HACIA LA LUZ.

domingo, 17 de noviembre de 2024

Fui a un bosque . Se llama Catasós. Allí se encuentra un castaño cortado que tiene una edad de 270 años. Es un lugar maravilloso.  Entonces nació Goya, Mozart...en su corte se aprecian los anillos, la corteza. Una metáfora de la vida.


Todos somos ese árbol , con sus raíces, sus anillos, la savia que nos hemos nutrido en nuestra biografía más o menos turbia, más o menos sombría, buscando la luz. Porque si de algo estoy seguro es de que todos buscamos la luz. 


Menos Urelles y esa gente, que busca la pasta.


Pienso en ese árbol en el que estoy apoyado . Allí están raíces  de una tierra que la tengo por buena: mis padres. Un amor  enloquecido y desquiciado que fue bien. Pudieron con todo. Y  los anillos se fueron formando :  una familia maravillosa. La escuela san Antonio en Torrero, colegio del Salvador , Jesuitas, Montearagón,  Universidad Autónoma de Barcelona. La Pilarica.


Más anillos: el opus dei, Viaró, Terraferma,  Turó, Peñalba. Y   el sexo. Extraviado en mi rara afectividad.  Y el amor. Y la   doble vida. Y Dios. Y el pecado. La Tuna.  La montaña. Y mucha gente, biografías que alimentaron mi savia. Carla. Jaume. Sátur. 


Volver a empezar: Manuela,  los Urelles, Joaquín, Ramón García . Muere mi padre. Matilla, amig@s nuev@s, la vida de  viajante, ir de aquí para allá. Serunión. La alegría. La mentira. El  perdón. La enfermedad. La despedida. La muerte.  El dolor. 


Volver a empezar. Tamahú .  Xabier. Fader Agustín. 


Más cambios. Me engaña Serunión. Otra vez los Urelles. Ana.  Miedo. Más mentiras. Oriol. Toni. Solo. Joaquín. Joan Valls.


Vuelta a empezar. María José. Jubilación. Pontevedra. Mi padres siempre. Mi madre. Mis hermanos. Vida tranquila. Serenidad. La mano de Dios, un padre, en todo. 


Nada de lo que ha sucedido se ha buscado. Vino así. Y lo único que he hecho ha sido crecer, a mi manera, buscando la luz.


Cuando estoy perdido busco el destino en mi memoria. Como si los viajes comenzaran sólo en el regreso.


Tengo 67 años y la enfermedad ya es parte del noticiero íntimo en mi vida En la niñez, la muerte era una posibilidad remota. Una lotería siniestra. Ahora rara es la semana que no me acompañe


Camino tranquilo, pero tiemblo. Y sigo. Buscando la luz.


Escribo esto para espantar mi miedo. 


Quiero quedarme siempre en esta hora dorada, cuando el sol se retira. El sabor de un beso en los labios. 


Y seguir. La vida es un juego con una sola regla: ir hacia la luz, como el castaño de Casasós.  Como tú y como yo.





10 comentarios

  1. ¡Qué pasada! No me había fijado. Acabo de ver que tienes más visitas acumuladas que la cifra de habitantes de Barcelona. Es como si todos los habitantes de la capital catalana (de 0 a 110 años) y alguno más de fuera se hubieran pasado por el Bar Ullo, al menos, una vez. El contador va como un cohete. Vas de éxito en éxito: conquistas al padre Sevillani (y tal vez a alguien más de VT), superas la población de Barcelona... siguiente parada: superar la población de Madrid ☺. ¡Felicidades!

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  2. Ayuda a pensar, el hecho de que todos tenemos miedo. Incluso la madre Teresa de Calcuta lo tuvo.
    Somos una conciencia que tiene muy clara su fragilidad. Hacemos lo que podemos. Avanzamos en las tinieblas siguiendo las únicas luces inseguras que nos guían. No tenemos más.
    Quien está absolutamente seguro de algo es porque no lo ha pensado bien. No tenemos mas que el amor que damos; eso sí que lo tenemos seguro, que lo sabemos seguro.
    Nos hemos de compadecer mucho de los demás, incluso de los que no soportamos, porque cuanto menos lo merecen, más lo necesitan. No tenemos más.
    PRISCILIANO

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  3. Eres único. Sigo rezando a la reliquia de San Juan Pablo II. Me encanta lo que escribes.

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  4. ¿Y qué fue de la que se oculta tras el alias de Carla?

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