viernes, 12 de abril de 2024

LAS ESPIGADORAS DE LOS RESTOS DEL MUNDO.

Las espigadoras eran esas mujeres humildes que en otro tiempo recolectaban las espigas que segadores y cosechadoras dejaban olvidadas en el campo. 


Pienso que hay personas que entregan su vida  y que siguen recolectando lo que los demás tiran o no se preocupan de recoger por juzgar insignificante: los pobres, los desdentados, los discapacitados, los que llamamos imbéciles, idiotas, lelos, estúpidos.

Cuando era chaval imaginaba ese tipo de vida dedicada a los demás. Me veía a mí mismo como uno de esos recolectores de lo insignificante.  Tenía el alma sembrada de generosidad, de locura. Mi sueños eran misiones de martirios, o muertes en aventuras imposibles.

Todo eso estaba sembrado. Mi madre decía que de no haber conocido a mi padre hubiese sido monja misionera. Y uno, qué menos. 

Después, bueno, no he sido una persona ejemplar, pero sí he tenido una atracción imantada por personas y vocaciones así.  Y he procurado acercarme a su sombra.  

En Tamahú, en Guatemala, Xabier, un hombre bueno, me dijo " elige siempre los pobres, los débiles, los tristes, los bienaventurados de la Tierra. No te equivocarás nunca". 

Se acercan días muy duros. Mucho. Tiempos en los que vamos a poder decidir qué tipo de vida queremos llevar. 

Y uno intuye que toca  ir detrás de la cosechadora, recogiendo los restos que esta crisis va ir dejando  y rescatar eso que que nadie quiere y que conservan misteriosamente el poder de iluminar un instante nuestro paso por este mundo.

Borges tiene un poema titulado Los justos en que va nombrando las acciones humildes de algunos hombres anónimos: el tipógrafo que compone una buena página, el que acaricia a un animal dormido,  el taxista que no cobra la carrera de alguien necesitado, quien perdona el mal que le han hecho. Y nos dice que son esas acciones las que sostienen el mundo. 

Es verdad. Pero podríamos sumar las acciones de los protagonistas de esas historias tristes, duras, incomprensibles. Las que recogen el eco del grito de Jesús en la cruz.  La madre que esperando encontrar en su cuna a un niño normal encuentra un ser desfigurado y torpe , y se ocupa de él como si recibiera en su regazo el cuerpo de un dios diminuto.

Las pobres criaturas para los que el más elemental de los gestos, tomar una cuchara, por ejemplo, es comparable al primer paso del hombre sobre  la Luna. O esas enfermeras que limpian culos y babas de seres que nunca sabrán sus nombres.

Esta señora de a foto se llama Marina. Es la mujer que me corta el pelo. Es venezolana. Tiene un corazón de lana. Una luchadora. Cuando la ciudad despierta  ya está levantada  la persiana. Lleva años dejándose la vida  a pulso, sin perder la sonrisa y aguantando de pie con las piernas con varices como macarrones. 

Somos como tratamos a los que nos sirven.

Siempre con buenos días, por favor, y gracias…. La Santísima Trinidad del trato a los demás. 
Trabajar y dejarse el alma. Yo, para hablar de esta señora  me pongo de pie. Respetazo gordo.

Cada uno de ellos nos entrega una nueva leyenda. Son los nuevos justos, los que, sin darse cuenta, sin pretenderlo, hacen este mundo un lugar ma ra vi llo so.

No soy un santo, pero siempre he ha gustado ejercer de mercedario de gente que está jodida.


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Me envió Sanyi una foto de un espigador moderno.


28 comentarios:

  1. Leer publicaciones así mueven a otras personas a ser, siquiera, un poquito mejores. Al menos, de vez en cuando. Gracias por publicar. Ojalá que más de uno y más de dos tengan este fin de semana planes inolvidables, de los que nunca se olvidan.

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  2. Muy profunda la entrada de hoy, como cada día. Mientras me desayuno, busco la nueva entrada de su Barullo, y siempre aprendo algo, de su autor, y de los contertulios. Nunca escribo, pero hoy sí. Me he acordado de mi padre, él era así, espigado de los seres más insignificantes, de los más desvalidos. Era acomodador de cine. De niño, venía por el cine un señor, cada día disfrazado de algo distinto: unas veces, de sheriff, otras, de médico, otras con traje y corbata. Mi padre siempre le dejaba entrar, en el intermedio le invitaba a café, lo trataba como si fuera una persona muy importante. Y para mi padre lo era. Con el tiempo, me di cuenta de que ese señor al que mi padre trataba con tanto cariño era un loco, una especie de tonto de pueblo. Pero para él, era la persona más importante. Siempre fue así. Creo que, pese a sus muchos pecados, es uno de los mejores cristianos que he conocido. Un espigador

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    1. Me pongo de pie con su padre. Un señor. Un hombre de bien.
      Gracias por compartir. Un abrazo inmenso.

