Hace dos días se escribió en el Barullo de José María Caparrós. Un grande. Los que le conocimos, le queríamos y le admirábamos. Fue un historiador y crítico cinematográfico. Doctor en Filosofía y Letras y profesor de la Universidad de Barcelona desde 1982 y catedrático de Historia Contemporánea y Cine.
Uno tiene la impresión- y sé que no todo el mundo va a estar de acuerdo, y que no se va a entender lo que escribo- de que a José María le hubiesen ido mejor las cosas profesionalmente de no haber sido agregado del Opus Dei. De numerario, con toda seguridad, mucho mejor. Y de no haber pertenecido a la Obra, se sale.
Mientras, en la Universidad de Navarra se estaban comiendo los mocos en su especialidad , donde él ganaba por KO.
Sin embargo, era un agregado como la copa de un pino. De tomo y lomo. Era lo suyo. Y lo vivía por encima de cualquier otra vocación. José María no se daba un pijo de importancia. Era un hombre bueno, con una voluntad de hierro. Tenía muy claro lo que quería ser. ¡ Cómo trabajó ese hombre contra viento y marea en un mundo difícil y muy ideologizado!
Hubo un tiempo en esa Barcelona que los agregados eran tipos que jugaban en la Champions de la santidad y en sus profesiones. Se tomaron en serio su vocación. Podrían citar muchos nombres de aquellos años. Y la cosecha fue de primera. Muchos alcanzaron cimas admirables en sus carreras: en el cine, en las artes, en la gran Banca, en la literatura, en la medicina...y todos tenían un común denominador: sus inicios fueron ejemplares y admirables.
El tío que encontró esa mina escondida de diamantes también tiene nombre. Pero hoy no toca.
José María fue un visionario. Al regresar de su viaje de estudios a Los Ángeles - donde conoció a Spielberg- comentó en una tertulia: " Sueño que Hollywood , cuando descubra la figura del Padre , hará una película sobre él. Su biografía tiene todos los mimbres para ello".
A mi me pareció la exageración de un hooligan . Cuando se estreno " Encontrarás dragones", el biopic, o algo, que se rodó sobre Escrivá, me acordé de él. La peli lo tenía todo para ser un peliculón; un muy buen director, muy buena producción, buenos guionistas, muy buenos actores, una promoción fantástica...¡ lo tenía todo!
Leí una vez que la suma de actos perfectos en algunas personas produce monstruos. Pues sí. O no. En este caso era una película . Salió un truño muy principal. No tenía alma.
En aquellos años se hicieron unos experimentos que debían haberse hecho con gaseosa. Se gastó una pasta para nada. Se embarcó en quimeras carísimas a mucha gente. Estoy pensando no sólo en esta película. También en musicales que fueron el sueño TOC de unos tíos un poco pasados de vueltas.
No sé quién convenció a Echevarría - llegó a aplaudir estos inventos sin tener ni idea del asunto.
Como dijo aquel : "Todos esos momentos se irán como lágrimas en la lluvia".
¡ Mi respeto a José María Caparrós!
Coincidí con él en una convivencia. Vimos cine, hablamos de cine en el desayuno, comida y cena; creo que entonces cuidaba de su madre. Por eso repetíamos “como Caparrós no hay dos”. El director dejaba hacer, lo pasamos bien, nos lo hizo pasar bien. Sano, santo, sabio. Tiene algún imitador pasado de rosca: la prueba del 9. Gracias por tu escrito.
ResponderEliminarLa primera vez que coincidí con José Maria Caparrós yo debía tener 16 años. Era un curso anual para adscritos desperdigados a caballo entre junio y julio en Mas del Bosch y éramos pocos, no muchos más de 15. Como creo que el consejo local no sabía qué hacer con nosotros, un domingo por la tarde nos llevaron a La Farga. Había un curso de agregados y proyectaron Ben-Hur con una introducción de José Maria Caparrós que me pareció simplemente deliciosa porque hablaba desde el conocimiento profundo pero a la vez con una humildad que parecía que pasaba de puntillas por lo que estaba contando.
ResponderEliminarLa segunda fue ya en uno de los semestres de verano de Viaró en que vino a la tertulia del mediodía a contarnos su viaje a Hollywood, simplemente magnífico y como describía un mundo como el del cine y las posibilidades apostólicas que él le veía, todo desde una humildad y sapiencia infinitos.
