con bulos y sospechas a altas instancias, lejos de las oficinas centrales. Donde se corta el bacalao. Su final recuerda al de Hitler, escondido en el búnker del "Hundimiento", ese que delante de un mapa movía ejércitos que nadie se atrevía a decirle que ya habían sido aniquilados.
Otro día a lo mejor lo cuento. Es divertido.
¿Quién es el líder del líder? Supongo que el propio ego; cosa de humanos…
ResponderEliminarEl culto al líder siempre me pareció patético. Excepto cuando con 16 años aprendí el culto al fundador del Opus Dei (año de 1967), que aceptaba todo lo que contaban por mucho que algunas cosas repugnaban a la razón, como justificar el marquesado de Peralta en contra de mi propia conciencia. Era como decir aquello “qué va creer usted a sus propios ojos o a lo que yo le digo?”
ResponderEliminarMiguel Ángel era el de Zaragoza? Cuenta el final, cuenta por favor. Sepulcro blanqueado?
ResponderEliminarLo es....ya llegará todo...
ResponderEliminarEn ascuas esperamos
EliminarEl bacalao se corta en Diego de León, no?
ResponderEliminarSactamente.
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