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    2. Es muy bonito, Fer.
      Me ha recordado a la película Cinema Paradiso (aunque no tenga nada que ver directamente con el contenido de tu comentario) ¡¡¡Qué lástima la desaparición de las grandes salas de cine!!! Cuántas cosas mágicas sucederían en la penumbra (no, no estoy hablando de sexo).
      Ahora se han convertido en supermercados, tiendas de Mango o de electrodomésticos.
      A los numerarios no nos estaba permitido ir al cine. La última película que vi antes de pitar fue Tiburón. Cuando volví ya era todo multisalas y cosas raras; ingresaban más con las palomitas y la CocaCola del büfé que con las entradas vendidas.
      Uno de mis directores favoritos es Nanni Moretti. En su última película toca este asunto:
      "En 'El sol del futuro' Moretti habla de ese cine añorado, del cine de Fellini, de ese cine que no quieren producir las plataformas, de hecho en la película hay una crítica muy fuerte a Netflix. El sol del futuro es la historia de este hombre en crisis que se niega a aceptar esa realidad porque vive en un pasado que para él es mejor y con un futuro por delante en el que no ve ningún tipo de esperanza".

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    3. Tiburón...
      Curiosamente, dos películas muy típicas de los clubes del Betis eran Tiburón (huir del tiburón/huir del pecado), y Carros de fuego (correr hacia la meta, hacia la virtud).

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    4. Interesante la comparación con Cinema Paradiso donde Alfredo aprovecha los restos censurados.

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    5. Suso, esto me recuerda a una cosilla.
      Hice unas prácticas en una empresa austriaca. Mi extensión telefónica era 666.
      En alemán se pronuncia "sex-sex-sex".
      Y entra un tío en mi cubículo y me dice: "Señor Sanyi, ¿es que Vd. no puede dejarlo?".
      Oye, no te molestes, no es mala leche; es contestación a tu chiste de los restos censurados. Nuestro particular "repartée" de los viernes.

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  3. Sanyi, acaso no viste "There be dragons" en el cine!? Debiste ser el único que no fue. Por cierto, de esta película me encantó especialmente la interpretación de la actriz rusa (sorry, no recuerdo el nombre). En mi opinión está sublime.

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    1. Hablé con dos de los guionistas de la película y decían que fue un truño por la cantidad de peña que quiso meter cuchara en la trama.
      También decían que ver al actor que hacía de Abuelo era patético; iba puesto hasta el culo.

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    2. Jordi Molla. ¿ A quién cojones se le ocurrió contratar a ese despojo?

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    3. Hola, no fui al cine a ver "There be Dragons".
      Recuerdo que hicieron proyecciones para los centros de Barcelona en el IESE, yo no quise ir. Me parecía ridículo. No sé quién dijo: "se puede hacer de todo menos el ridículo".
      De todos modos, ni fui yo ni nadie. El presupuesto de la peli (según IMDB) es de 36 millones de USD, los ingresos en todo el mundo 4,3 millones de USD ¿quién se ha comido los 31,7 millones USD?
      Recuerdo que nos contaron que Charlie Cox (Josemaría en la peli) pasó una semana en Torreciudad paseándose vestido con sotana para acostumbrarse y meterse en el personaje.

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    4. Cuando el director del centro volvió del IESE me comentó: sale una húngara, tienes que ir a ver la película. Le dije: ¿qué tal la húngara? Y va el tío y me contesta: un putón verbenero; Y se parte a carcajadas. Es el papel de Olga Kurylenko.
      Ese tío me despreciaba patológicamente. A los pocos meses de este sucedido, de acuerdo con la Delegación, decidieron que no podía vivir en un centro (ningún numerario tiene el derecho o el deber de vivir en un centro). El sacerdote del centro me dijo que era una decisión profundamente injusta, estaba bastante disgustado; del resto del consejo local no sé quién votó en contra, quién a favor.
      Además de psicópata es Senior Lecturer de la asignatura "análisis de decisiones" en el IESE. Siempre me he preguntado si implementó un árbol de decisiones para botarme, o quizá un análisis predictivo, o quizá de rentabilidad.
      Es de estos que organizan catas de whisky en la Cerdaña y luego te dicen que te has tomado demasiadas cervezas. No te jode. Te las cambio por tu cata.

