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Cuando pienso en mi infancia me veo muy ingenuo. Me lo creía todo. Y, lo que era peor, me veía muy cortito. Se asociaba la inteligencia a las series numéricas, a las matemáticas, al cálculo mental. Y en eso soy- no he cambiado - un negado.
Luego he crecido y en algunas cosas estoy igual. De crío al menos tenía la excusa de la inocencia. Pero ya de mayor, de abuelete, a ver cómo acredito mi estupidez. Nos sucede a much@s, lo de tragarnos muchas tonterías.
Por ejemplo: en el gimnasio hay tíos con pelos en los dallonsus que beben danacol porque aporta no sé qué y tiene unos beneficios extraordinarios. Y hay tías , auténticas abuelas, que llevan una pulsera que están convencidas de que les da más fuerza y equilibrio.
Conocí un director de un colegio que el día de la fiesta deportiva falló la mesa de sonido. El hombre estaba desesperado. El técnico, que era el manitas , el de mantenimiento, no daba con la avería. Y el director, desesperado, rezó una estampa a don Álvaro del Portillo, roció unas gotas de agua bendita en la mesa de sonido, y le dijo al de mantenimiento :
- Prueba ahora.
El de mantenimiento me dijo " ¡ joder, si llega a funcionar , me voy a Roma de rodillas y cambio de vida!".
No contaré las cosas que arrastro de mi infancia. De pequeño es normal creer en cosas absurdas. Cuando mi madre apagaba la luz de la habitación le decía " no cierres la puerta, y deja la luz del pasillo abierta". Y si me acojonaba mucho , me echaba la sábana por encima y ese era mi refugio. No me bañaba hasta una hora después d comer porque se me podía cortar la digestión y podía quedar panza arriba como una rana. No me tragaba los chicles porque se pegaban al estómago. O hacía el subnormal- lo hago de coña- y mi madre me decía que Dios me castigaría a quedarme así de por vida. Haciendo el gilipollas.
Y cuando me la cascaba rezaba pidiéndole a Dios que no me matase. Por lo del pecado mortal.
El problema es cuando ya talludito, uno sigue creyendo cosas absurdas . Recuerdo a Rafael Solís hablando de vocación y glosando la idea de un caldero enorme, como un planeta, y que Dios cogía un alma " la tuya" - ¡ te ha elegido para desde toda la Eternidad! - y sentir un gozo interior, una alegría maravillosa. "¡ Para toda la vida ! me repetía sonriente. Y me pareció que una estrella encendida me iluminaba la frente. Y hoy sigo creyendo esas cosas, porque uno se enamora así. ¡Ay, miénteme , dime que me quieres!
Al final la niñez se estira y se estira , a su forma, hasta la vejez.
En fin, a mi no me disgusta ser así. Ingenuo. Ya me vale. Ojalá siempre esa curiosidad y esa tontería , aunque me haga más vulnerables.
Ya me reiré después.
Poco escuchó en las formaciones y retiros por eso ahora ud. pone pienso en el pasillo pa los unicornios y reza al ratoncito pérez. etc. Fórmese.
ResponderEliminarMe la tenía guardada, hein?
EliminarJajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja
Muy buena esa del ratoncito Pérez, madruga mucho, como todo rencoroso.
Me pongo la mano en la boca, pongo los dedos en posición de bocina y la hago una pedorreta...¡¡¡prrrrrr!!!
Este hombre no le odia a usted, o no sólo a usted, fundamentalmente
Eliminarlo hace a él mismo.
Anónimo 9:28,
EliminarUd. ha escrito:
"Este hombre no le odia a usted, o no sólo a usted, fundamentalmente lo hace a él mismo."
Eso suena a " sección psicología" de algún revista del corazón. O a consejo' Sra.Francis.
Fórmese.
Pensé lo mismo. Pero sonaba bien.
EliminarLo de poner pienso en el pasillo para los unicornios, no se le ocurre a cualquiera! Menudo artista…
EliminarA la vista del tono (en el fondo y en la forma) de diversos comentarios que se han publicado en el Bar Ullo en los últimos días, a uno sólo le queda decir: ¡Cuánto daño está haciendo el "mopismo" en algunos/as!
ResponderEliminarTodo Mopa y eso que lleva en internet es un manicomio donde los locos le han robado las batas a los médicos y se han puesto a dirigir el hospital.
EliminarEs un basurero moral.
No le dé tanta importancia.
EliminarUna sobre el rencor en la última de Álvaro Pombo, El exclaustrado (que daría que hablar aquí, seguro):
ResponderEliminar"El rencor, o bien no tiene causas, o bien tiene demasiadas causas: es un estado de ánimo que se alimenta a sí mismo y que cuenta poco con aquello acerca de lo cual siente rencor. Un rencoroso es una subjetividad desatada."
Pombo es un grande.
EliminarDecia la princesa Leia (su actriz) algo así como que "el rencor es como beber veneno y pretender que el que se muera sea el otro".
EliminarO era el odio y no el rencor, no me acuerdo bien.
En cualquier caso, muy ilustrativo.