Estando en Monterols nos enteramos como le jodieron el tema del cine en la universidad simplemente por ser del Betis, sin ningún otro motivo que el ideológico y me alegré mucho de que le recuperaran los de historia contemporánea más tarde.
Creo que con la entrada de hoy has hecho justicia a un grande, Suso.
Honor y gloria por siempre a José Maria Caparrós. El mundo necesita mucha gente como él.
Ser agregado en los 80s-90s era para nota. Como había pocas categorías tuvieron la ideica de crear un hibrido. Era vino sin alcohol. Sexo sin amor. La fanta de fresa. Conocí buenos y malos. No tuve el gusto de conocer al Sr. Caparros. Debió ser de los primeros pero pensar que el betis podía tener éxito como productor cinematográfico era pelín osado.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo: la vida de Escrivá es apasionante.
EliminarPero no creo que, con la de criterios y rollos que hay allá dentro de pueda filmar algo que valga la pena.
Y junto a Escrivá, muchos más.
La vida de Escrivá será de película lo que uno quiera, pero podría ser de cualquier género, cine de religión, de fantasía, de aventuras, costumbrista, drama, ficción o incluso de cine negro. Según la ventana por la que se mire, ahí cabe todo.
EliminarDe tener una historia que contar a contarla y que la gente pague por una entrada hay un trecho y el OD no puede/sabe estar a lo suyo, al cine, a la banca,...
EliminarEs verdad, pero la vida de Escrivá fue de película. El personaje es extraordinario
EliminarAnónimo, incluso como ciencia ficción es una biografía apasionante. Se mire como se mire.
EliminarExtraordinariamente zumbado.
EliminarNo conozco ninguna biografía de personas interesantes que no estén zumbadas. Mujeres, hombres , y de todo pelaje y condición.
EliminarCon un puñado de agd como él y con un puñado de auténticos sn (como por ejemplo uno que promueve desde Catalunya el cine con valores) ... el Betis sería imparable, iría como un cohete. Agradecimiento infinito al homenajeado.
ResponderEliminarSi me permiten, yo tengo claro que la película debería ser del género de autoayuda de título ¿"Quién quiere ser millonario?.
ResponderEliminarO mejor: “Amar el money apasionadamente”
EliminarEl problemón en cualquier grupo/organización/ismo siempre es el "stablishment" y el control que quieren ejercer sobre el prójimo. Si además algunos son psicópatas o sociópata date por jodido y si vas de buena fe ni te cuento...
ResponderEliminarLos grupos tan afines de alguna manera crean nidos ideológicos. Entonces se van reforzando a sí mismos porque unos se dan la razón a los otros.
ResponderEliminarY si, encima, crees que los que mandan tienen al Espíritu Santo....pues se lía buena.
José María Caparrós no se daba un "pijo de importancia" porque era consciente de que era un obrero de la crítica cinematográfica, y un privilegiado de dedicarse a lo que le gustaba. Poder escribir y contar cosas es un privilegio.
ResponderEliminarSe ha explicado que era una buena persona. Nunca le hizo daño a nadie y trató de ayudar a quien pudo.
El trago amargo del departamento de historia del arte lo tenía atravesado, pero no quería publicarlo (aunque tuvo sus dudas en varias ocasiones ).
En el grupo cercano en los inicios de FILM Historia únicamente Llorenc Esteve (que había estudiado en la FARGA) y yo... que pasé de Bauprés/Xaloc al cubículo de Jose María, habíamos tenido cercanía con el OD. Sergio Alegre fue regidor de la izquierda en El Prat del Llobregat, Magí Crusells, que fue el verdadero "heredero intelectual", era un chico de izquierdas, y así muchos que pasaron por allá. Todo el mundo se sentía a gusto, y eso le abrió un espacio en el departamento de História Contemporánea.
José María era muy torpe e ingénuo ideológicamente hablando. La verdad es que no le interesaba, y uno se la pasaba cuidándolo y a veces sufriendo un poco. Sin embargo, los compañeros de contemporánea lo aceptaban y lo apreciaban... y no hacían caso a ese tema.
Recuerdo que cuando ganó la titularidad, con un trabajo sobre la guerra de Vietnam y el cine, también la ganó Manel Risques y nos invitó a cenar en su casa. Era un día de ayuno y Manel le preparó un menú especial a José María (esos detalles de cariño y respeto, los recibió José María de varias personas).
Sobre el departamento de Arte, me dijo en alguna ocasión, con algo de socarronería que nunca le perdonarían el haber hecho su tesis de doctorado sobre el cine republicano, porque ese era un tema de "izquierdas".