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  4. Por cierto, hoy que en mi bipolaridad estoy en una fase maníaca hiperactiva cuento lo que quería decir después de leer la entrada y antes de caer rendido por la entradad de Fer.
    En Barcelona todavía existen las espigadoras. Tiene su central en Hospitalet de Llobregat, en frente del parking donde mi esposa suele dejar el coche para ir a trabajar.
    Son espigadoras de color (subsaharianos), que van con los carritos del supermercado recogiendo trozos de metal de containers. Luego los llevan a la central y supongo que los venderán como chatarra.
    Cuando tenía despacho y todo, el conserje me llamaba si venía alguno. En un despacho siempre hay chatarra que tirar (un ordenador viejo o cualquier otro trasto) y subían a buscarla. Muy amables. Incluso guardábamos las cosas que les pudiesen interesar para cuando viniesen y les propinábamos por el servicio.
    No eran como otro tipo de espigadoras del norte de África (saharianas) que iban recogiendo teléfonos móviles depositados en las mesas de las terrazas y luego salían corriendo.
    El único problema son los frecuentes pinchazos de los coches que entran en el parking. Restos de la chatarra se caen y dañan los neumáticos. Pero bueno, c'est la vie.

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    1. Sanyi, te queremos tal cual como eres… no cambies

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  5. Es que el de la cata de güisquis era un plan apostólico... no te enteraste?

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  6. Muy buen comentario de FER .

    Hay otra película que se titula "Nunca es demasiado tarde", inglesa (Still life) . También muy recomendable y trata de lo mismo que la entrada.

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  7. En el pueblo donde vivo (no llegamos a las 2.000 almas), todos los viernes por la tarde viene como una tienda ambulante que vende “porchetta”, puerco asado que le gusta mucho a la gente de aquí (quien vivió en Roma sabe de que hablo). Se lo pueden traer cortado en lonchas, o dentro de una rebanada de pan. Yo lamentablemente no suelo comprar porque, aunque me guste, no logro digerirlo bien. Una vez fuí a comprar para huespedes que esperaba y me dí cuenta de que el dueño de la tienda le ofrecía una rebanada sin pagar a dos chicos un poco “distintamente inteligentes” (como se dice con giro de palabras algo hipocrita aquí en Italia) que tenemos en el pueblo. No chicos especialmente pobres, pero que sí se van triunfantes con su rebanada especial, y los vecinos me explicaron que esto pasa todas las semamas. La entrada de hoy me hizo pensar en eso...

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    1. Gracias...buen comentario.

      Elena, ogni giorno mi ricordo di te, lo sai già

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    2. Gracias, igualmente, y tu también lo sabes...

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  8. En la fotgrafía que he tomado hoy en Rambla Cataluña esquina Valencia se puede ver al espigador con la bandera independentista de Cataluña y la bandera del FC Barcelona.
    Es lo que Cicerón denomina en su Retórica "captatio benevolentiae".

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  9. Buenas, yo tengo aquí una pequeña dicotomía personal. Indudablemente tratar con la más exquisita de las educaciones a todo el mundo y de toda raza, religión o condición es una cosa. Y es cosa de caballeros. Y otra que te haga sentir mejor o peor tratar a determinadas personas en situación de exclusión. Después de patearme durante un largo tiempo la calle llevando caldo caliente y bocatas a gente de la calle a mi aquello no me hizo sentir mejor. El contacto con la mierda, me sabía a mierda. No sé cómo decirlo. Y me sentía mal porque se supone que si debía aportarme. Mi novia me contó que el cura de su facultad (jesuita) les dijo que si no les aportaba dejaran de hacer visitas de pobres y aquello me dio mucha paz…

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    1. Pienso que vive usted en la confusión. Pero no pasa nada. El jesuita sabe que la pobreza es una forma de hacerse rico.

      La entrada no iba de ricos ayudando a pobres, iba de pobres que son ricos.

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    2. También es verdad.

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  10. "Se acercan días muy duros. Mucho". Suso podrías desarrollar esto. Me ha llamado mucho la atención.
    Gracias por tu blog.

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  11. Vivimos en la inconsciencia de lo que nos viene. Gastamos lo que no tenemos. Parece que no hubiera mañana. Todo lo que nos rodea apesta a un Carpe Diem que anuncia un futuro absolutamente insostenible.
    Los síntomas son de fin de algo y lo que viene, como todo nacimiento, tendrá los dolores del parto.
    Gracias amigo.

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  12. Es cierto pero también que está renaciendo algo nuevo en la Iglesia que es la tradición de la que nunca debió salirse. “La tradición no es la ceniza del pasado sino lo que permite que siga el fuego vivo.” (Mahler).

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