Ando por los arrabales de la ciudad dormida. Aún es de noche.
Y hablo contigo, aunque a veces me asalta la duda de ser un loco que habla consigo mismo.
Y mira que después de todo esto , seguirá alumbrando Sirius sobre la línea del horizonte, en ese leve instante en que se despide la noche y se anuncia un nuevo día.
Que bajo un cielo azul oscuro esa cosita de luna paseará indiferente su sombra sobre mi tumba , y acariciará la seda de las rosas.
Y mira que, alegre , sensual, cantarina , en la fría lápida sin flores danzará la vida.
Y que habrá estrenos de amaneceres como éste empapados por la luz que da sueños felices a los niños.
Y noches llenas de sonidos de columpios que mece el viento que ponen letra a mi vieja serenata, cuando era niño y cantaba Dios besando mi frente.
Y mira que me gustaría llevarme unas miradas , algunos silencios, yo qué sé lo que me llevaría al cielo en mis despojos : y que me tengo que ir yo solo hacia el abismo, y que esta luna brillará lo mismo....
Los actos de mi vida nacen con el alba y mueren a la noche. Lo siento todo tan perecedero. Las flores que hubo, como las de la verdad, están destinadas a nacer con el alba y a morir con la noche. ¡Tanto sucede en término de un día!
¿ Qué he hecho hasta hoy? No busquéis nada, no toquéis esas plantas ya más; son ya sólo recuerdo, aroma, fuente cegada, callada música, nada, nada, nada. Y mañana, Dios dirá. Se compra uno un alma nueva, o se roba, o se alquila o se inventa, o se la pide uno prestada a un amigo.
Hay noches que sueño que me he muerto. No podéis imaginar el disgusto que me llevo al despertar y darme cuenta de que estaba vivo.
Los actos de mi vida nacen con el alba y mueren a la noche. Lo siento todo tan perecedero. Las flores que hubo, como las de la verdad, están destinadas a nacer con el alba y a morir con la noche. ¡Tanto sucede en término de un día!
¿ Qué he hecho hasta hoy? No busquéis nada, no toquéis esas plantas ya más; son ya sólo recuerdo, aroma, fuente cegada, callada música, nada, nada, nada. Y mañana, Dios dirá. Se compra uno un alma nueva, o se roba, o se alquila o se inventa, o se la pide uno prestada a un amigo.
Hay noches que sueño que me he muerto. No podéis imaginar el disgusto que me llevo al despertar y darme cuenta de que estaba vivo.
!Dios mio!, !, ¡con lo hermosa que es esta vida y que termine así!
No hay comentarios
Publicar un comentario