Cuando hay una fusión/compra de una empresa a otra , en el trasvase, se pierde mucho caudal de la empresa comprada. Lo viví. Nos fusionamos una empresa que se llamaba Alessa, - empresilla parecida al Halcón Milenario- un "algo" que funcionaba mal que bien, que iba tirando, con Serunión - la Estrella de la Muerte-, una nave nodriza llena de soldados en orden de batalla dispuestos a morir por el Gobernador Toni , el Gran Moff del Imperio Galáctico y comandante de la Estrella de la Muerte.
En dos años no quedó prácticamente ni uno de los que fuimos fagocitados. La escabechina recordaba a la famosa "Boda roja " de Juego de tronos.
Uno de los directivos me comentó que yo era uno de los primeros que pensaban despedir. Sin embargo, y para mi sorpresa, pasaban los meses y allí seguía. Un día me dijeron que pensaban crear un puesto para mi. A mi medida: Responsable de Relaciones con las Instituciones Religiosas. Pero antes debían consultar a la central en Francia, y si se aprobaba, tenía derecho a coche de gama más alta que los comerciales pringaos, a tarjeta nueva chachi, a más sueldo...
Y fue aprobado.
¿ Qué había sucedido?: que no tenían entre sus comerciales, ni entre sus delegados de zona, ni siquiera entre directivos, gente que supiera entenderse con monjas, hermanas, curas, frailes, o laicos y seglaras entregad@s a Dios en celibato apostólico. Y vieron que uno se desenvolvía como pez en el agua, como bailarín marcando paquete en el ballet entre monjas con tutú.
Gran parte de sus clientes eran instituciones religiosas. Se daba de comer en muchos colegios de marcas y razas piadosas de todos los colores. Y a sus comerciales fácilmente se les escapaba un ustie, un joder, o un coño. Conocí uno que le comentó a una superiora que se habían dejado encendido el microondas ( se refería a un sagrario).
- Se equivocó en la presentación de la oferta y me dio la de otro colegio.
- Ostia, madre, perdone.
Todo comenzó el día que acompañé en León al Consejero delegado de Serunión a una entrevista con la superiora de la mayor orden religiosa de colegios de España, después del Ministerio de Educación. Allí se jugaba mucho. El contrato era de Champions.
Antes de entrar, el baranda me preguntó:
- Oye, Suso, ¿ en qué se diferencia una hermana, una sor, de una madre.
El tío, que era un notas de importante, con el IESE y mis cojones treinta y tres, lo preguntaba en serio.
- Lo pone arriba de sus colegios si ves escrito " Hermanas Clarisas de Cotatuero" son hermanas. Si pone "Madres Concepcionistas", son madres. Lo de "Sor" ya está muy chapado....pero, en fin, con "hermana" vas que chutas.
Y se la colé, al muy tolay.
La entrevista fue muy bien. Al terminar le dije a la hermana:
- Hermana, quiero que sepa que tiene usted unos ojos que son una buena excusa para visitar León.
Y la hermana baja los ojitos y musita:
- Muchas gracias, contestó coqueta.
A la salida, ya en el coche, me dice el One:
- ¿ Pero cómo te has atrevido a decirle eso a una superiora en una entrevista que nos jugábamos tanto?
- Porque , aunque iba de riguroso monjil oscuro uniformada, llevaba un suéter de lana azul clarito, a juego con sus ojos, azules claritos. Y supuse que era su puntito de pequeña vanidad.
Y allí fue donde ese tío vio que yo era el hombre de las instituciones religiosas. Y dijo lo mismo que Vito Corleone en tiempo de amenaza: " ¡llamad a Luca Brasi!" .
Pues eso, "llamad a Suso".
Le impresionó tanto la historia que, según me dijeron, iba diciendo por las oficinas centrales:
- Joder, qué tío, ¡ se ligó a la monja !
Eso es prestigio.
Lo bueno de ser amable, y decir un piropo delicado es ser amable, es que no cuesta nada y se hace sentir bien a la otra persona.
ResponderEliminarEs verdad... aunque confieso que no fue sólo amabilidad, también quería sorprender a mi jefe.
ResponderEliminar! Y lo conseguí!
Jajaja!
ResponderEliminarConseguir que alguien se sienta bien, aunque no sea nuestra primera intención, no deja de ser reconfortante para esa persona.