Sí, señor, buena consideración
EliminarAcabo de escuchar "ojos de color amarronado"... ¡Fua, qué recuerdos! Tercero, cuarto, quinto de EGB en el colegio V.
ResponderEliminarMuchos recuerdos: no sé la razón pero me he acordado del Señor Lahoz (por cierto, tras su paso por V. le perdí la pista por completo, no volví a tener noticias suyas nunca más); la canción de "mi amigo José" tenía que hacer esfuerzos para que no me brotaran las lágrimas pues la letra de la canción era muy emotiva y tú le ponías mucho sentimiento (a veces, antes de cantar esta canción nos contabas la "historia" que había detrás de la misma, que estaba inspirada en hechos reales... nos dejabas "ojipláticos").
Un abrazo muy fuerte, amigo.
EliminarMítica cancion los ojos de color amarronao. Que recuerdos de Bauprés 88-90 y los tigres de l’eixample! Que bien lo pasamos, ahí sí nos poníamos el mundo por montera hasta que a alguien de dlb le dió un ataque de director y te enviaron a Lérida. Bauprés nunca volvió a ser el mismo, siempre he pensado que esa decisión fue la antesala del cierre…
ResponderEliminarNo fue así, pero se agradece el cariño.¡ Éramos los tigres el Eixample!
Eliminar¿Cómo fue entonces?
ResponderEliminarYa lo conté. Me lie con una señora, lo hablé , y me enviaron a Lérida para evitar tentaciones y males mayores. La solución fue un desastre: Lérida estaba demasiado cerca.
EliminarEs normal, de niño, tener miedos que ahora vemos absurdos; incluso el anónimo de la 07:49 los tenía. Y si nosotros no tenemos tantos miedos o creencias sin fundamento como los niños, es porque sabemos más cosas.
ResponderEliminarMi abuela, pobre mujer, que no había ido a la escuela y que no tenía formación científica, estaba llena de creencias curiosísimas, y de supersticiones de todo tipo; todo ello al lado de su fe religiosa.
Los romanos, emperadores incluídos, eran muy supersticiosos.
La verdad nos libera de todas estas cosas; aunque no del todo. A mi me sigue dando miedo sacar un pie fuera de la cama cuando intento dormir por si algún ente de otro mundo me agarra el tobillo. Sí, ya se que es absurdo, que no ocurrirá; y si ocurriera, pues poco haría el ente sólo con mi tobillo, pero el miedo está ahí porque viene de muy atrás.
Ello me lleva a pensar que lo que creemos firmemente de muy niños probablemente nos sea imposible dejar de creerlo del todo por muy racionales que seamos. Y pienso que por eso algunos no podemos no creer en Dios, porque desde que tenemos uso de razón hemos creído en él. Aunque decidiéramos no creer, aunque viéramos lógico no creer, en el fondo de la mente seguiríamos creyendo en lo mismo que creíamos a los 5 años. Por eso hay que vigilar con lo que se le induce a creer a un niño, porque deja huella.
Hay quien habla de formarse, pero cuidado con esto. Formarse sin informarse podría significar deformarse. La información sin profundizar en ella de poco sirve; pero la formación que parte de informaciones no ciertas, o ausentes, no llega a buen puerto. Hay quien se ríe del ratoncito Pérez o de los unicornios, y, pudiera ser, que algunas de las afirmaciones de sus creencias fueran del mismo nivel que las del ratoncito únicamente porque parten de un grave defecto en la calidad de la información, o en la comprensión de la información; quizá porque la dialéctica es un instrumento insuficiente. La palabra no es lo que dijo Él, ni lo que dijeron que dijo Él; es Él.
Pero, creamos lo que creamos, sigo pensando que lo que cuenta es cuanto amemos.
PRISCILIANO
"Es normal, de niño, tener miedos que ahora vemos absurdos; incluso el anónimo de la 07:49 los tenía."
EliminarLo que no es normal es querer normalizarlo todo. Yo de niño recibí una sólida formación, la cual fue vacuna contra esos miedos de pitonisa de feria.
Donde hay sólida formación religiosa, no hay ratoncitos perez.
Quienes no crean en el ratoncito Pèrez o su equivalente, no ha tenido infancia feliz. El que no tiene no puede dar.
EliminarMe río con Prisciliano, no de él, con su pié fuera de la cama, genial.
Suso, la canción Lepidoptero la cantábamos en Baupres. Es tuya tb? Si es así, ponla tb en utv
ResponderEliminarGracias por tu blog.
No es mía. Puedo hacer versión. Ya veré
EliminarPerdón por la tardanza en contestar pero corroboro lo dicho por el cura Sevilllani sobre Valenciano acerca de cómo se se conducía en su rol de embajador de invitados a comer de tercer nivel en VT. Añado que el menú lo confeccionaba él y siempre pedía san Jacobos de segundo con puré de patata de guarnición y de primero crema de calabacín traída de cavabianca. Para beber Pinot Grigio sin importar que el prelado se animara sin final.
ResponderEliminarMuy buena la historia Valenciana. ¿ S pueden conseguir esas memorias?
EliminarGracias por comentar.
¿Quién es el cura Sevillani?
EliminarNi idea.
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