Inició en las críticas cinematográficas, y se doctoró tarde, para el estándar habitual, por eso fue tanto años profesor ayudante, y tardó en lograr la titularidad (además del veto del departamento de arte).
Nos quisimos mucho. En uno de mis viajes relámpago a Barcelona, le presenté a la mamá de mis hijos y a mis niñas (creo que el pequeño no había nacido).
NUNCA trató de cambiarme, ni de darme consejos no solicitados. Los dos nos entendíamos perfectamente y conocíamos muy bien nuestra historia (lo conocí a los quince años). Ese respeto, esa libertad y el trabajo nos ha unido por la eternidad.
Concluyo mostrando su profesionalidad y el impulso que nos dió a sus acompañantes de aquellos años. Él me inició en las publicaciones motivandome a escribir críticas de libros y películas en FILM historia. Los dos primeros artículos que escribí, los hice en coautoría en él. En uno él firmaba como primer autor, y en otro más empírico yo firmaba como primer autor (tenía en ese momento 20 o 21 años), porque me dijo que yo había trabajado más. Luego me publicó un artículo en FILM Historia que sintetizaba mi tesis de licenciatura.
Más adelantada la carrera otro profesor intentó quitarme de los créditos de un trabajo de cuatro años, por lo que conozco muy bien el lado oscuro de la academia.
Ese ejemplo me ha llevado a que siempre he firmado mis trabajos con mis alumnos. Nunca los he puesto en los agradecimientos, sino que han compartido créditos, independientemente -en más de una ocasión- de su aportación.
Esa también es una de sus herencias. Su ejemplo me ha hecho ser un profesor orgulloso de serlo. Este es un trabajo de obreros manuales, en los que muchos se inflan como papagallos. Por inseguridad, por estupidez o por las dos cosas.
José María nos enseñó con su ejemplo, con su cariño y con su normalidad real, y es sin duda una de las más grandes influencias profesionales y personales que he tenido.
Gracias, Carlos. Esperaba algo así de ti. Has salido de "tal palo tal astilla" de José María. Un abrazo muy grande. Inmenso.
EliminarAgradecerte de corazón la entrada de hoy. José María era un gigante. Un hombre muy bueno. Se hacía querer.
ResponderEliminarDe cine no entiendo mucho: o me gusta la película o no me gusta, tampoco conocí a Caparrós personalmente.
ResponderEliminarLo que quería contar es que para mi 40 cumpleaños me preguntaron qué película quería ver. "Mejor, imposible" de Jack Nicholson fue mi atrevida propuesta. "As good as it gets".
El director, con cierta satisfacción, me contestó que eso no era posible pues había "escenas" y no era moralmente aceptable.
Lo de "cierta satisfacción no es coña: le caía mal por motivos que no vienen al caso.
Al cabo de un tiempo vi la película y pensé "¿escenas? ¿qué escenas?".
Esa película JB Torelló la hubiese aceptado sin. ninguna duda. Le ponía muy nervioso la censura, sobre todo en este tipo de casos tan banales. Pensaba que "el censor" estaba mal de la chaveta o tenía un trauma infantil freudiano. Coño, que no teníamos 14 años.
Sándor, coincido con el Dr. Torelló, que si no me falla la memoria demás era Psiquiatra! Cree el ladrón que son todos etc.
EliminarLa película es una delicia y muy CRISTIANA por cierto (a pesar de que se vea la espalda y un trocito minúsculo del culito de Helen Hunt)
Es correcto, Torelló era psiquiatra y estudió con Jordi Pujol (exnumerario, pitó con él) y con Jordi Cervós.
EliminarLlámame Sanyi, es que estoy de incógnito (es brooooomaaa!!!!).
Ya hablé de él hace dos días. Yo lo conocí siendo alumno de bachillerato; el era mi profesor de religión.
ResponderEliminarEntonces yo no sabía todavía lo que era el cine para él. Como profesor de religión, sufrió mucho con mis compañeros; recuerdo pasarlo mal yo, viendo como mis compañeros adolescentes le montaban la de Dios en clase, tomándole el pelo y haciéndole cantares. Le decían "Caparrós, ros, ros! Caparrós, ros, ros!" Una cantinela que salía en una serie de humor de la época que interpretaba el actor "Joan Capri".
