domingo, 10 de mayo de 2020

UN RECUERDO DE DON JUAN ANTONIO GONZÁLEZ LOBATO.

Esta noche desperté a eso de las tres de la madrugada y me costó volver a dormir.

Me encontré sentado en la cama con el recuerdo de don Juan Antonio González Lobato. ¿ Por qué él?  Ni idea.

Don Juan Antonio era sacerdote . Falleció el dos de septiembre de 2010. Un gran tipo. Nos queríamos mucho y bien. Durante muchos años coincidimos en muchas convivencias, retiros, cursos...en Viaró fue director espiritual de los críos de primaria. Yo era su profesor.

Teníamos una cosa en común: los dos nacimos el 25 de diciembre. Todas las navidades nos felicitábamos.

Don Juan Antonio tenía muy buena cabeza. Fue número uno de la misma promoción de Derecho que Fraga Iribarne, y cuando se reunían para algún evento de aniversario él le decía " Manolo, tú llegaste a ser ministro de Franco, pero yo soy ministro de Dios".

Porque don Juan Antonio lo que de verdad tenía, oceánico, inmenso, grande, eran el corazón y el buen humor. Era una persona de una sensibilidad extraordinaria.

¡ Son tantas las anécdotas que podría contar de él!

Desperté de un sueño  donde salía él.  Y la historia tenía que ver con algo que nos sucedió.

Fue en Rocacorba, una casa de convivencias en la provincia de Gerona. Él  era el sacerdote que nos atendía. Dormíamos en habitaciones contiguas. Una noche, también a horas intempestivas, escuché a alguien que hablaba en voz alta. Era un monólogo largo, como de una conversación . Y la voz venía de la habitación de don  Juan Antonio.

Fui a ver si necesitaba algo. Llamé a su puerta, pero parece que no me oyó. Abrí. 

Y lo encuentro de pie, en pijama,  las manos juntas, mirando de frente una imagen de la Virgen que había en la pared. No se inmutó. Me sonrió - tenía una sonrisa de pillo muy estudiada ...

- ¿ Le pasa algo?, ¿ puedo ayudarle?

- No, gracias, Suso. Estoy hablando con la Señora.

Cerré y regresé a mi habitación. 

Aunque volvimos a vernos más veces, nunca comentamos  este asunto.

Hasta hoy. Desperté  con ese recuerdo. Pensé 
"¡ joder, qué lejos estoy!"  Miré una imagen de la Virgen de la Gatera que tengo en mi habitación y dije  en voz alta  " hace mucho que no hablamos usted y yo, Señora".


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