PARECER INTERESANTE.

He vivido  varios amores  que no fueron. Muchos comenzaron con una frase: "parecías interesante". No era  ni guapo  ni feo. Era "interesante". Y todas terminaban  con otra frase:  " no cambies".

"No cambies", pero  sigue  tu camino. "No cambies" , pero lárgate.

O sea, has dejado  de ser "interesante". 

Ser interesante  es  un don del alma, cuya gracia no se adquiere a ningún precio. Se tiene o no se tiene. Interesante  es  una  forma de mirar, de andar, de  hablar, de  reír . Es   un movimiento armónico, que va de dentro a fuera del cuerpo hasta convertirse en aura. Las personas privilegiadas  que parecen  "interesantes"   lo son sin darse cuenta , es  un modo de  presentarte  en cualquier acto cotidiano de tu vida como una especie de imán espiritual. 

Eres interesante   al caminar, al sentarte o levantarte del sillón, al dar la mano a un amable desconocido, al llamar al camarero, al contar una historia a los amigos en la sobremesa sirviendo al mismo tiempo el café, al agradecer con una sonrisa irónica un elogio merecido, al contar  una  película , al mirar a los ojos con una intensidad medida a la chica que te gusta en la esquina de la barra, al acercar la copa a los labios, al besar , al desperezarte por la mañana, al untar la galleta  en el café , al bostezar. 

En fin, lo que está claro es  que  hay  mujeres  que maquillan sus bajos instintos , y  justifican   lo peor de sí mismas,  bajo  la excusa  moral de "parecías interesante".  Algunas necesitan  hacer  lo peor, y lo mejor, por amor...aunque no es amor precisamente lo que hubo en esa  relación.

Pero  al final sí, resulta  que  "eres interesante"  de alguna manera. Precisamente  la que  ella  no esperaba.

Porque el ser  interesante  va más allá de la presencia , del encanto personal no aprendido en ninguna escuela. 

Ser  interesante   también es una forma de encajar con elegancia los golpes bajos que da la vida y de volver al anonimato después de que dejas  de ser  interesante, y  te mandan a  freír  espárragos. 

Quien tiene la gracia del  "ser interesante"   aplica esta fórmula  elegante  de salir indemne de cualquier infortunio, obligándolo a girar suavemente sobre si mismo y hacer mutis  por el foro con  la  americana  al hombro prendida  sobre  los dedos.  

Algunos placeres tiene  ese  " parecer interesante" , otros no. La melancolía es interesante , o la sonrisa del perdedor. En cambio ningún cabreo lo tiene , tampoco el dar lecciones apuntándote con el dedo y profetizando malos augurios a  la persona  que  te deja. Hay que saber  encajar  que "ya  no eres interesante".

Creo que  todos   una vez, y para siempre, fuimos "una persona interesante"...