Y esto le pasaba porque era bueno y además lo parecía. Cuando se es profesor hay que ser muy bueno, pero hay que parecer peligroso; es un poco triste, pero es así. Sólo hay que parecer bueno con contados alumnos y en privado.
Como profesor de religión, era genial. Era capaz de dar soluciones teológicas que abrazaban todas las ideas posibles. Por ejemplo, si le decíamos que no podía haber infierno, porque Dios era padre, porque no podía ser peor que los seres humanos, porque lo podía todo... nos lo solucionaba diciendo que infierno había, pero que podía perfectamente estar vacío, que nadie podía asegurar de nadie la condenación. Tenía soluciones para casi todo.
De cine, le escuché hablar en una tertulia años después, y entendí lo que era él para el cine. Recuerdo que nos dijo que conoció a Jaques Tati, i que cuando hubo hablado con él y el cineasta ya se alejaba, le escuchó decir: "Los místicos no deberían dedicarse al cine".
También nos explicó que cuando intentaban captarle se escandalizaban, y no sabían cómo lo conseguirían, ya que él era un adolescente que iba cada día de la semana al cine.
Sí se podría hacer una buena película del fundador del Opus Dei, lo que pasa que la tendría que hacer alguien que no fuera del Opus Dei, sería la única forma de contarlo todo. Se puede deformar una figura pública por contar sólo una parte; cuanto más integral sea la narración, sin dejarse explicaciones psicológicas y sociales, sin esconder los errores, sin dulcificar las consecuencias desgarradoras del sectarismo, sin negar los frutos que sin duda el humanismo del cristianismo alcanzó a través de él en ocasiones, sin evitar narrar todo el tinglado de la canonización y los intereses de grupo, sin olvidar su educación y el contexto histórico y social de su infancia en un mundo tan diferente al actual... pues se podría hacer incluso una serie, que si se hiciera bien gustaría mucho al público, y haría enfadar mucho y por igual a los contrarios y a los favorables. Pero tendría que ser alguien alejado de sus ideas, e incluso alejado de la religión, pero tampoco contrario a ella.
PRISCILIANO
Era el otro comentario que esperaba. Gracias.
EliminarUna de las cosas que aprendes dando clase a adolescentes es a poner cara de " Sin perdón", de " conmigo no se juega , muchachos". También a mirar de un sólo vistazo a toda la clase. Que con una mirada todos piensen que miras a cada uno en particular.
En Viaró hubo un profesor que era un buenazo, daba matemáticas, y se le cachondeaban de una manera cruel. Mientras explicaba , le lanzaban monedas al suelo- tratándolo como un pringao.
Un día salió llorando de clase, humillado. Y poco después entró Muliterno , un viejo zorro con mirada de hielo y pinta de celador de cámara de gas de Auswitch. Era tartamudo .Y le dijo:
- Ya que que que, sois tan tan va valientes con ese profesor...¿ a que ni me tiráis una moneda a mi.
Se levantó uno, se metíó la mano en el bolsillo y le lanzó una moneda a los pies.
- A la puta calle. Quedas expulsado del colegio. Diles a tus padres que vengan a verme.
Oye, mano de santo.
Ya, pero luego no sé qué pasó o qué componendas se hicieron, pero al chaval que lanzó la moneda no le expulsaron. Y, por lo que parece, le ha ido muy bien en la vida. ¡Acojowondeful!
ResponderEliminarFue expulsado. Vino a los exámenes de junio porque tenía todo el derecho. Y le iha ido muyyyy bien porque era un tío muy inteligente. Y muyyyy chulo.
EliminarY por lo que cuentas muyyy GILIPOLLAS
EliminarLa gente mejora o empeora. Y este mejoró.
EliminarHablé con el hace pocos años y lo encontré muyyyy cambiado.
Para cuándo una entrada homenaje (las de honor y gloria) para el gran Muli. Excelente profesor, mejor persona.
ResponderEliminarMerecido homenaje a José Maria Caparrós, suscribo todo lo dicho.
ResponderEliminarCoincidí con él en varias convivencias de verano, era encantador, hacía lo posible para que te sintieras a gusto, escuchaba, reía tus chistes, te hacía sentir bien.
En el Condal de los años ochenta, lo invitamos muchas veces, cuando los mayores cumplían 40 años. Traía una película, nos la explicaba, la veíamos con él. Primero cumplió años Evaristo S., fallecido hace poco. Luego Arturo G, Luis C. Si había un 40 cumpleaños, venía José Maria Caparrós.
Grande