Desde que quedé solo, acostumbro a comer en los Comedores de aquí. En fin, la palabra no es "Comedores".
Se les llama "Comedores", pero podría nombrarse como "Rancheros", de echar rancho. ¿Y qué se zampa uno en estos tugurios donde eres recibido por una o dos indígenas palmoteando una tortita de harina, como si cantasen a ritmo de "pajaritos por allí, pajaritos por allá...".


Pues allí se come: ensalada, pollo, arroz, chomín (fideos), res , y cerdo. Y café con manguera. Te podrías lavar en una tazón desde la punta de los pies , hasta la punta de la cabeza. Todo esto acompañado de las tortitas de aplaudir.
No se usa tenedor.
Los fideos te los sirven con las manos, así,como a puñados. Y al echarlos como mortero en el plato suena, ¡zaca!.


Los comensales varían, lo mismo que los horarios del "establecimiento". Están abiertos desde las seis de la mañana- con la indita en la puerta dale que te pego a la tortita-, hasta las nueve de la noche. Y se come a cualquier hora.
Cuando escribo "comensales" incluyo los perros, que deambulan a sus anchas por entre las mesas, salivando el colmillo y con mirada de "dame argo".


Un menú tipo está en 20 qetzales, dos euros. Sin incluir el perro. Y comes bien.
Un desayuno , 10 qetzales, un leuro, con café, huevos con salchichas, tortita.
A veces te encuentras vecinos que te acompañan. La conversación siempre gira sobre dos temas, dependiendo el sexo de los clientes.


Si es hombre, Barça, Madrid, si conozco a Messi o a Ronaldo, en qué trabajo, y si tengo "pisto" (dinero).
Si es mujer, mi condición de viudo (ya sabe todo Tamahu mi biografía), en qué trabajo, si se gana dinero en España, si hay trabajo, y por qué no me voy con alguna de ellas a España.
Se me ocurrió decirle a una, guasón: " para que vinieras tendrías que casarte conmigo y, mujer, no damos el tipo" ( la señora era una Qetzí de aspecto maya "Oreja Rota").
- Tu hija ya sería otra cosa- disparé al aire.
Por la tarde llaman a la casa donde vivo.
Abro la puerta y me encuentro a "Oreja Rota" y su hija "Pocahontas Apocalypto " con la mejor de su sonrisa.
- ¡ España!- me dice festiva. Quiere ser maestra, y le gustan los niños.
Lo de que le gustaban los niños me lo creí, porque tenía la chavala una pinta de antropófaga , que Hanibal Lecter a su lado parecía santa Teresa en la Transverberación de santa Teresa.
Hay que ver en qué fregaos te metes, ja, ja,ja.
ResponderEliminarvaya, sigues siendo para ellos el que les pueda sacar de su miseria fuera de allí. Significa que no creen que te quedes mucho. Que estás de paso. Y quien sabe, verdad? de momento estás, que ya es.Cada día trae su propio afán.
ResponderEliminarPero no seas malo y no juegues con ellas así. Es triste ese tipo de prostitución, y tan común......
Hola suso.
ResponderEliminarya veo como las guate te quieren, Caray ........
la comida no lleva pescado?.q difícil tiene q ser eh.......cuando aquí lo tendrías fácil, sin embargo has cambiado todo esto.cuandlfo vuelves?El panorama sigue igual, aunque dice el de San xenxo. ....q bien. ....oo veo mucho paro todavía.
Un abrazooooo
Ha comido "eso" y sigue vivo? Le felicito.
ResponderEliminarNo debería tentar tanto a la suerte.
O si. Lo de la nativa explica ese mestizaje tan comun en la América postcolombina. El q es guapo, es guapo.